Desde Chile: Rescatando del Incendio a Nuestra Señora de la Asunción
Autor: Bernardita Zamorano R.; Familia Fontaine Zamorano.
El domingo 18 de octubre se cumplía un año del estallido social en Chile y era imposible no estar preocupados por lo que podría pasar. Al correr de las horas parecía que este año las cosas estarían mejor. Las manifestaciones se veían alegres y sin escaladas de violencia mientras se conmemoraba un día significativo para Chile y donde las cosas ya estaban andando de manera democrática para el plebiscito del 25 de octubre donde se votará apruebo o rechazo para una nueva constitución y la manera en que esta se redactará.
Durante todo el año los días viernes eran complejos en Plaza Baquedano o Plaza Italia, como también se le conoce, porque antes de la estatua del general de la Guerra del Pacífico que la adorna, lo hacía un ángel regalo del gobierno italiano lo que daba su nombre a ese lugar que es para nosotros como el Obelisco argentino de la 9 de Julio. Hoy en día hay muchas personas que también la llaman “Plaza de la Dignidad” dependiendo de la posición política de cada uno, aunque si algo ha quedado de manifiesto este año tan difícil es que transversalmente anhelamos, dignidad para todos. ¿Quién podría estar en desacuerdo con eso no?
Las cosas se veían bien por la tarde, pero por mi trabajo a cargo de las comunicaciones de una institución revisé la prensa, algunos portales de internet y bajé a los juegos de niños y a la plaza de mi edificio con mis hijas, mi marido y nuestro perro, no sin antes dejar marcado en youtube la cámara en vivo del centro de Santiago. Así nos fuimos enterando de que dos barras bravas de equipos de fútbol se habían enfrentado con cuchillos y que la tensión en el lugar había comenzado a crecer.
Subimos al departamento porque las cosas se estaban poniendo muy tensas y al prender el televisor vimos una imagen terrible y que sería la gran noticia de la jornada. Dos iglesias estaban siendo atacadas por grupos de personas, les estaban prendiendo fuego a pocas cuadras de Baquedano a la Iglesia de San Francisco de Borja en Plaza Carabineros de Chile y a la Parroquia de la Asunción, en Vicuña Mackenna casi al lado del consulado argentino, la que en su frontis tiene una escultura de la Virgen la que ya había sido dañada y quemada el 2019. La Iglesia ya no tenía bancas, muchas de sus pinturas estaban quemadas desde el año pasado pero su estructura seguía en pie.
Las imágenes de TV eran impactantes y en pocos minutos la aguja y el techo cedieron al fuego en una imagen dolorosa porque mientras caían fuego y estructura muchas personas saltaban y celebraban. Quedamos impactados y tratamos de explicar a nuestra hija de 4 años de la mejor manera lo que estaba pasando porque la de 16 ya estaba diciendo lo que le parecía. Nosotros, los grandes, estábamos mudos y quienes nos conocen saben que es algo que no pasa a menudo.
A la mañana siguiente, por mi trabajo, tuve que ir justamente a esos puntos críticos. Me conmovió en especial la Virgen del frontis de la Iglesia de la Asunción porque ya no solamente estaba sin rostro, ahora también le faltaban sus brazos y sus manos. No podía dejar de mirarla y me nació hacer un video con voz en off donde cuento lo que pasa, dónde estaba y mis ganas de que estas cosas no pasen en Chile.
El video empezó a correr entre mi grupo de matrimonios de Schoenstatt, entre mi familia y los más cercanos. Mi marido me mandaba mensajes y me daba ánimo para estar ahí. Pienso que en ese momento jamás imaginó que 48 horas después él mismo estaría a cargo de liderar el proyecto de rescate y restauración de la Virgen como una cruzada familiar.
Afortunadamente y providencialmente ese día conocí en el lugar a la arquitecta del Arzobispado de Santiago Patricia Silva, al Párroco Pedro Narbona, a la secretaria de la Parroquia, personas de la subsecretaría del Patrimonio de Chile, todos quienes, al igual que yo, estábamos trabajando en el lugar.
Durante la tarde del lunes 19 los chats del movimiento se llenaban de comentarios por lo que había pasado el día anterior y ahí fue creciendo el interés por la Virgen. No nos podíamos quedar así, ¿qué necesitará el Párroco?, ¿cómo podemos ayudar?, ¿qué podemos hacer? Otra vez había sido un 18 de octubre, lo que claramente nos interpelaba.
Así fue como empezó una corriente solidaria para recuperar elementos de la comunidad que habían sido quemados pero lo más importante era que crecía en nosotros la convicción de que debíamos sacar a la Virgen de ahí porque no resistiría un nuevo ataque.
Nos pusimos a trabajar y en 24 horas, aún no me lo explico, ya contábamos con las autorizaciones de muchas instituciones para mover una obra patrimonial lo que es muy complejo, teníamos a los mejores expertos restauradores que harían el trabajo de evaluación y embalaje y lo más importante, la voluntad de muchos schoenstattianos para rescatar la imagen de la Virgen. Nuestra Señora de la Asunción ya está en manos de Schoenstatt Chile para su resguardo y restauración, todavía no lo podemos creer.
El viernes 23 de octubre en la mañana un equipo de más de 20 personas entre expertos y voluntarios pudimos bajarla y llevarla a un lugar seguro. Estamos llamados a darle un nuevo rostro y nuevas manos a una imagen mariana del siglo XIX que ha estado presente en la historia reciente del centro de nuestra ciudad capital en Chile. El desafío que viene para devolverla a su comunidad y ponerla en su sitio es enorme pero tenemos confianza de que lo vamos a lograr.
Bernardita Zamorano R.
Familia Fontaine Zamorano
Rama de Familias Santuario Cenáculo de la Providencia, Chile