Muestra de arte virtual: Letras y Música

Mujer, despliega tu don

100 años caminando con María

Objetivos de la muestra:

Tema:  MUJER, DESPLIEGA TU DON – 100 AÑOS CAMINANDO CON MARÍA.

• Mostrar la riqueza de valores espirituales de la mujer schoenstattiana expresados a través del arte.
• Traducir en términos artísticos, el pensamiento del Padre Fundador sobre la mujer.
• Expresar elementos de la espiritualidad de Schoenstatt a través del arte, por ejemplo: Alianza de Amor, MTA, Santuario, Filialidad, Fe Practica en la Divina Providencia.

Las obras que se expondrán a continuación se encuentran amparadas por el derecho de autor y/o de la propiedad intelectual en los términos de la Ley 11.723. Queda prohibida su reproducción y/o uso por cualquier medio, sin la autorización de quien este legitimado a otorgarla.

Letras

SAGRADA FAMILIA

Por María Cecilia Vilardebó

Observar esta escultura que fue conquistada para nuestro Santuario de las nuevas Playas de Mar del Plata, en sus veinticinco años de bendición, resulta a ojos de quien la contempla un misterio reiterado.

Esta es la razón por la que a fin de penetrar en ese “misterio” propongo traspasar en un viaje no solo intelectual, sino también plagado de sentimientos, los límites del material en que fue esculpida, la forma un tanto tosca pero impregnada de fuerza de los rasgos de los personajes, y el color dado por las características del “palo santo” madera que se utilizó para construirla. 

No es fácil adivinar lo que pensó  “el artista”, al moldearla. No es fácil interpretar los golpes dados por el cincel, día tras día hasta plasmar su obra. No sabemos si quedó satisfecho, o si la magnitud de la escena representada caló en su corazón tan hondo, que podríamos decir que es un trabajo perfecto.

En razón de ello y justamente para lograr la perfección de la obra ubicada en nuestro Santuario, tuve la idea de escribir acerca de ella.

 Luego de tomar  varias fotografías, iluminándola, más o menos, decorándola con flores o quitándoselas, vi que todo daba igual.

Comprendí entonces que la comunicación con la escultura debía darse de adentro hacia afuera. Desde mi interior hasta la realidad exterior que percibían mis sentidos.

La actitud desafiante que veo en los tres personajes de la Sagrada Familia me interpelan.

Calan en lo profundo de mi corazón, como reclamando una toma de decisión. Decisión en la defensa de la vida  que está presente en la familia, y es fuente inacabable de bendición como   el lugar en que todo ser humano encuentra calor, ternura, y cobijo.

SAN JOSE

Sabemos que fue un hombre de Dios. Un ser obediente pero con la fuerza necesaria para formar parte del plan que tenía el Creador  para su redención.  No le importó el qué dirán. Era una época donde la sociedad le exigía desposarse con una joven que también tenía planes que cumplir, y no entendía mucho lo que le estaba sucediendo.

Un hombre, como cualquier otro, que tuvo dudas, y miedos. Sin embargo creyó y dócilmente aceptó su destino.

 Con su cabeza en alto, y sin dejar de mirar al cielo, protegió a su esposa y aceptó su embarazo, fruto de la divinidad del Santo Espíritu de Dios. La tomó fuertemente de sus hombros y se comprometió a acompañarla.

MARIA

Surge de la escultura, una precisa combinación de la figura de nuestra Mater, en cuanto a sus atavíos, y la mujer de hoy.

Su mirada es frontal, plena y dirigida al observador. Es como si se detuviera en lo terrenal, en lo cotidiano, contrastando así con la mirada de su esposo “San José”. Su rostro fresco denota actualidad, como sabiendo y entendiendo por lo que nosotros estamos pasando. Sus brazos también muestran fortaleza y firmeza, apoyando el futuro encarnado en “su hijo”.

No se aparta de San José, porque si bien su misión es ser la madre de Jesús, sabe que también debe darle a su hijo un padre y una familia terrenal, para que se cumpla la escritura “…Y crecía en sabiduría y gracia delante de Dios y de los hombres”.

Un padre mirando a Dios, una madre de cara a la realidad, son el complemento ideal para que crezcan los hijos. “Con el pulso en el tiempo y el oído en el corazón de Dios” decía nuestro Padre y fundador JK.

EL HIJO

Es el fruto del amor de sus padres no hay dudas. Tres manos lo apoyan.

 El hijo en esta obra no es un bebé gordito y con cachetes rosados, totalmente querible por su fácil sonrisa o sus rulos dorados.  Se trata de un adolescente, sabiendo de las complicaciones de esta etapa de la vida y en una sociedad donde no es fácil de determinar cuándo se deja de serlo.

 Entre las idas y vueltas, las nuevas modas que dejan atrás otras tantas, las nuevas costumbres, el joven actual se resiste a crecer. Muestra sus manos vacías, en actitud de pedir que sean colmadas por el afecto de sus padres sabiendo en el fondo que ellos son juntos, su seguridad.

LA BASE

Los tres personajes, terminan sus cuerpos en una base común. “El artista” ha decidido no mostrar las extremidades inferiores.

Siguiendo con mi contemplación de la estatua, se me ocurre pensar que es como que no podemos determinar siempre los caminos a seguir de los miembros en cada familia.

Sí por el contrario, el punto de comienzo es el mismo ya que hablamos del amor, la cercanía, y el abrazo.

La comunicación, la oración constante, sin perder contacto con la realidad. Todo esto contribuye a formar  familia. Pero como en el cuadro de la Mater que preside el retablo del Santuario, los pies  deben estar libres, para que  los miembros de una familia  puedan crecer en libertad. 

CONSAGRACIÓN MÍA

OH SEÑORA MÍA, dueña de mi corazón.
OH MADRE MÍA. madre de mi vida.
YO ME OFREZCO TODA A TI, con todo esto que soy, y siento hoy.
Y EN PRUEBA DE MI FILIAL AFECTO, y devoción.
TE COSAGRO EN ESTE DÍA, y todos los días de mi vida.
MIS OJOS, y poder así, mirar como los tuyos, y que sean transparentes de tu Amor.
MIS OÍDOS, y poder así, escuchar tu voz, y la de los demás, como Vos lo harías.
MI LENGUA, y poder así, hablar sin herir ni criticar, que mis palabras hablen siempre de
tu Amor y con tu amor.
MI CORAZÓN, y poder así, amar como Vos, con ese amor puro y confiado a Dios Padre, un corazón
entregado a Su Voluntad.
EN UNA PALABRA, TODO MI SER, con todas mis miserias y virtudes, con todo lo que soy y tengo.
Y YA QUE SOY TODA TUYA, sin reserva alguna para mí.
OH MADRE DE BONDAD, Pureza y Fidelidad.
GUÁRDAME, siempre en tu corazón.
DEFIÉNDEME, contra todo pensamiento negativo que quiera entrar en mi razón.
Y UTILÍZAME, para anunciar siempre el Reino de Dios y su Verdad.
COMO INSTRUMENTO, débil en tus manos.
Y POSESIÓN TUYA, toda tuya, absolutamente tuya, mi vida y mi ser, no quieren ser más que un
perpetuo Si a tu Voluntad y a la de Dios mi Padre.
AMÉN, hoy y siempre, amén.

Lucky

Pasar el invierno de nuestra vida

Ese árbol que el invierno parecía haber secado…Donde sus hojas ya se habían desprendido de sus ramas… Que al mirarlo se veía tan “vacío”,  tan solitario… 

Pero era sólo por “afuera” porque su vida…, su color…, su compañía…, seguía viva. Porque atravesando todo su tronco yendo a  su profundidad y llegando a sus raíces comprobamos que estaban fuertes, que seguían tomando del agua de la vida… que seguían en  silencio “trabajando”, para que, llegado el momento, las ramas vuelvan a florecer, con hojas nuevas y relucientes…  

Y así como ese árbol, es nuestra vida. 

Muchas veces el duro invierno que llega a nuestra vida.., esos momentos difíciles de llevar.., que nos despojan de todas nuestras hojas.., de nuestras seguridades… 

Que pareciera que ese invierno nos quisiera sacar todas las fuerzas que ponemos en  sostener esas hojas que tenemos en nuestras manos y no queremos soltar. 

Pero cuando sabemos soltarlas, cuando sabemos entregarlas para que recorran su  camino… y cuando hemos quedado solos, con nuestras ramas vacías, con nuestro  corazón vacío. Es el momento de mirar adentro de nuestro tronco, de  ir profundo para llegar a las raíces, donde están Dios y María Santísima, para llenarnos de Ellos, que nos dan de tomar el agua viva,  el agua que calma la sed, el agua que llena. Y al mirar nuestras raíces  cara a cara, vemos que no estamos muertos, que el invierno nos habrá  sacado hojas, nos habrá dejado descubiertos, pero no nos ha sacado lo  que nos da la vida, que es el amor profundo de quienes nos sostienen,  de quienes nos dan las fuerzas necesarias para resistir el invierno, y así a su momento, volver a llenar la vida con hojas nuevas, con una mirada  nueva, con un corazón nuevo. 

No importa cómo ha sido el invierno de nuestra vida, cuánto hemos sido despojados, lo importante es saber que cuando nuestras raíces están sumergidas en el amor a Dios y a María nada nos puede pasar, porque son Ellos los que nos dan las fuerzas y la vida para volver a florecer… para llenar de hojas nuestras ramas y así dar luz y color a los demás, y cumplir la misión para la cual hemos sido creados. 

Y así vacíos de las hojas que ya no necesitábamos, transitando el frío invierno que nos  despoja, y llegando a lo profundo de nuestras raíces, de nuestro corazón,  encontraremos la fuente de nuestra vida, la fortaleza para seguir creyendo en lo que  vendrá, la seguridad de que nunca estamos solos y la confianza infinita en Quienes nos  sostienen. 

En Sus manos, ni en invierno más frío, puede quitarnos la fuerza y el amor que nace de  Ellos.  

Lucky

Quisiera ser como Vos María

Quisiera ser como Vos María,
una pequeña María.
Tan llena de amor, que sólo amor salga de mi corazón.
Quisiera ser como Vos María,
noche y día.
En la oscuridad de la noche y en la luz del día,
sólo cumplir la voluntad de Dios sea mi guía.
Quisiera ser como Vos María,
llena de alegría.
Esa alegría tan profunda que se convierte en felicidad,
por esa unión tan grande con Dios Padre.
Quisiera ser como Vos María,
tan dispuesta a la entrega.
Esa entrega de cuerpo y alma a la voluntad de Dios.
Quisiera ser como Vos María,
tan solícita para salir a la ayuda del otro.
Partir al instante, al saber que alguien puede
necesitarme.
Quisiera ser como Vos María,
una pequeña María.
Pero tan pequeña que puedas subirme a tus brazos
y yo goce tu compañía.
Quiera ser como Vos María,
y que al Dios mirarme, se alegre de mi vida.
Quisiera ser como Vos María,
una pequeña María.

Lucky

Destino Nueva Helvecia

La siguiente es una crónica de los pasos dados en busca de un encuentro espiritual con el Padre Kentenich en el Santuario de Nueva Helvecia, Uruguay.

Eramos cuatro amigas, Cris, Cecy, Lilia y yo, dos bonaerenses y dos chaqueñas, nos unía la rama de Mujeres Profesionales a la que pertenecíamos y donde teníamos nuestro grupo de vida y nos unía también la misma inquietud, saber más sobre el Padre José Kentenich, conocer más sobre su carisma y su misión por ello decidimos hacer un viaje a Nueva Helvecia, Uruguay, tras sus huellas.

Aquel 9 de enero de 2009 fue un día de grandes emociones, la primera emoción fue reencontrarnos las cuatro amigas en el puerto de Buenos Aires para zarpar en buque a Colonia, Uruguay. Sabíamos que al desembarcar teníamos que caminar un poco hasta la estación de ómnibus y allí tomar el micro que nos llevaría a Colonia Valdense, un pueblo donde había que hacer trasbordo a otro colectivo que nos dejaría en Nueva Helvecia.

Navegamos bajo un sol radiante y fuerte por el Rio de la Plata y en nuestros corazones navegaba   una ilusión y un sueño; estar en los lugares que visitó el Padre Kentenich.

Llegamos al puerto de Colonia, en ese entonces muy simple, nada que ver con lo moderno que es hoy. Bajar del barco fue como viajar en el tiempo, aquel puerto tan simple, las rocas de la costa y a lo lejos el faro “típico” de Colonia hicieron  parar el tiempo.

Caminamos unos metros y llegamos a la vieja estación de ómnibus. Al llegar a la plataforma nos recibió un guarda, quien amablemente nos preguntó a dónde íbamos y cargó nuestros bolsos en el colectivo. Aquí la segunda gran emoción, ya estábamos en el micro, ya en suelo uruguayo. Tierra uruguaya que nos recibía con mucho calor y paisajes coloridos. En la ruta vimos muchas pasturas, fardos y ganado, estábamos ingresando a la cuenca lechera de Uruguay y pasamos varios pueblitos hasta llegar a Nueva Helvecia.

He aquí la tercera y sorprendente emoción, el colectivo tenía parada final en el Santuario de la Virgen de Schoenstatt, en el centro del pueblo, lugar donde estuvo el Padre Kentenich.

Buscábamos su historia y lo encontramos al llegar, al bajar del micro en aquel mediodía estival en esa localidad tan pequeña de Uruguay.

Hacía mucho calor, pero estábamos felices de estar ahí.

“Llegamos chicas!!” grité feliz. ¿Y saben qué?  Llegó la gran emoción, aquella que hizo que el viaje valiera la pena.

Cruzamos la calle con los bolsos y caminamos hacia la entrada del lugar, allí estaba el Colegio Mariano a cargo de las Hermanas de María de Schoenstatt. Al llegar a la entrada nos recibió la Hermana Mariaestela era ya el mediodía y hacía mucho más calor.

La Hermana nos dijo: ”Pasen!!  les preparé un jugo fresco del durazno de nuestra quinta. Refrésquense que tengo mucho que mostrarles y contarles porque yo… conocí al Padre Kentenich”.

Escuchamos atentas los relatos de la Hermana mientras visitábamos   los lugares a los que ella nos llevaba, cada uno tenía una historia del Padre José y así fue que en suelo uruguayo sentimos el gran amor de la Mater y conocimos más a Nuestro Padre Fundador.

Natalia E. Ambroggio
Rama de Mujeres Profesionales de Resistencia, Chaco.

MARIA, MADRE MIA 

María, Madre mía,  
te doy la llave de mi corazón,  abre sus puertas frías,  
y enciende el fuego del Amor, para que mi vida no pierda la alegría,  por hondo que sea mi dolor. 

Rescátame de la agonía,  
de un mundo sin amor,  
alza el alma mía,  
hacia el corazón de Dios. 

Bella fuente de alegría,  
que me impulsa a ser mejor,  sin tu ayuda no podría,  
caminar con valor. 

Tú eres la mejor garantía 
para que brille en mí el sol. (Cristo) 

Liliana Laurent 
4to. Curso Federación de Mujeres  Región Nazaret – Argentina

Ml NIDO 

Cuando mi corazón esta afligido,  yo corro a mi nido,  
s el Santuario,  
que no tiene horario,  
y su puerta está abierta,  
para que mi alma se convierta. 

Y en la paz de su interior,  
siento que puedo ser mejor,  
se detiene mi llanto,  
cobijada bajo tu manto  
y se alivia mi dolor,  
en el calor de tu amor. 

Quien en la Madre confía,  
no pierde su alegría.  

Amén. 

Liliana Laurent 
4° Curso de la Federación de Mujeres Región Nazareth

MARIA 

Capullo de algodón, 
donde descansa mi alma, 
en tu cálido corazón,  
protégeme hasta el alba. 

Voy por la oscuridad, 
tomada de tu mano,  
me llevas a la profundidad  
y moldeas mi ser, en el dolor humano. 

Sólo puedo mirarte,  
no tengo fuerzas para rezar,  
mi corazón quiero regalarte,  
ayúdame a volver a empezar. 

María, mi esperanza y mi luz.  

Cúbreme con tu Gracia y paz,  
quiero llevar valiente mi cruz. 

Ilumina mi camino de santidad. 

Amén. 

Liliana Laurent 
4to. Curso de la Federación de Mujeres  Región Nazareth – Argentina

MATER

Ir los caminos del Padre
Asida de tu mano
Sin mirar ni temer
Las piedras, los abismos
Ni el largor del camino.

Ir contigo
Perdida la nostalgia,
Ciega para el mundo,
Asida de tu mano
Sin pensar en el destino.

Ir! 
Sin tiempo ni distancia, 
Fundida mi mirada
En tu mirar divino,
Sonriente y anhelante
¡Por seguir tu camino!

FUEGO Y LEÑA SECA

María,
Tu corazón es fuego.

Un fuego silencioso y suave.

Calidez.

Tu corazón, fuego aventado por el Espíritu
Es chisporroteo y llama.

Es ardor por la misión y por tus hijos.

Es ternura y espada de  lucha
Que vence las miserias y al Demonio.

Tu fuego ilumina y despierta la vida.

Transforma lo humano, lo mediocre.

Nos hace héroes del amor,
Nos eleva a las alturas
Y recrea nuestra nada en riqueza infinita.

María,
Tu corazón es fuego
Y el mío, leña seca.

¡Enciéndeme, como tea ardiente
Que te lleve a los hombres
¡Y los rescate para tu Reino Inmaculado! 

INMACULADA

Inmaculada.
Presencia tenue y silenciosa,
En el fresco verdor de primavera;
¡En la luz cálida del fuego de mi Dios!

Inmaculada.
Abres tus brazos que me dicen ¡ven!
Iluminas los senderos hacia ti;
¡Regalas el fulgor que limpia todo mi ser!

Inmaculada.
Presencia tenue y silenciosa,
En el otoño maduro, dorado de sol;
¡En la brisa de la mañana y el rocío!

Inmaculada.
Tu manto me viste con tu gracia
Y tu mano me sostiene en la lucha
¡Para ser como Tú, Presencia del amor!

Inmaculada.
Transparentas la gracia, la alegría, el don de Dios
Y su misericordia, en Ti, nos llega al alma.
¡Mantén tu mirada y como Tú viviré para servir!

Inmaculada.
Tuya mi vida y mi ser. Tuyo lo que amo y lo que doy.
Tuyos aquellos que te miran porque los miro en ti.
¡Tuya la belleza, la verdad y el anhelo profundo de Dios!

Inmaculada.
Tuya soy.

A NUESTRO PADRE 

Simple como agua,
Puro como el lirio.
Niño de María,
Padre por la cruz.

Cetro de María,
Piedra viva del Reino.
Niño de María,
Padre por la cruz.

En medio de un pueblo en silencio,
Surgió en tu voz, el clamor de Dios:
No hay tierra de hijos,
No hay tierra de padres;
Sólo habrá un Reino si mueres por él.
El hijo acepta – cimiento de fuego-
Y se vuelve Padre que a todos se da.

Roca de los tiempos,
Signo para el mundo.
Niño de María,
Padre por la cruz.

Padre de los pueblos,
La Iglesia te aclama.
Niño de María,
Padre por la cruz.

Música