Carta de Alianza julio 2021
Querida familia de Schoenstatt de Argentina:
¡Feliz día de Alianza! Me uno a Uds. para renovarla como familia, en la alegría de seguir peregrinando juntos. Seguir en camino ya dejó de ser obvio. El milagro de la vida se ha hecho más patente en este tiempo. La pandemia nos ha hecho experimentar con fuerza nuestra fragilidad.
María de Nazareth, nuestra aliada
Volver la mirada a la persona con quien hemos sellado Alianza nos ayuda a seguir caminando, sabiéndonos comprendidos y alentados por aquella mujer que, en el transcurso de su vida, también atravesó momentos muy duros.
María de Nazareth, la María histórica, mujer pobre y sencilla, de un pequeño poblado en tierras remotas supo de audacias y sufrimientos, desde su juventud, momento en que el Señor le salió al encuentro sorpresivamente: “El Señor está contigo…se preguntaba qué podía significar aquel saludo”.
Vivió en una época en que, en general, la vida era más ruda, implicaba más sacrificio físico, simplemente por las condiciones de vida de aquel entonces. Pensando en la enfermedad, seguramente hizo la experiencia de acompañar enfermos, de despedir familiares y amigos que habrán fallecido por enfermedades incurables en aquel entonces. Las Escrituras y la tradición nos dan a entender que San José falleció cuando María no era mayor. Con certeza habrá sido un dolor profundo la partida de su esposo, aquel que el Señor había puesto a su lado en esa aventura de ser la madre del Salvador.
Es duro estar junto al que sufre. No es fácil acompañar en el sufrimiento cuando no hay mucho por solucionar sino todo por soportar inexorablemente.
Encontrarse con Dios en lo bajo
María perteneció además a un pueblo con una historia sagrada. Yahvé había gestado al pueblo judío. Eran la obra predilecta de Dios. Pueblo escogido y liberado. Pero en el momento que a Ella le tocó vivir, eran un pueblo oprimido por el imperio romano. No quedaba demasiado brillo en su presente, eran otros ya los potentados. Quizás Dios volvía a hacer transitar a su pueblo por el camino de la conversión.
Seguramente todo esto daba vueltas por el corazón de María y por eso cuando comienza a experimentar fuertemente el actuar de Dios, canta en su Magnificat:
(El Señor) “derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.” (Lc 1,52-53)
María no debe haber hablado de poderosos y humildes en abstracto sino de sus compatriotas en particular. El Señor que se ha abajado, derriba al orgulloso porque es en lo bajo donde puede encontrarse con él. ¡Nuestro Dios actúa de esa manera! No es un Dios de las alturas, sino de lo bajo, porque quiere ascender con nosotros.
Transitamos un camino de meseta. Vamos con Ella. Porque nos comprende. Sabe acompañar. A lo largo de la historia, de los veinte siglos que siguieron, como Madre de la Iglesia, como la asunta al cielo (y por eso más cerca aún de nosotros), por su poder de Reina, ha acompañado a sus hijos en miles de persecuciones, enfermedades y guerras. Ella es la madre fiel que sabe acompañar en el dolor, es la Mater dolorosa, que sigue estando al pie de la cruz, que sigue abrazando a su hijo ya sin vida y se lo entrega al Padre sabiendo que su esperanza no será defraudada, aunque una espada le esté atravesando el corazón. Ella bien sabe de dolores, enfermedades y muerte. Ella, es nuestra aliada. ¡Cuánto reluce hoy su compañía!
La experiencia de los encuentros
La compañía de María también se hace sentir en las instancias de encuentro que se gestan en nuestra familia de Schoenstatt. En este mes que pasó, tuvimos la gracia de tener la jornada nacional de la Campaña y la jornada nacional de jefes de los matrimonios. Ambas de manera virtual. Cientos de aliados nos unimos y conectamos virtual y espiritualmente.
En el marco de la jornada nacional de la Campaña, se relanzó el secretariado de Don Joao Pozzobon. Agradecemos a Silvina y Miguel Acevedo de la Campaña de Resistencia por asumir este desafío. Es un nuevo espacio para crecer en el vínculo con este siervo de Dios, hijo de la Mater, alumno de nuestro Padre Fundador y darlo a conocer mucho más, como modelo e intercesor. Creemos en la santidad de Don Joao. Es un fruto maduro de una vida gestada en la Alianza de amor.
Saliendo del Movimiento, como iglesia latinoamericana y caribeña hemos comenzado hace unos meses una Asamblea Eclesial. Es una experiencia nueva para todos. Lejos está de ser un encuentro solo de los obispos. Es una instancia de todo el pueblo de Dios que peregrina en estas tierras latinoamericanas. Estamos convocados bajo el lema: “Todos somos discípulos y misioneros en salida”. Será un camino largo que comenzamos, donde el primer paso es un proceso de escucha. El compartir es la consigna. Los invito a adentrarnos en este ofrecimiento que la iglesia nos acerca. Se puede participar desde múltiples lugares, desde lo personal hasta lo oficial del Movimiento. Espero seamos un aporte para nuestra madre Iglesia.
Nuestro Papa Francisco nos regala en sus intenciones para este mes de julio un guiño especial a los argentinos, al elevar una oración especial por la amistad. Y a la vez nos compromete pidiéndonos rezar para que, en situaciones sociales, económicas y políticas conflictivas, seamos arquitectos de diálogo y de amistad, valientes y apasionados.
Me despido de Uds deseándoles un bendecido día de Alianza y feliz día del amigo para pasado mañana. Que el Señor, nuestro gran amigo, los bendiga y proteja siempre.
P. Pablo Gerardo Pérez
Director Nacional