Santuarios Misioneros de la Misericordia, la Oración y la Bendición
Encuentro Nacional de Pastoral de Santuarios
Autor: Gabriel J. Orrego, Santuario Tierra de María, Corrientes
Durante los días jueves 29 de agosto al domingo 01 de septiembre se realizó en la Casa Franciscana de San Antonio de Arredondo el encuentro de servidores de Santuarios de Argentina, el mismo fue coordinado y animado por la Secretaría Nacional de Santuarios de la CEA, con la presencia de Mons. Jorge Torres Carbonel y toda la Comisión de la Secretaria con nuestra querida Pochi siendo el corazón y motor de toda la jornada.
Participamos 136 servidores, que representamos a 34 santuarios de todas las regiones de nuestra querida Iglesia Argentina. El encuentro tuvo esa gran característica y clima…un encuentro de familia, de hermanos que unidos por el amor a Cristo y su Iglesia sienten el llamado a dar su vida y su tiempo a todos los hermanos, como servidores en los santuarios.
Desde el primer momento, se nos invitó a vivir en estado y conciencia de ser Peregrinos y, como tal a sentirnos cobijados por ese amor misericordioso de Dios, que nos recibe a todos y cada uno en los santuarios, lugares donde, de manera especial estamos llamados a experimentar la presencia y acción santificante de nuestro Dios amor, su Madre Santísima y la Iglesia santificante que en sus santos, congregan la fe de tantos hermanos en todos los rincones de nuestra bendecida argentina.
“Abrir las puertas de la Casa,
De par en par el corazón.
Abrir los ojos, la mirada;
Abrir la mente y nuestras almas
Para abrazar y celebrar,
La fe del Pueblo y el Amor de Dios.
¡Somos Peregrinos,
Somos tu santuario;
Tu Espíritu Santo
Nos da vida, Señor!”
Este fragmento de lo que cantábamos en varios momentos del encuentro, fue el espíritu que nos conectaba con nuestro ser y misión. Descubriendo nuestro corazón peregrino acogido y amado por Dios, es lo que nos impulsa y renueva en nuestra vocación de servidores, que con manos, miradas y gestos de amor y ternura estamos llamados a recibir “la vida como viene”. Solo así podremos ser fieles a nuestra misión de ser transparentes de un Dios misericordia, que por medio de la Oración y la Bendición quiere regalarse y encontrarse con cada uno de sus hijos e hijas que vienen con una profunda y rica fe popular, fe que debemos reconocer, revalorizar, y enriquecer con la pastoral que anima la espiritualidad de nuestros santuarios.
Tres días de reflexión y aprendizaje
El primer día del Encuentro se nos invitó a conocer como viven y rezan su fe los santuarios, que por región, compartieron la riqueza y diversidad de las pastorales que cada uno, contextualizado a su cultura particular acompaña la fe del pueblo.
Luego el segundo día, iluminados por el P. Raúl Olguin y algunos hermanos del Equipo de Liturgia Nacional nos invitaban a “mirar a todos los peregrinos, con la mirada del Señor”, siendo así santuarios vivientes, con nuestra vida, nuestro ser y hacer, propiciar ese encuentro de cada uno que llega a los santuarios con un Dios de amor y misericordia. Sintiéndonos habitados por el Espíritu de un Dios amor, un amor capaz de dar la vida por el otro, siendo así puerta abierta a todos, evangelizar con nuestro testimonio. Reflexionamos juntos para ayudarnos a discernir si con nuestras actitudes y gestos ayudamos a esa experiencia de encuentro de gracia del peregrino con Dios y su Madre o los santos a los que van a visitar en el Santuario. Repensar no solo nuestras actitudes, sino también nuestras propuestas pastorales, fundamentalmente la liturgia, que está llamada a ser expresión de una Iglesia en comunión, especialmente en la Eucaristía, fuente y culmen de la fe.
Al tercer día el Padre Enrique Bianchi nos invitó a reflexionar juntos, la invitación que nos hace el Señor, de “recibir la vida como viene” recuperando el vivir, sentir y rezar de todos los peregrinos, en las expresiones de fe popular, el misterio del peregrino se expresa en una espiritualidad popular, en la que estamos desafiados a descubrir al Dios que vive y habla en ella. Resignificar los sacramentales que la memoria de fe del pueblo tiene en su vivencia cotidiana, que a la luz del Evangelio nos ayuda a conectarnos con Dios. De esta manera nuestros santuarios serán lo que están llamados a ser, “centros de atracción del amor de Dios”, donde Él y su Madre María, nos mueve a la peregrinación, nos reúne, nos recibe y derrama en nosotros su infinita misericordia, transformando así el corazón y la vida de todo aquél que con fe se abre a su Gracia. La Virgen María, sacramento de la ternura de Dios, de manera especial y particular en los santuarios, derrama sus maternales gracias y consuelo a quienes, como Madre, se acercan porque se sienten llamados y recibidos a caminar juntos todas las clases sociales y estados de vida, de conciencia y del corazón. Es así que el todo Servidor del santuario esta llamado a “prestarle el Ser a la Virgen” para salir al encuentro y llevar el peregrino a la virgen, Ella es quien acerca el corazón del peregrino al de su Hijo Jesús y el Padre Misericordioso. Y no está completo el hacer del Servidor si no le “presta el Ser al hermano-peregrino”, ayudándole a que se abra y experimente la gracia del Encuentro con Dios y su amor.
Momentos especiales del Encuentro han sido las celebraciones eucarísticas de cada día, donde algunos santuarios compartieron la riqueza particular de vivencias y gracias de sus Santos o advocaciones y sacramentales ayudándonos a rezar y encontrarnos con un Jesús vivo y presente en los hermanos y, de manera especial en la Eucaristía. Asimismo, los fogones, cantos, dinámicas, signos y tantos momentos de fraternidad que, desde la diversidad y particularidad de carismas y expresiones, encendieron nuestros corazones y enriquecieron la memoria afectiva que quedan en nuestros recuerdos y que nos hablan de un Dios Familia.
Misión de puertas abiertas
¡Cómo no agradecer a este Dios que nos invita siempre a volver a las fuentes, a la esencia, también de nuestro carisma del Ser schoensattiano, tal y como el Padre Fundador lo soñó y nos llamó… a ser Santuarios vivos, en y para la Iglesia, desde el Corazón de la Iglesia para todos! Un gran desafío que todavía nos invita a recorrer caminos, a pedir a la Divina Providencia la gracia de su luz, para sin dejar nunca de sabernos peregrinos, podamos seguir sirviendo a una misión de puertas abiertas para todos, de un Schoenstatt en salida para cobijar, transformarnos y vivir la vida en estado de misión, como nos lo piden nuestros pastores.
Quedamos en eso, permanecemos fieles….
“Gracias por todo Madre!
Que hubiera sido de nosotros,
Todo te lo agradezco de corazón,
Y quiero atarme a ti
Con un amor entrañable.” H.P. 559