Carta de alianza abril 2022

Carta de alianza abril 2022

Querida familia de Schoenstatt de Argentina:

¡Felices Pascuas de Resurrección y bendecido día de Alianza! Que este 18, lunes de Pascua, nuestra Alianza con la Mater, nos ayude a que las gracias pascuales que brotan del sepulcro vacío calen profundamente en el alma y así configuren más nuestra vida.

Modo Resurrexit

Anhelamos que nuestra vida sea más pascual, más llena de resurrección y luminosidad. El cristiano está llamado a vivir de esa manera y no impulsado por culpas y temores, por presuntos “deber ser” que hay que cumplir pero que, al final, no nos terminan moviendo, porque no nos motivan, no tienen potencia creadora como la Pascua de Cristo.

Semana Santa fue un fuerte retiro predicado y encarnado por Jesús mismo. Retiro que se torna escuela de vida. En nuestra vida estamos llamados a tener encuentros fraternos, donde compartimos unos con otros (cena del Señor). Dios nos llama a entregarnos dándolo todo (pasión y muerte), con signos y gestos concretos (lavado de los pies y eucaristía). De toda esta entrega, Dios, inesperadamente, más allá de todo cálculo, se manifiesta dando mucho más (Vigilia Pascual).

Semana Santa es también un camino (via crucis). Nuestra vida lo es. Estamos llamados a tener paciencia en nuestras entregas. La resurrección no fue instantánea. Y de hecho, esperamos la resurrección de toda la humanidad, la Pascua de la creación[1]. Nuestros aportes no son fecundos de un día para el otro. Dios tiene un plan y lo va cumpliendo a su ritmo. Fue una constante en las lecturas de la pasión la referencia a que todo ocurría según las escrituras.

Según las escrituras

Nuestra vida tiene que irse desarrollando también “según las escrituras”. Para el judío es clarísimo que “según las escrituras” significa según el querer de Dios y lo ya profetizado por él. Dios no es un improvisado. Sabe perfectamente lo que quiere de nosotros. Nosotros somos lo que nos perdemos y de tanto en tanto improvisamos, saliéndonos del libreto. Dios lo sabe y la luz pascual nos devuelve a nuestro recto camino.

Los evangelistas tuvieron buena memoria y tacto finísimo para recordar las escrituras y detectar el obrar fiel y poderoso de Dios en lo que había pasado con Jesús, su hijo. Pidamos esa buena memoria y tacto delicado para dejarnos iluminar por el resucitado.

La luz pascual (representada en el cirio) nos habla de esa luminosidad que vence todas las tinieblas, humanas y demoníacas, que es bueno reconocer. No para tener miedo, sino para que iluminadas, se disipen. En la Pascua, al final de todo, Jesús es el hombre más fuerte que triunfa (Lc 11,22). Esa es la razón de nuestra esperanza. Queremos también nosotros decir con María Magdalena:

“He visto el sepulcro del Cristo viviente y la gloria del Señor resucitado…Ha resucitado Cristo, mi esperanza…” (Secuencia de Pascua)

El Paso Mayor de Dios, la Pascua

Ya hace varios años, conociendo el Schoenstatt argentino, se me fue haciendo patente la relación entre la Pascua y el Santuario de Paso Mayor, cerquita de Bahía Blanca. “Lejano” santuario, que acaba de cumplir 70 años. Junto al Santuario Nacional, únicos santuarios bendecidos por el P. Kentenich.

Este santuario rural fue bendecido en la Pascua de 1952 y hasta hoy guarda un toque de misterio. Es un santuario desconocido para muchos schoenstattianos argentinos y sin embargo, como vemos, es un santuario de vieja data.

Paso Mayor debe haber tenido su encanto para el P. Kentenich y por ese motivo lo visitó en dos oportunidades (1948 y 1952). Fue él quien lo bendijo como Santuario de la Madre del Pueblo y quién regaló la imagen de la MTA. Cuenta la tradición oral que en su primer viaje no le pareció tan linda la imagen pintada de la Mater[2] que había en aquella capilla y por eso en el 52 trajo el cuadro tradicional de la MTA de regalo, que se conserva hasta el día de hoy.

Gozo que se transforma en baile

Anecdótico y profundo a la vez es que el P. Kentenich, en su visita a Paso Mayor, habló del baile. Aunque suene curioso, así fue y reflexionó sobre la necesidad del alma humana de expresar su alegría en el baile. No es de extrañarnos que la tradición nos diga que María baila en la visitación cuando canta el Magníficat, y que Miriam, hermana de Moisés, baila, luego del cruce del Mar Rojo, celebrando la liberación.

Tiempo pascual es tiempo de baile. Que cuerpo y alma expresen esa alegría de la nueva vida del resucitado. El mundo necesita de esta danza de la alegría de la resurrección. Nuestros hermanos indios y africanos, por cultura, han podido plasmar con danzas sus liturgias. Es difícil para nosotros, occidentales, más vergonzosos y no acostumbrados a ello. No pretendo una arenga para que bailemos en las misas (aunque también podría ser, ¿por qué no?) pero sí nuevas maneras de expresar la alegría. Mucho escuché que “los de afuera”[3] nos ven con tonos grises y caras nostálgicas en nuestras celebraciones. No queremos que sea así. No dejemos de buscar expresar nuestra alegría por el resucitado que venció a la muerte y nos abre el camino de regreso al Padre.

Gozo que se hace misión

Mucho de las gracias desbordantes que nos regala Dios en Semana Santa se expresan en nuestras tradicionales misiones. Ya la pandemia, lejos de impedir, nos estimula a encontrarnos y misionar. Fue dura la distancia, es hermoso el reencuentro. En varias diócesis volvieron a llevarse a cabo, tanto misiones juveniles (Paraná, Mendoza, San Luis, Buenos Aires, Chaco, San Juan y La Plata) como misiones familiares (Salta, Tucumán, San Isidro, Pilar y Mar del Plata). Agradecemos a los jóvenes y familias, ¡son cientos!, que con alegría y entusiasmo salieron al encuentro llevando la visita de María y compartiendo la alegría del resucitado.

Agradezco también a todos los que hicieron posible que en muchos santuarios se viva profundamente el misterio pascual en las celebraciones comunitarias. Son celebraciones especiales que demandan mucha preparación y cuidado. El resucitado no se deja ganar en generosidad.

Saludos especiales también a los tucumanos que hoy están de aniversario. Que las gracias pascuales hagan cada vez más del Jardín de María una pradera donde nuestra Reina atraiga y Cristo triunfe.

Les deseo un bendecido y alegre tiempo Pascual. Que sea un profundo encuentro con el resucitado.

Quedamos en eso, permanecemos fieles,

P. Pablo Gerardo Pérez

Director Nacional

Movimiento Apostólico de Schoenstatt Argentina


Compartimos el link del video de Alianza de marzo 2022: https://www.youtube.com/watch?v=IQe5bLLQ9lc


[1] Es el título de un manual clásico de escatología de Juan Luiz Ruiz de la Peña.

[2] De hecho, todavía se conserva esa imagen y doy fe que tenía razón Kentenich.

[3] Me refiero a los que están alejados de la iglesia