En camino hacia los 72 años de la Campaña del Rosario
Quedan pocos días para el 10 de septiembre, día en que recordamos el nacimiento de la Campaña del Rosario. Para ir preparándonos espiritualmente para este gran día les compartimos la novena de Don Joao Pozzobon y los santos misterios del Rosario.
Estimado/a amigo/a:
Esta Novena, dirigida a la Sma. Virgen, Nuestra Señora de Schoenstatt, por intercesión de su hijo, el Siervo de Dios Diácono João Luiz Pozzobon, ha llegado a tus manos. Seguramente un problema, una necesidad te lleva a recurrir a la intercesión de quien creemos ya habita en el Cielo. Quisiera presentarte, brevemente, este trabajo.
En primer lugar, su sentido. ¿Es cierto, es real que pueden ayudarnos aquellos hermanos o hermanas que ya están en el Cielo?
La respuesta es afirmativa. Sí, existe el misterio de la Comunión de los Santos. La sabiduría cristiana del pueblo, con naturalidad, recurre espontáneamente a la intercesión de los que ya viven en Dios. El Concilio Vaticano II, al referirse a las relaciones entre la Iglesia peregrina y la Iglesia celestial, nos enseña que aquellos hermanos y hermanas que más se asemejaron a Cristo, reproduciendo su imagen (cf. Ro 8,29) son modelos de vida, interceden por nosotros. Y en ellos, Dios mismo nos habla (cf. Iglesia, 50).
Estructura de esta Novena. Te sugiero:
– Que comiences con la oración inicial, a fin de ponerte en el clima apropiado para rezarla;
– A continuación, lee las reflexiones del día: la viday el ejemplo del Diácono Pozzobon pueden iluminar situaciones concretas que nos toca vivir.
– Concluimos con la oración por su beatificación, encomendando a su intercesión la necesidad por la cual queremos rezar estos nueve días.
Puedes tener la certeza que don João, desde el Cielo, se ocupará de tu deseo, y ciertamente lo presentará a la Santísima Virgen, con quien mantuvo una extraordinaria vinculación aquí en la Tierra. Si tu petición es escuchada, no te olvides del deber de gratitud (sería valioso que nos hagas llegar tu testimonio a la vice-postulación). Si Dios no responde a tu pedido, o lo hace de otra manera, o en otros tiempos a los nuestros… no te desanimes. A menudo Él “escribe derecho con líneas torcidas”. Es más, el apóstol Pablo, meditando sobre la sabiduría de Dios, nos dice en su carta a los romanos: ¡Qué insondables son sus designios y qué incomprensibles sus caminos! (Ro 11,33). En la oración vamos creciendo en la actitud de Jesús ante el Padre, en esa apertura y docilidad de hijos, que Él expresara en Gethsemani con esas palabras: “Padre, todo te es posible: aleja de mí este cáliz, pero que no se haga mi voluntad sino la tuya” (Mc 14,36). Como cristianos, como miembros de Cristo, estamos llamados a compartir su vida y su destino. Es decir, a sufrir con Él para ser un día también con Él glorificados. El Diácono Pozzobon experimentó esta realidad. Supo de trabajos, de luchas y sufrimientos. Pero esto fue iluminado, cada vez más, desde el misterio de la victoria final de Cristo: “La vida es resurrección” J. L. Pozzobon.
Esta Novena lleva como título unas palabras que Pozzobon solía decir ante cualquier situación incierta: “A Mãe ja arrumou”, la Madre ya lo arregló. Quiere ser, por eso, una Novena de confianza. La alegría de María es poner todo su poder y toda su bondad en favor de sus hijos e hijas. Esta fue la experiencia de don João.
¡Ojalá sea también la nuestra!
P. Esteban J. Uriburu
Primer Vice postulador de la causa de canonización
del Diácono João Luiz Pozzobon.