Carta de alianza febrero 2024
Querida familia de Schoenstatt Argentina:
¡Feliz día de Alianza! Y bendecido camino cuaresmal.
El miércoles pasado con la imposición de las cenizas comenzamos esta peregrinación espiritual. Cuarenta días en los que Dios quiere regalarnos la gracia de la conversión. Quiere convertir nuestra vida, transformarla, purificarla, ennoblecerla, embellecerla, sanarla, pacificarla… Él sabe bien que es lo que necesitamos. Nosotros, no tanto. Dejémoslo actuar. A veces la vida del cristiano es el cultivo de las virtudes, a veces, es simplemente no entorpecer el actuar de Dios. Discernir lo uno o lo otro es nuestra tarea a la hora de rezar.
El P. Raniero Cantalamessa ofrece una curiosa traducción del vocablo neotestamentario metanoia que comúnmente se traduce por conversión. Lo traduce como “revolución del pensamiento”. Jugando con las palabras griegas: “meta” (preposición: más allá) y “noia” (de nous: mente, espíritu) sería un “ir más allá del pensamiento, de nuestro espíritu”. Trascenderlos. (…) La gracia de la conversión pasa por ir más allá de lo que pensamos y vivimos en nuestro vínculo de amor con Dios y con los demás1. Ir más allá en nuestra entrega a Dios y a nuestros hermanos. Siempre se puede amar un poco más. “Mais un poquinho” dice la célebre frase de Don Joao.
Guiados por su Palabra
Cuaresma es también peregrinar junto al pueblo escogido. Estos 40 días son simbólicamente los 40 años que duró el éxodo. Es toda una vida de peregrinación porque la vida es peregrinar. De los exiliados de Egipto, ninguno arribó a la tierra prometida. Murieron como peregrinos.
Nuestra vida es un peregrinar a una tierra prometida. Volvamos una vez más a soñar con esa tierra y sigamos en marcha. Nos pasa como a los discípulos de Emaús. Jesús, imperceptiblemente, se acerca y camina con nosotros. La tierra prometida es el cielo. Allá vamos. Cuaresma es tiempo de incrementar este anhelo celestial, de alivianarnos para llegar más lejos. Cuaresma es tiempo de desprendimiento. Las prácticas cuaresmales tienen este sentido. A veces, nos llenamos de nosotros mismos, de nuestros deseos y proyectos. Dios se queda sin espacio.
En este camino Dios nos guía con su palabra. Peregrinemos por los evangelios de estos domingos de cuaresma.
Hoy acompañamos a Jesús al desierto. Nosotros no somos Dios, caemos en las tentaciones. Jesús, como hijo, nos enseña a presentarnos tal cual somos al Padre. Dios no se complica con nuestras caídas. Nos quiere justamente porque somos frágiles y necesitados. Cuaresma es tiempo de reconocernos caídos y de estirar nuestra mano a Dios para que Él nos levante.
En el segundo domingo Jesús nos invitará a subir al Tabor. Cuaresma es tiempo de ascenso. En la cima la vista es más hermosa. Vale la pena el esfuerzo. En Cuaresma Dios nos regala su mirada. “El hombre ve las apariencias, pero Dios ve el corazón” (1 Samuel 16,7). Cada Santuario tiene, además vocación de Tabor (PK, AF 1914). Experimentamos allí, la gloria de Jesús y de María. ¡Qué bien estamos allí! En el Santuario el Padre nos contempla y nos dice a cada uno: “Tú eres mi hijo muy amado, en quien tengo puesta mi predilección” (Mt 17,5). Necesitamos de experiencias de Tabor para luego poder enfrentar experiencias de Gólgota, frecuentes en nuestra vida.2
En el tercer domingo Jesús purifica el templo. Hecha a los mercaderes. A algunos les sorprende una cierta violencia en el actuar de Jesús. Ante el pecado Jesús no tiene medias tintas. No negocia con los terroristas. Dejemos que saque de nuestro corazón aquello que nos aleja de Él y de nuestros hermanos. Cuaresma es tiempo de purificación.
En el cuarto domingo, cual Nicodemo, abriremos el corazón a las palabras de Jesús. Él nos revela el plan de Dios. “Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él…tenga Vida eterna…para que el mundo se salve por él.” (Jn 3,16-17). Cuaresma es tiempo de renovarnos en nuestra fe en el actuar de Jesús.
En el quinto domingo nos unimos en el pedido: “Queremos ver a Jesús”. Cuaresma es tiempo de acrecentar el anhelo de ver y contemplar a nuestro salvador. Pero no en su gloria en primer lugar, sino en su obra salvadora, en su pasión y muerte. Resultante creadora será la resurrección, invisible a los ojos. Los discípulos tuvieron la experiencia empírica de la crucifixión de su maestro. Pero creyeron en la resurrección porque no la presenciaron. Nos unimos a ellos en esa fe sin haber visto. “¡Felices los que creen sin haber visto!” (Jn 20,29). Quien cree vive de manera distinta.3
Vivencias juveniles
A fines de enero se desarrolló el Encuentro Internacional de la Juventud Fenenina junto al Santuario Nacional. Encuentro marcado por la alegría, la oración y el compartir. Nos alegramos por ese encuentro lleno de vida que se asoció a la vestición de las nuevas novicias. Felicitamos a las Hermanas asesoras y a la comunidad de las Hermanas de María por todo lo vivido y compartido en redes en esos días. Acompañemos en la oración, especialmente a nuestras novicias argentinas, Elina y Catalina.
En febrero llegaron los campamentos de la Juventud Masculina de Córdoba y de la zona Metropolitana. Profundas vivencias para nuestros jóvenes, llenas de mística, de camaradería y contacto con la naturaleza. Experiencias sanas que calan profundamente en el alma de nuestros jóvenes. Agradecemos a los asesores de la JM todo el esfuerzo que hacen para ofrecer estos espacios.
Dios sigue llamando. Recemos para que lo escuchemos. Recemos para que muchosjóvenes escuchen este llamado. Nos alegramos por los nuevos postulantes de los padres y de las hermanas: Armando, Agustín, Juan Pablo, Sofi y Pachu. Ellos están iniciando sus caminos formativos. Agradezcamos a Dios por su llamada y tengamos a estos jóvenes en nuestra oración.
El santuario de los padres y del Padre
Hoy se cumplen 30 años del Santuario de Sion, en Florencio Varela, donde está la casa provincial de los Padres de Schoenstatt en Argentina, cerquita del Santuario Nacional. Lugar periférico donde Dios nos trajo para confrontarnos más con la realidad de los que menos tienen.
En este Santuario la Mater modela nuestro corazón de pastores, dándole forma paternal. Aquí está uno de los pocos ladrillos en el mundo con el grabado original de la mano del Padre Kentenich. En este ladrillo de hormigón, cuando estaba fresco, el Padre colocó su mano y la dejó grabada para siempre. Aquí permanece su presencia. Es la mano de un padre que acoge, levanta, abraza y bendice. Un padre con olor a oveja.
Que en este año de la oración, y especialmente en este tiempo de cuaresma, la Mater nos regale la gracia del encuentro con Jesús y un corazón más humilde y abierto a la gracia de la conversión.
Que el Señor los bendiga y proteja,
P. Pablo Gerardo Pérez
Director Nacional
Movimiento Apostólico de Schoenstatt Argentina
Compartimos el link del video de Alianza de febrero 2024 https://youtu.be/qp16-wFbq4Q
- Cfr. Carta de Alianza Marzo 2021
- Cfr. Carta de Alianza Marzo 2023
- Cfr. Benedicto XVI, Spe Salvi
Créditos foto de portada: Guadalupe Comito