Carta de alianza enero 2024

Carta de alianza enero 2024

Querida familia de Schoenstatt de Argentina:

En este primer día de Alianza del nuevo año que el Señor nos regala, les deseo felicidades y bendiciones. Otro verano en el que, como familia argentina, tenemos la alegría de acompañar nuevas ediciones de las clásicas misiones universitarias, con cientos de jóvenes misioneros[1]. Y de misiones familiares también que, no solo vuelven a estar presentes, sino que se han potenciado: volvieron en Mendoza y se lanzaron en Bahía Blanca.  Estas misiones nos entusiasman porque son la continuidad de la vida del Movimiento durante las vacaciones de verano.

Lo misionero es una corriente de vida que se remonta a los comienzos de Schoenstatt. Haciendo “arqueología”, podríamos decir que se remonta a los inicios del cristianismo. Desde un principio fuimos apóstoles, es decir enviados. Esta conciencia de misión nos hace bien. Sabernos enviados, portadores de una misión, nos da conciencia de nuestro valor y dignidad. Le da un sentido nuevo y más trascendente a nuestra vida. Les comparto este pensamiento en este tiempo en que muchos aprovechan para descansar porque en los momentos en que estamos más tranquilos y podemos hacer un parate en lo cotidiano, es cuando aflora la pregunta por el sentido de nuestra vida.

El descanso del guerrero

Necesitamos un merecido descanso. Las vacaciones y el descanso no son un lujo sino una necesidad físico-psíquico-espiritual. Esto está expresado de manera figurada al comienzo del Genesis (2,1-3), cuando el relato nos dice que, al séptimo día, concluida su labor de la creación, el Señor descansó. Creemos en un Dios que descansa y que quiere que también nosotros descansemos. Jesús les dice en un pasaje a sus discípulos: «Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco». Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer. (Mc 6,31)

La oración es parte de un buen descanso. Pero no es lo único. El desconectarnos de las exigencias cotidianas, el tener un tiempo para compartir en profundidad con la familia o simplemente no estar a las corridas sino más serenos, nos hace bien. Dios quiere que nos entreguemos, no que nos aniquilemos.

Muchas veces, movidos por un “deber ser” o por las exigencias y urgencias, vamos más allá de nuestras propias fuerzas. Hacemos un sobre esfuerzo, no movido por la gracia sino por nuestra autoexigencia o requerimientos exteriores que terminan dañándonos. A nivel muscular se llama tendinitis. Postulo ahora una suerte de “tendinitis espiritual”.

Que este tiempo de receso nos sirva para descansar y reparar también aquello que pueda estar lastimado en nuestro interior. Démosle tiempo a Dios para que nos conceda esa gracia. “Si no estoy unido al Dios personal, la vida me enfermará. Necesitamos descansar en Dios”[2].

Año de la oración: rumbo al jubileo

El Papa Francisco nos invita a vivir todo este año 2024 poniendo un acento fuerte en la oración[3], en preparación para el próximo año santo 2025, bajo el lema “Peregrinos de la esperanza”. Es una tradición de la iglesia, que se remonta al pueblo judío[4], tener estos años jubilares y responde, a la misma lógica del descanso que hablamos más arriba.

Para el pueblo judío, los años jubilares, eran además manifestación de la misericordia de Dios y de la fraternidad como pueblo escogido. Eran años de perdón, liberación y restitución. Se perdonaban las deudas, se liberaban los esclavos y las tierras volvían a sus dueños originales. Era una especie de “reseteo” espiritual y social, donde todo volvía empezar de cero. Eso aseguraba también que no existiera tanta distancia económica entre las distintas familias porque contrarrestaba la acumulación de riquezas y esclavos.

Como cristianos vivimos los jubileos de manera más espiritual y los hemos hecho más frecuentes, los celebramos cada 25 años. El último fue en el año 2000. Pero quizás cada uno pueda, en la libertad que Dios nos da, concretar en aspectos materiales o sociales este carácter jubilar. Creo que puede ser un tiempo propicio, tanto en lo personal o comunitario (pienso en las ramas o familias zonales o diocesanas) para reflexionar y discernir qué puede el Buen Dios estar esperando o desando para cada uno o cada comunidad, en este próximo año jubilar.

Las gracias del 20 de enero

Como hijos del Padre Kentenich, enero tiene un tinte especial. Nos es connatural remontarnos a aquel 20 de enero del ´42 (2do hito de la fundación de Schoenstatt). Aquel día de gracias nos recuerda el paso audaz en libertad del Padre Fundador. Quizás con la distancia en el tiempo hoy tengamos claro que seguramente el padre iba a ir, de todas maneras, al campo de concentración. Pero no es menor saber que fue libre y conscientemente y no forzosamente. En los hechos exteriores es lo mismo, pero interiormente, espiritualmente, no lo es. El P. Kentenich vio en estos acontecimientos una invitación de Dios a entregar su vida. Nos consta del ofrecimiento de su libertad por la libertad de la familia de Schoenstatt, que a fin de cuentas es un pedido por nuestra santidad, como podemos deducir de sus palabras:

Mis cadenas son el precio de rescate por el cobijamiento y libertad de toda la Familia. Luchen por un verdadero arraigo y libertad en Dios. Pero tengan en cuenta que somos libres para Dios en la medida que nos hacemos libres de nosotros mismos, de toda voluntad y deseo propios. (PK, Prisión de Coblenza, diciembre 1941).

La siembra del 20 de enero fructificó mostrándonos más explícitamente el vínculo filial con nuestro Fundador y nuestro entrelazamiento fraterno como parte constitutiva del carisma. Son las mismas verdades de fe de la que hablábamos sobre los jubileos, pero que las actualizamos o mejor dicho, Dios, el que hace nuevas todas las cosas, actualiza en una nueva historia, la historia de la familia de Schoenstatt. Por eso, cada uno de nosotros, del mismo modo, está llamado a actualizar en su propia historia personal estos misterios. Y no pensemos que esto es un deseo místico desmedido: forma parte de la vida de cada cristiano por estar unido a la entrega de Cristo, nuestro Salvador. En ese sentido, estamos llamados a entregarnos como Cristo a los suyos. Un pequeño aviso parroquial: el domingo 21 a las 18:00 estaré celebrando otro aniversario de este hito junto a la familia del Santuario de Mar del Plata por lo que invito a sumarse a todos los que estén vacacionando por la Costa Atlántica.

Para la familia argentina el 20 de enero tiene otro matiz particular. Está marcado por la bendición por manos del Padre Kentenich del Santuario Nacional de Florencio Varela en el año 52. Nos unimos para recordar este momento histórico y desde allí, en fidelidad creadora, seguir lanzados a la misión que la Mater desde ese Santuario nos confía y regala como desafío.

Este año estará marcado por la construcción de dos nuevos santuarios en San Juan y en Chaco. Que estas construcciones reflejen nuestro esfuerzo por la construcción y renovación de nuestra iglesia y sociedad argentina.

El P. Kentenich condensó, no solo su liberación sino toda esta renovación de la iglesia, en lo que él llamó “la visión de la Candelaria”[5]. Aquel 2 de febrero de 1942, tuvo esa intuición del espíritu. Todo saldrá bien. Y a su vez, extrapoló esa certeza a la nueva iglesia que habitaba en su alma y que su familia de Schoenstatt quería renovar.

Primera santa argentina

Como Iglesia argentina, nos alegramos por la inminente primera santa argentina. El próximo 11 de febrero el Papa Francisco en Roma canonizará a Mamá Antula. Laica santiagueña que en la época de la Argentina colonial desarrolló una incansable labor pastoral, peregrinando y regalando espacios de retiros espirituales para miles de personas.

Nos unimos a esta fiesta para la Iglesia universal, pero sobre todo para la Iglesia argentina. Por primera vez una hija de estas tierras alcanzará el honor de los altares. Nos confiamos también a ella y nos dejamos impulsar por su ejemplo misionero y peregrino.

Les deseo un bendecido descanso para aquellos que vacacionan y bendecido verano para todos. Quedamos en eso, permanecemos fieles.

P. Pablo Gerardo Pérez

Director Nacional

Movimiento Apostólico de Schoenstatt Argentina


Compartimos el link del video de alianza de enero 2024: https://youtu.be/TokADRZPK1s


[1] Se pueden leer testimonios de los jóvenes misioneros en https://www.schoenstatt.org.ar/otros/jovenes-en-mision-un-hit-del-verano.html

[2] KENTENICH, José. Dios, mi Padre. Reflexiones sobre el mundo de la infancia espiritual, Quilmes, 1979.

[3] Más información en: https://www.iubilaeum2025.va/es/giubileo-2025/verso-il-giubileo/2024-anno-della-preghiera.html#:~:text=A%C3%B1o%20de%20la%20Oraci%C3%B3n%20%2D2024,la%20propuesta%20del%20Papa%20Francisco.

[4] Cfr. Capítulo 25 del Levítico: el año sabático

[5] Cfr. Hna. María Julia Agüero, https://www.schoenstatt.org.ar/espiritualidad/el-2-de-febrero-y-la-vision-de-la-candelaria.html