La nueva imagen de hombre según el Padre Kentenich

La nueva imagen de hombre según el Padre Kentenich

Autores: Silvina y Raúl Viñas – Curso XXIV Federación de Familias

Toda evocación a nuestro Padre Fundador, en este caso ante un nuevo aniversario de su nacimiento, es siempre una invitación para renovar nuestra mirada sobre el testimonio de su vida y la vigencia de su pensamiento.

En 1912 a poco de ser ordenado sacerdote y asumir la tarea de Director Espiritual en el Seminario Menor, el Padre Kentenich al presentar a sus educandos el desafío del “ideal del hombre nuevo en la comunidad nueva”, les decía: …“Bajo la protección de María queremos aprender a educarnos a nosotros mismos para llegar a ser personalidades firmes, libres, y sacerdotales”1.

Esta formulación no sólo expresaba su proyecto de vida, sino también una propuesta de autoeducación concreta para sortear los grandes desafíos de ese tiempo, signado por el pensar mecanicista, el colectivismo y la amenaza latente de un gran conflicto bélico.

Detengámonos brevemente en cómo describe cada uno de esos rasgos del hombre nuevo:

  • …personalidades firmes: “Hace tiempo que dejamos de ser niños pequeños. En aquel entonces nos dejábamos guiar en nuestras acciones por caprichos y estados de ánimo. Pero ahora debemos aprender a actuar según principios firmes y claramente reconocidos. Podrá vacilar todo en nosotros. Entonces ya no podrán ayudar las prácticas religiosas. Sólo una cosa podrá ayudarnos: nuestros principios. Debemos ser personalidades firmes”2.
  • …libres: “El hombre nuevo es la personalidad autónoma, animada de interioridad, con voluntad y disposición para tomar decisiones con responsabilidad propia e interiormente libre, alejada de una rígida esclavitud a las formas así como de una arbitrariedad que no conoce normas. Por eso no le es propia una autonomía absoluta. Dado que se orienta por el ideal del Dios Trino, vive en todas las etapas del desarrollo de acuerdo a las leyes del ser del mismo Dios Trino”3.
  • …sacerdotales: “Este rasgo lo definirá más tarde cuando afirma que personalidad sacerdotal, es la persona consagrada a Dios por el bautismo y profundamente unida a Dios en la vida cotidiana, llamada a ser discípula de Cristo y misionera de su mensaje. El Concilio Vaticano II le dará también este sentido cuando afirma que todo el pueblo de Dios es un pueblo sacerdotal”4.
  • Al referirse a la comunidad nueva dirá: …“Queremos aprender a educarnos a nosotros mismos (…) No sólo ustedes sino también yo. Queremos aprender unos de otros”5. “El hombre nuevo es el hombre comunitario, solidario con los demás. Es el hombre que vive y forja una comunidad nueva. En pedagogía se trata de educar en comunidad y para la comunidad” 6.

La Alianza de Amor con María en el Santuario sellada el 18 de Octubre de 1914, se convirtió entonces para el Padre Kentenich, en el medio pedagógico por excelencia para llevar a cabo esa transformación que había presentado a sus congregantes dos años antes. Con ella nacía también Schönstatt, aún cuando su fundador más tarde lo descubriera.

Algunas décadas después en 1948, el Padre Kentenich ya advertía los signos de una cultura globalizada que asomaba en el horizonte, cuyas consecuencias serían una revolución espiritual tan universal y radical que afectaría todas las dimensiones de la vida humana, una tecnología que acercaría tanto a los hombres entre sí y los impulsaría como nunca antes hacia una uniformidad y masificación que los nivelaría en cuanto a costumbres, mentalidad, concepción y hábitos de vida. Se preguntaba entonces respecto del hombre globalizado: …“Esta imagen, llevará el sello de las fuerzas demoníacas o de las fuerzas divinas?”7.

En 1977 aparece por primera vez el término “posmodernidad” que deja atrás la moderna hegemonía de la razón, para dar lugar a la primacía del sentimiento y de la subjetividad. El sociólogo polaco Zigmunt Bauman afirmaba en 2012: “Vivimos en una época en que los viejos paradigmas han dejado de funcionar antes de que estuviese listo el nuevo mundo. Uno de los principales problemas de nuestro tiempo es que nos estamos distanciando del pasado a toda velocidad pero sin ser capaces de definir el porvenir”8.

¿Qué caracteriza a esta época posmoderna? Una falta de entusiasmo por las ideologías políticas, ausencia de ídolos y de tabúes, carencia de un proyecto histórico movilizador, no hay urgencia de misión, ni nerviosismo revolucionario. Como lógica consecuencia, esta posmodernidad termina finalmente por plasmar un hombre que: …”sometido a una avalancha de mensajes e informaciones, opta por el vagabundeo incierto de unas ideas a otras. No se aferra a nada, sus opiniones son susceptibles de rápidas modificaciones. En lugar de un yo integrado, aparece el yo fragmentado y contradictorio, un relativismo cultural que rehúsa toda creencia, toda estabilidad, toda autoridad”.9El hombre actual más que de raíces parece disponer de antenas para captar los mensajes que le vienen del exterior”10.

Quienes hemos sellado la Alianza de Amor podemos dar testimonio de cuánto ha influido en nosotros y en nuestras familias, la presencia de María para ayudarnos a enfrentar este tiempo difícil, “globalizado y posmoderno”, que interpela fuertemente nuestros valores y pone a prueba nuestros vínculos.

En el caso de sus pequeños congregantes, fue el vínculo con el Padre Kentenich lo que los llevó a María. El lazo humano del que se sirvió Dios para conducirlos al corazón de Dios: “Dios nos quiere atraer con lazos humanos. Por eso procura que nos dejemos vincular por el amor filial, conyugal, paternal. Permite que nos vinculemos a hijos, padres y cónyuges. Pero Dios tira ese lazo hacia arriba y no descansa hasta que todo esté ligado a Él”11.

Durante su largo exilio en Milwaukee, el Padre Kentenich se dedicó especialmente a las familias a través de sermones y charlas. Rescatamos aquí algunos conceptos, que mantienen hoy permanente actualidad:

  • “La educación ética (enseñar una serie de cosas que uno debe o no debe hacer) no es suficiente, más bien hay que formar a toda la persona. Esto acontece especialmente mediante la transferencia de vida entre el educador y el estudiante, cuando existe una fuerte y sana vinculación personal entre ellos. Factores coadyuvantes son: una atmósfera apropiada y un espíritu de magnanimidad (actuar no tanto porque tengo que hacerlo, sino porque quiero hacerlo). Es especialmente provechosa una ferviente devoción mariana. La misión de la Santísima Virgen como Inmaculada Concepción (totalmente libre de pecado a fin de ser totalmente libre para hacer la voluntad de Dios) puede apoyar firmemente la formación de la persona en la pureza, la libertad abnegada y el amor”12.
  • “Los padres tenemos la responsabilidad de cumplir la tarea de instruir a los hijos y no dejarla en manos ajenas. No tengo que avergonzarme de iluminarle a mi hijo, el misterio de la vida”13.
  • “Si queremos realizar cabalmente la tarea de la transfiguración y no simple ilustración (educación de los hijos) procuremos entonces que en nuestra casa reine una atmósfera sobrenatural. Y la manera más sencilla de generarla es cultivar en la familia una devoción mariana profunda y cálida, lo que no surge como por arte de magia, ni con decir algunas palabras sobre ella. No, la imagen de la Santísima Virgen ha de tener un lugar importante en la educación de los hijos por un largo tiempo, más aún todo el tiempo”14.

Así también hoy nosotros, padres y abuelos, estamos llamados con la ayuda de María a conducir a nuestros hijos y nietos a ese corazón del Padre Dios para que allí puedan encontrar el cobijo y la seguridad para transitar este tiempo desafiante.

En la medida que encarnemos ese ideal de hombre armónico, integrado que el Padre Kentenich nos presentó como modelo, seremos para ellos el mejor incentivo para impulsarlos en pos de su propia conquista.


Referencias:

  1. Acta de Prefundación. 27 de Octubre de 1912.
  2. Idem
  3. Kentenich José. “Mi filosofía de la educación”
  4. Strada Angel. “La imagen del hombre según José Kentenich”. Editorial Patris. pág 114
  5. Acta de Prefundación. 27 de Octubre de 1912.
  6. Strada Angel. “La imagen del hombre según José Kentenich” pág 124
  7. Kentenich José. “Carta para el 20 de Mayo de 1948, Nueva Helvecia, Uruguay”
  8. Kentenich José “La llave para entender Schönstatt” (1951)
  9. Strada Angel. “La imagen del hombre según José Kentenich”. pág 45
  10. Velazco, Juan Martín. “El malestar religioso de nuestra cultura” 2da Edición Madrid, pág 208
  11. Kentenich José. “Kentenich Reader” Tomo III
  12. Kentenich José “Sexualidad , don y desafío”. Editado por P. Jonathan Niehaus Pág146.
  13. Idem. Pág 147
  14. Ibidem. Pág 149