Ser peregrino…la esencia del pueblo correntino
Autor: José Gabriel Orrego, Federación de Familias de Corrientes
Corrientes fue fundada bajo el signo de la Cruz de los Milagros y el amparo de la Tiernísima Madre de Dios y de los hombres, la Virgen de Itatí.
La imagen de la Virgen de Itatí, que se encuentra actualmente en la Basílica que lleva su nombre, está tallada en timbó y el rostro en nogal. El nombre de la Pura y Limpia Concepción de Itatí viene de la lengua guaraní “ita”, roca, y “tí “, blanca, o sea, “piedra blanca”, por los yacimientos de cal que estaban junto al arroyo Caleria.
La historia
Luego de que la Virgen de Itatí fuera traída de la reducción de Ciudad Real, provincia de Guayrá, los franciscanos la llevaron consigo hacia el sur, a Guayrá, debido a los constantes ataques de los indígenas. En ese lugar levantaron un oratorio y colocaron a la Virgen, pero un ataque de aborígenes hostiles destruyó el lugar y la imagen de la Virgen Inmaculada desapareció.
Según la tradición la imagen habría sido encontrada en el curso del alto Paraná, no lejos del puerto de Santa Ana, por un grupo de indios. Estos vieron a la Virgen Inmaculada sobre una piedra rodeada de una luz muy brillante y acompañada de una música sobrenatural. Fray Luis Gámez ordenó el inmediato traslado de la figura a la reducción, pero la imagen volvió a desaparecer en dos ocasiones, retornando a su lugar cerca del río.
Los religiosos comprendieron cuál era la voluntad de la Santa Madre, y se dispuso el traslado del asentamiento a esos parajes. En 1615 (1580 según otras versiones) el puerto de Santa Ana quedó abandonado, y fray Luis de Bolaños fundó la nueva reducción a la que da el nombre de “Pueblo de Indios de la Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatí”. Con el tiempo, el lugar comenzó a conocerse simplemente como Itatí, y fray Luis de Gamarra, párroco del lugar, fue el primero en dar a conocer los milagros de la Virgen. El 16 de julio de 1900, la imagen fue solemnemente coronada por voluntad del Papa León XIII. Fue entronizada con el nombre de Reina del Paraná y reina del Amor.
La casa de la Madre
Sin lugar a dudas, desde el primer momento aquel Trono de Gracias se convirtió en un lugar de Peregrinación, de encuentro, la casa de la Madre que recibe a todos sus hijos y los mira con ojos de misericordia para cobijarlos, escucharlos, consolarlos y animarlos. Este sentimiento que tan clara y emotivamente se expresa en la canción de los de Imaguaré…
¿Cómo no voy a venir desde el atajo y a pie?
Si un milagro pronto fue el favor que recibí
Mediante vos conseguí salvar de la enfermedad
Por eso vengo a tu altar Virgencita de Itatí
Peregrino de la esperanza, peregrino de amor
Con el alma y los pies sangrantes a tu casa voy
Déjame besar tu manto, Virgen de Itatí
Promesero soy y vengo a cumplir lo que en mi oración yo te prometí
Mil gracias te doy, Virgen de Itatí (Peregrino de la Esperanza, Imaguare)
La Basílica de Itatí se encuentra distante 70 kms de la ciudad capital de Corrientes, y es el centro religioso de una provincia y toda la región NEA, uno de los Santuarios Marianos más importantes de Argentina, junto con el de Lujan y de Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás. Es el centro de innumerables peregrinaciones que se viven como manifestación de la fe popular de un gran corazón ferviente de un pueblo que a lo largo de su historia ha ido desarrollando esta práctica religiosa como parte de acerbo e idiosincrasia popular.
En Corrientes hay tres grandes peregrinaciones que ya están establecidas como tradicionales y año a año se realizan, en Abril la de los Tres Pueblos (Paso de la Patria, Santa Ana y San Cosme); la de San Luis, quienes en carretas y a caballos, ataviados de sus prendas tradicionales se encamina en Julio hacia la casa de María, bajo la advocación de la Virgen de Itatí, y la Peregrinación Juvenil del NEA en Septiembre, entre muchas tanta otras que realizan instituciones, comunidades, movimientos y familias, durante todo el año lectivo.
Amor de peregrino
Dos cosas fundamentales de nuestro ser correntino testimonian estas expresiones religiosas:
Una es la fe popular que se reconoce Peregrino. El correntino sabe que camina hacia la Tierra sin Mal, hacia ese Paraíso del cual, por el pecado, ha sido desterrado, esa tierra de paz, de fraternidad y de abundancia. El peregrino no es un caminante errante que va como quien no tiene sentido o no tiene destino, que se deja guiar por la intuición o el sentir hacia donde deba ir, un peregrino tiene un punto de partida, de concentración, de salida, desde donde se organiza, se congrega y se prepara para la travesía que implica embarcarse en ese camino. El peregrino, tiene también, un punto de llegada, una meta, un destino, al cual sabe que es llamado, y en el cual sabe que es esperado… “Déjame besar tu manto, Virgen de Itatí
Promesero soy y vengo a cumplir lo que en mi oración yo te prometí”… Sabe que va a la casa de su Madre, que la espera incasablemente y lo acoge amorosamente.
Otra cuestión fundamental que testimonia el peregrinar, es el sacrificio, la voluntad, el agradecimiento y la entrega que requiere esta expresión de fe. Solo aquel que está decidido y conmovido en su corazón se anima a emprender este camino, ya que requiere esfuerzo, dedicación, compromiso desde lo económico, desde la organización del tiempo y preparar las cosas, desde muchas veces la incomodad y el sacrificio. El que peregrina deja toda la comodidad de su cotidianeidad para salir de si e ir al otro lugar, a encontrarse con otros, hace beneficios económicos para solventar sus gastos y prepara su avió, su “mochila”, como así también dispone su cuerpo y su corazón para esta misión…
Como entonces no conmoverse cuando ya en el atajo, los últimos 10 kms puede empezar a vislumbrar la cúpula de la basílica, con la imponente imagen de María de Itatí, y renovar sus fuerzas y deponer sus dolores y sufrimientos para redoblar esfuerzos y llegar a sus manos, muchas veces de rodillas o arrastrado postrarse ante la dulce imagen de su Madre, “Peregrino de la esperanza, peregrino de amor, con el alma y los pies sangrantes a tu casa voy”
Como no emocionarse hasta las lágrimas cuando entras a la casa de María, tu casa y sentir que ella te mira tan tiernamente y con sus manos juntas reza con vos al Padre Dios por todas tus intenciones y se alegra con tus entregas y agradecimientos. La imagen de la virgen de Itatí tiene las manos juntas y dicen que en ella cabe un corazón humano, como reza la canción, en tus manos cabe las penas del poriaju, del pobre, del sufriente… es allí donde cada uno de los peregrinos, grandes y pequeños, pobres y ricos, sanos o enfermos…todos experimentan su realidad de necesitados y confían su corazón en el corazón de la Madre y Reina…
La experiencia de Peregrino no termina cuando llega al destino de su peregrinación, si no que sabe que allí renueva sus fuerzas y su fe para la misión que es volver a su lugar de origen, y la vida cotidiana donde debe testimoniar con sus gestos y actitudes aquello que le dejo esa experiencia y que transformo su corazón.
¿No es eso entonces una clara expresión de una Alianza de Amor, entre el hijo y la madre, que lo lleva al Padre con la clara conciencia de que este peregrinar hacia la Tierra sin Mal? Itatí es un llamado peregrino, una vocación a vivir el “Nada sin Ti, Nada sin Nosotros”.