LIBERTAD, CONCEPTOS PASADOS VIGENTES Y PROYECCION FUTURA
Autor: Martin Blas Orduna
La libertad como valor en la autoeducación
A principios del siglo XX, un pedagogo alemán comenzó un nuevo curso con sus estudiantes en completa rebeldía; pero después de conocerlos un poco, les propuso un objetivo de vida: autoeducarse como personalidades LIBRES, recias y sacerdotales. Se trataba de un seminario menor, es decir de chicos muy jóvenes con vocación sacerdotal; corría el año 1912. Pasados algunos meses de trabajo con sus alumnos, les dio la clave del éxito para su autoeducación, aliarse a la Virgen María, sobre todo, porque se venían los duros tiempos de la primera guerra mundial, y muchos de ellos deberían partir al frente de batalla. Las trincheras, batallas y actos heroicos de entrega a María que llamaron Capital de Gracias, forjaron los más altos ideales en esos jóvenes que se constituyeron en la primera generación de héroes por la cual el Movimiento de Schönstatt tuvo un fecundo inicio a partir de 1914.
Con la misma pedagogía, una nueva generación pudo enfrentar al Nacionalsocialismo: algunos fueron llevados al campo de concentración, otros padecieron tormentos y persecuciones, pero siempre la consigna fue ganar la libertad interior -ser fieles a los valores y convicciones- aunque esto significara perder la libertad exterior.
Esta es la herencia de la fe vivida, con la cual queremos que el anhelo del Padrenuestro “que venga a nosotros tu Reino” produzca un cambio de fondo en el mundo, a través de la transformación interior del corazón del hombre.
La libertad interior
San Pablo nos dice en su Carta a los Corintios que “donde está el Espíritu del Señor hay libertad”[1]. El mismo Cristo afirma que “la verdad los hará libres”[2]. Podríamos decir entonces que la búsqueda de la verdad es un camino hacia la libertad, o ambos términos se encuentran vinculados en la vida diaria ante la posición que debemos adoptar frente a los desafíos que nos impone este mundo, porque “a cada día le bastan sus problemas”[3]. Jacques Philippe acota en este sentido en su libro La libertad interior que para que “la vida se nos haga soportable, es fundamental entrenarse para no cargar nada más que con las dificultades de hoy, entregando el pasado a la Misericordia divina, y el futuro a la Providencia”[4].
Justamente la libertad se gana en la medida que uno se dona y entrega su pasado y futuro al Señor para que así El acompañe nuestro presente y aliviane los contratiempos que nos tocan vivir.
Ahora bien, el desafío será descubrir, qué nos depara esta forma de obrar cuando vivimos en comunidad, o a escala país, en la bendita tierra que Dios nos ha regalado.
La libertad hoy en Argentina
Por cierto, en Argentina tenemos una gran historia, fuente de nuestra identidad, pero que quizás pocos la han entregado a la Misericordia divina, como forma de perdonar y curar heridas y quizás menos entregan el futuro a la Providencia.
La historia de nuestra patria comienza con el anhelo de libertad, frente al invasor inglés que una y otra vez vencido, empieza a perfilar la libertad definitiva del poder español tras la revolución de 1810 y las luchas por consolidar la independencia. Fueron años duros pero la clave del éxito nuevamente fue en nuestro caso una ferviente fe en la Virgen de Luján, tierra desde la cual se emprendió la reconquista de Buenos Aires en los primeros días de agosto de 1806: hubo una primera derrota en Perdriel, pero la estrategia fue no dispersarse y gracias a la unidad alcanzada se pudo reconquistar la capital una y otra vez. El objetivo era claro, lograr la libertad y en menos de diez años la independencia era una realidad. Hubo batallas, desencuentros, pero el liderazgo de Belgrano y San Martín tuvo a instancias del primero, la visión trascendente de poner a María al frente de todo desafío y concretamente a la Virgen del Carmen como patrona del Ejército.
En G1810 aspiramos a cultivar estas virtudes, el amor a la patria (surgida en 1810) y la visión estratégica de poner a la Virgen al frente de todos nuestros proyectos en alianza con Ella.
Queremos dar un giro a la historia argentina para que en menos de diez años vivamos en un país desarrollado. Por una parte, si consolidamos personalidades que se autoeduquen en la libertad, con fortaleza en el trabajo para conquistarla y liberarse sobre todo de lo que oprime la libertad interior. Y por otra parte, esta libertad se alcanzará en el presente como sociedad, si nos re-encontramos los argentinos en los valores que nos identifican como nación, entregando la historia reciente a la Divina Misericordia y consagrando el futuro a la Providencia de manos de nuestra Madre y Reina.
Martín Orduna, G1810
Martín Blas Orduna es arquitecto, profesor e investigador de la UBA y la UB, pertenece al Instituto de Familias de Schönstatt y coordina el área P+G del G1810.
[1] 2 Cor 3,17.
[2] Jn 8,32.
[3] Mt 6,34.
[4] Phililppe, J. La libertad interior. Buenos Aires, San Pablo, 2011, pp.93-94.