Carta de alianza febrero 2023

Querida familia de Schoenstatt Argentina:

¡Bendecido día de Alianza! Espero que el verano esté siendo para ustedes un tiempo de descanso, de recargar pilas y energías; y también un tiempo de cercanía con Jesús y María, a pesar de que, para algunos, pueda ser un tiempo de lejanía de sus santuarios o ermitas.

Quizás el verano es también un tiempo de extrañar el Santuario y de vivir el encuentro con María de una manera distinta. Como compartía el mes pasado, lo misionero es un acento fuerte de nuestro verano como aliados.

La misión nos une

Me alegra ver cómo en las misiones nos unimos como familia. La estructura de Schoenstatt tiene distintos estamentos y eso muchas veces nos genera tensiones y hasta divisiones. Sin embargo, en las misiones, la Mater nos regala una experiencia de profunda unidad. La Alianza de Amor nos une no sólo con la Mater sino también entre nosotros. Somos aliados y por eso hermanos de Alianza. En la misión nos experimentamos y sentimos muchas veces desvalidos. Excelente oportunidad para hacer la experiencia de necesitar a nuestros hermanos, captar vitalmente que son también nuestros aliados.

Un nuevo Santuario en construcción

Cada Santuario es una fuente de gracias que el Señor nos regala. Se nos acusa a los schoenstattianos de ser fanáticos del Santuario. Lo somos. La vida del Santuario es puro don, regalo de Dios, pero que se convierte en misión. Estamos llamados como aliados a ponernos al servicio de la vida del Santuario y de los peregrinos, hijos que la Mater va engendrando y pariendo en ese hospital de campaña que es cada Santuario.

El año pasado nos alegrábamos con la autorización de la construcción de un nuevo santuario en San Juan. Hace años se esperaba la escrituración del terreno. Será un Santuario bien añejo, como los buenos vinos cuyanos. Ahora la Mater y sus hijos sanjuaninos, nuestros hermanos, nos están pidiendo ayuda. Se necesita la cooperación de la familia argentina. Para apoyar tanto a nivel de capital de gracias como capital económico. En la carta que nos envía la familia de San Juan se pueden leer más datos.

Reflexión sobre la vida del Movimiento y los grupos de vida

La vida de los Santuarios, a través de sus pastorales, se está revelando cada vez más importante y central. Por contrapartida, vemos que, en muchos lugares, hay un declinar en los grupos de vida típicos de las ramas. Ayuda saber que en el pensamiento original del P. Kentenich no están presentes los grupos de vida en el ámbito de la liga. De hecho, no pensó vida comunitaria para la liga (otro nombre que el Padre le da al Movimiento). A decir verdad, tampoco lo prohíbe. Pero lo comunitario claramente no es el acento, como si lo es el vínculo religioso y espiritual con la Mater y el Santuario.

La creación de los grupos de vida constituyó un aterrizaje latinoamericano del carisma cuando Schoenstatt llegó a estas tierras. Fue una modalidad muy fecunda dado el rasgo social propio de los latinos. Muchos de nosotros experimentamos lo potente que es un grupo de vida como instancia de compartir y crecer en la vida de fe. Pero pareciera que, en este momento, Dios nos está mostrando nuevos caminos.

¿Qué atrae hoy a las personas para acercarse a nuestros Santuarios? Que esta pregunta nos guíe a la hora de pensar nuestro accionar apostólico. Me arriesgo a decir que estamos ante el desafío de pensar lateralmente otra liga, otro Movimiento. No porque haya que cambiar lo que tenemos, sino complementarlo con nuevas propuestas. Hay que animarse a hacerlo. El miedo no es buen consejero. Hacer lo que siempre se hizo, no es, en principio, garante del actuar del espíritu y menos si ese actuar no está en el pensar original del fundador.

“No tengan miedo” es la frase más repetida del resucitado. Una dosis mesurada de miedo es sana. Una cuota alta, paraliza y estanca. No es sana para alguien que quiere ser y estar en movimiento. Nada de pesimismo ni de derrotismo. Tampoco son de Dios. Nuestro Dios es un Dios de las promesas. Lo mejor siempre está por venir.

Cruzada de María

Este espíritu de fe aventurera se vio plasmado en la Cruzada. Fue muy potente lo vivido acompañando a nuestros jóvenes en este cruce de los Andes. Fue épico. Pudimos seguirlos por las redes, caminar y rezar con ellos. Alegrarnos por la hazaña. Nos tocaron el corazón y sabemos que tenemos una cruzada más grande en nuestra vida cotidiana. Tenemos muchas cordilleras que nos separan unos de otros y que necesitamos cruzar. Confiamos principalmente en que Dios nos regale la energía necesaria.

Cuaresma: tiempo para abrir horizontes

Una dosis extra de gracias se nos regala en cada cuaresma. A veces ayuda saber lo que no es algo para ir intuyendo lo que sí es. Este ejemplo de Jesús nos muestra claramente lo que no es un espíritu cuaresmal:

Había un hombre rico, cuyas tierras habían producido mucho, y se preguntaba a sí mismo “¿Qué voy a hacer? No tengo dónde guardar mi cosecha”. Después pensó: “Voy a hacer esto: demoleré mis graneros, construiré otros más grandes y amontonaré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, como, bebe y date buena vida” (Lc 12,16-19).

Este hombre insensato, se habla a sí mismo. No dialoga. Guarda para sí. No comparte. Está solo. ¿A quién ama? ¿Quién lo ama? Su vida es para sí mismo. No para entregarla. No atraviesa ninguna cordillera. Se queda estancado en su propio lado.

Cuaresma quiere ser un tiempo para salir de estos círculos viciosos, egocentristas y autoreferentes que todos tenemos, en mayor o menor medida. Abrir ojos, cabeza y corazón para verlos y así hacer la cruzada al prójimo. Ese es el regalo que Dios quiere hacernos. Porque el principal protagonista de esta acción descentrante es Dios en nuestro corazón para que podamos, también nosotros, decir con el salmista: “me sacó a un lugar espacioso, me libró, porque me ama” (Salmo 18).

Querida familia, les deseo una bendecida y fecunda Cuaresma. Quedamos en eso, permanecemos fieles.

Saludos y bendiciones,

Compartimos el link del video de Alianza de febrero 2023: https://youtu.be/KZ06nOsE3Uc