Una nueva lucecita en Villa Devoto
Autor: P. Martín Clavijo
Desde hace varios años, la Parroquia San Rafael de Villa Devoto, celebra misas en una esquina del barrio para la Novena de su Patrono. Nada espectacular: un cruce de calles, una casita con la puerta abierta, una vecina que presta una mesita y un mantel, otra que saca unos banquitos… Pero, ¿no es a menudo lo pequeño, lo más insignificante, el origen de lo más grande?
El pasado 13 de octubre la Virgen de Schoenstatt eligió ese lugar, conquistado hace años por cada Misa que celebró ahí la comunidad parroquial.
«Todo se da como de costumbre en María, y es lo que debe saber todo aliado a la Virgen: debe ser ahora», nos comparte David, padre de familia que se encargó de colocar la mayólica de la Virgen ese día. Y es así, cuando se ama profundamente a alguien, se está atento a cumplir rápidamente sus más mínimos deseos. Uno de los sacerdotes lo llamó para decirle: «llamalo a Diego, Hilda avisó que se puede colocar al mayólica en el taller mecánico de Calderón de la Barca y Nueva York, es justo en la esquina». Y un par de horas después, estaban ahí con todo lo necesario. Sin duda, este era «un día en el cual nuestra Mater tenía destinado hacernos pasear», continúa David. Y es que, como dicen muchos en la parroquia: «esta Virgen tiene algo que no te podés quedar quieto, enseguida tenés que hacer algo».
La Reina de los Ángeles es capaz de poner en movimiento Cielo y tierra. Mientras todavía estaban colocando la imagen, donada por las hermanas Alejandra y Florencia Villarroel, «se acercaron los operarios del taller, y comenzaron a preguntar qué Virgen era y no paraban de exclamar: ¡Qué hermosa es!». Es imposible, con las palabras de David, no recordar esa Antífona de la Virgen que dice: «¿Quién es Esta que va subiendo cual aurora naciente, bella como la luna, brillante como el sol, terrible como un ejército formado en batalla?». «Ahí –continúa David– es cuando nuestra lengua, ya consagrada (a ella), comienza a hacer su trabajo, contando una y otra vez la historia tan increíble de Schoenstatt». ¿A quién no le dan ganas de contar que la Virgen se deja conquistar por sus hijos, que pone su Trono de gracias ahí donde le hacen sitio y donde le demuestran con hechos que realmente la aman?
«Ya colocada la mayólica –sigue–, rezamos tres Avemarías y un Gloria. Los trabajadores sacaron fotos y junto a los vecinos que se acercaron a verla, hablaban de lo hermosa que era. Entonces comprendí por qué ella es “Peregrina” y nosotros sus “instrumentos”. Es porque ella tiene el plan Perfecto entre sus brazos de Madre: el Divino Niño Jesús.»
El martes 18 de octubre, en el marco de las Fiestas patronales de San Rafael, sellaron su Alianza dieciocho personas de la comunidad, entre ellos David y su mujer. En la misma celebración, nueve personas dieron un paso de profundización, comprometiéndose como misioneras de la Virgen, recibiendo la imagen Peregrina, entre ellas estaba Hilda.
El miércoles 19, al día siguiente, se celebró la misa en la esquina de Calderón y Nueva York y se bendijo la mayólica. Algunas personas llevaron en andas a la Lujanera, primera Peregrina de la Argentina, hasta el lugar. Varios vecinos se acercaron. También estaba presente el Sr. Bonomo, que con tanta alegría le cedió ese lugarcito a la Virgen en su pared.
Toda la celebración parecía un eco de la frase motivadora que eligió la comunidad parroquial para este año: «Siguiendo tu luz, caminamos en comunidad». San Rafael encendió una nueva lucecita en el barrio, para gloria de la Reina del Cielo. Como toda luz amiga, esta Imagen de gracia congrega, protege y cuida.
Imposible no sumarnos a estas últimas palabras: «¡Gracias Madre por hacernos parte de la Alianza perfecta de Amor!»