Vivencias del jubileo del 31 de mayo 2024
Lema: “Vamos el uno en el otro”
Autor: P. Guillermo Carmona
“Queridos hermanas y hermanas. Es una alegría enorme estar en medio de ustedes. Pensemos unos momentos qué sería, qué sería Santiago, qué sería esta zona sin este Santuario, sin los Santuarios que hay en otras partes. Nadie puede calcular la inmensa cantidad de personas que en este lugar se han encontrado con el Señor a través de la Santísima Virgen María. Millones de personas de manera silenciosa se han vuelo al Señor a través de estos lugares que constituyen una gran riqueza para toda la Iglesia y un verdadero pulmón espiritual, que vamos a necesitar más que nunca.” Así comenzaba la homilía el Arzobispo de Santiago, Mons. Fernando Chomalí, en la Misa final del Jubileo del 31.05 en Chile, ante las 1.500 personas de 39 países que participaron.
Quisiera destacar 5 realidades que me llamaron estos días la atención:
1. El carácter vivencial y festivo -ágil- del jubileo. Fue un cambio radical de paradigma. A diferencia del jubileo de oro de 1.999 esta vez no hubo grandes conferencias, ni proclamas o debates ideológicos. Sólo tres impulsos-paneles donde participantes de diversas edades y estamentos de la Familia expusieron sus puntos de vista. El último de ellos, “Schoenstatt hoy y mañana”, tuvo un carácter más programático, pero sin dejar de ser evocador y sugerente.
2. Experimenté como lo más destacado del jubileo las vivencias alrededor del Santuario. Impactante fue la primera noche la puesta sobre el altar del Santuario la carta del 31 de mayo. En la segunda se peregrinó al Santuario llevando el capital de gracias de las diversas Familias de Chile, junto con una oración que cada participante del jubileo le escribió a la Mater durante la Misa. Fue un momento emotivo, muy bien logrado. Impactante fue el fuego en cinco grandes recipientes en forma de mundo, en los que se quemó el capital de gracias. La tercera vivencia fue luego de la Misa final: la procesión con el Santísimo y que concluyó con la entronización de la Cruz de la Unidad en lugar de la anterior, que había sido robada hacía un tiempo.
Fueran vivencias bien preparadas, que tocaban el corazón y despertaban una adhesión interior, sin nada artificial ni desmedido o exagerado.
3. La positividad del mensaje. No hubo críticas al P. Kentenich ni apología de su persona. Se mostró el carisma, se buscó recordar el devenir del 31 de mayo y su proyección para el hoy. Percibí una cercanía afectuosa al Padre y una valoración de su paso por Latinoamérica. Los dos obispos que participaron (además de Manuel Camilo), Mons. Pedro Osandón (Obispo Castrense) y Fernando Chomalín (Arzobispo de Santiago), elogiaron a Schoenstatt y los aportes de los Padres, Hermanas y laicos a la Iglesia y sociedad chilena.
4. El uso de los medios de comunicación, lo digital y electrónico.
Por ejemplo, pudimos hacer preguntas electrónicamente, leer los textos de las canciones, etc. con el código QR y recoger el resultado de una encuesta hecha a los participantes y trabajada por la inteligencia artificial. Ésta analizó las respuestas y dio resultados muy completos. A modo de ejemplo, mencionó las palabras más usadas: Dios, vida, ser, identidad, paternidad, misión, Padre Dios, PK, puertas, vínculos, familia. También la edad de los participantes: más del 50% eran personas mayores de 50 años, lo que despierta la preocupación y ocupación de convocar a Schoenstatt gente más joven, no sólo en Chile.
5. Algunos desafíos mirando el mañana. Pude percibir en los talleres de trabajo del segundo día (33 “encuentros-cenáculos”) y en el testimonio de los panelistas, aspectos que merecerían una descripción más detallada: se demostró que la misión del 31 de mayo no sólo está vigente, sino que es urgente. Algunas tareas destacadas:
a) Perfilar la acogida al Tú, poniendo aún más el amor en el centro: “No sólo acercarse al prójimo, sino ser el prójimo”. b) Intimar con Cristo y María a partir de una mayor interioridad centrada en la Alianza. c) Crecer en un vínculo sano y maduro con el Fundador. d) Incluir y colaborar en la Iglesia: vivir la noche de la Iglesia mostrando con la vida el amanecer de la esperanza (“Alegres por la esperanza y seguros de la victoria…”). Resaltar su maternidad sanadora y generadora de comunión. e) Como los cambios precisan tiempo, es necesario cultivar la paciencia, saliendo de la zona de confort y el consumismo narcisista. Es necesario usar los medios modernos para lograr una cercanía mayor a los jóvenes. f) La misión está en todas partes: dentro de uno mismo y en todos los ámbitos: no sólo asumir la misión sino ser misión.
Quisiera destacar finalmente la acogida de la Familia chilena, el clima, y excelente performance y desempeño, del Director del Movimiento, P. Gonzalo Illanes, su contacto con la gente, su conducción y juventud contagiosa.
Agradezco a la Mater que me haya dado esta oportunidad, la que culminé celebrando la Eucaristía en el Santuario Cenáculo el 4 de junio.