Carta de Alianza junio 2021

Carta de Alianza junio 2021

Querida familia de Schoenstatt Argentina:

¡Bendecido día de Alianza! Transitamos tiempos de pandemia. Va casi año y medio. Aprender a convivir con ella, es el desafío. Darle un sí, desde dentro, a esta dura realidad con todas sus consecuencias materiales y espirituales, no es tarea fácil. Es tan fuerte lo que estamos viviendo que sin el auxilio de la gracia divina sería imposible.

¡Ha llegado la hora de tu amor!

Confiemos que esa gracia está ahí, nos llega de la fidelidad de la Mater a nuestra Alianza de Amor con Ella. La oración “Plegaria del anillo de Alianza” del Hacia el Padre compuesta por el P. Kentenich justamente en el campo de concentración de Dachau, nos habla de cómo, ante las adversidades más rudas, tenemos que apelar al amor poderoso del Señor:

“Cuando mi alma está fatigada de muerte…
Cuando mi pecho está oprimido y a punto de estallar…
Cuando busco al Padre y no lo encuentro…
Cuando de todos lados se ciernen negras nubes 
y todo me empuja con violencia a “liberarme”,
entonces mi alianza suscita todas mis fuerzas diciéndome:
¡Ha llegado la hora de tu amor!” 
(HP 589-591) 

Mantener viva nuestra Alianza de Amor es esencial. La pandemia ha hecho de decantador en nuestra vida. Nos ha revelado lo que es esencial y lo que no. Revaloramos nuestros vínculos familiares y amistades. Y en el plano religioso, estamos haciendo la experiencia de cómo el cultivo de nuestra vida espiritual es también de vital importancia para nuestra sanidad física, psíquica y espiritual.

Necesitamos celebrar comunitariamente la fe. Se percibe cómo el alma tiene nostalgia de lo sacramental, extraña el encuentro cercano con Dios en los sacramentos, vividos familiarmente, a través de los ministros y en lugares representativos como nuestros santuarios, templos parroquiales, etc. Prueba de ello, es el hecho de que, a pesar de que el Papa ya al comienzo de la pandemia, levantó el precepto dominical mientras dure la crisis epidemiológica, una gran cantidad de fieles continúan buscando incansablemente recibir la comunión. 

Las personas no se acercan ya a la eucaristía para cumplir un precepto, sino porque quieren recibir a Aquel que les da vida. Es conmovedor observar la cantidad de personas que buscan la eucaristía incluso hasta corriendo algún riesgo en su salud. Es un testimonio fuerte de fe vivida el que estos fieles nos regalan. Son verdaderos mártires de hoy, si vamos a la etimología de lo que la palabra mártir significa: testigo. Testigos de que el Señor es el supremo bien y que todo lo demás es relativo a su ser.

En este sentido, estamos convencidos de que lo espiritual tiene sus efectos en la salud integral de la persona. Y esto es científicamente demostrable. Un buen estado anímico/espiritual mantiene en alto el sistema inmunológico. Mucho cuidado de lo físico, pero descuido de lo psicológico, afectivo y espiritual no es una buena estrategia, hablando ya en el mediano y largo plazo.

En el campo apostólico también vivimos situaciones semejantes. Conmueve el ejemplo, principalmente de jóvenes que se arriesgan pero no cesan en sus tareas voluntarias en merenderos, ollas populares, tardes o noches de caridad. La conciencia de que hay otros que me necesitan, que están peor que yo, que Cristo sigue estando justamente en el más necesitado, saca las mayores fuerzas de nosotros. ¡Ha llegado la hora de tu amor!

La altura del poder en blanco

Es propio de nuestro carisma, crecer en la vida de Alianza, en dirección al espíritu del poder en blanco, donde el amor a María nos abre a darle un sí alegre y profundo a lo que Dios nos tenga preparado. Expresión mariana de este “sí a la voluntad del Padre” han sido en la vida de la familia de Schoenstatt las coronaciones. 

La primera corriente de coronación en Schoenstatt del año 39, nace a raíz de la fragilidad en torno a la consolidación del gobierno nacional socialista en Alemania. El momento histórico los colocó en una situación de desvalimiento tal que, humanamente, se hacía muy difícil continuar. Así fue aquella primera coronación en Schoenstatt antes del comienzo de la segunda guerra mundial. Así lo hicimos, quizás inconscientemente, el año pasado como familia internacional con la corriente que se denominó “Corona Mater”.

Dios nos está demandando vivir en estas alturas. Transitamos lo que el P. Kentenich denominaba “tiempos apocalípticos”, no por hacer referencia a un cierto “fin del mundo” sino porque es tan confrontativo lo que vivimos que nos fuerza interiormente a tener que aceptar esta voluntad de Dios o no. La coyuntura nos interpela a  dar una respuesta desde la fe, a tomar una opción de vida en consecuencia.

Audaces en el riesgo, creativos en la misión

Lastimosamente, la pandemia nos hace continuar con un marco muy restrictivo. Surge la pregunta, en algunos, sobre la razonabilidad de muchas de estas restricciones. A esta altura de la pandemia, me arriesgaría a decir, que ya tenemos claridad sobre los cuidados necesarios. Cumpliéndolos, nos vemos en el desafío de, creativamente, ir dando forma a encuentros presenciales seguros, para ir gestando una nueva modalidad pastoral que posibilite nuestro cultivo del espíritu. No percibo esto como algo tan descabellado, porque nuestra dinámica tradicional de “grupos de vida” en Schoenstatt nos ubica en lo que se ha denominado “burbujas”, dinámica segura que muchas instituciones han adoptado como medida precautoria.

El pasado fin de semana del 29 y 30 de mayo se desarrolló de manera virtual la Jornada San José bajo el lema: “Audaces en el riesgo, creativos en la misión”. Le agradecemos a Dios lo compartido ese fin de semana, tanto por el contenido como por la cantidad de participantes que virtualmente se dieron cita. Participaron de los talleres propuestos unos 450 aliados, de distintas ciudades de Argentina, recibiendo formación al servicio de sus diócesis.

En otro plano, pero bajo ese mismo espíritu, la agrupación G1810 nos invita a soñar con una nueva dirigencia política para nuestra patria. Se está ofreciendo un taller digital para dirigentes políticos que culminará con la firma de un compromiso de vivir en la política valores cristianos. Pidámosle al Señor que llame a muchos dirigentes que quieran, entregar su vida en el servicio del pueblo y construir las bases de una nueva nación.

Les deseo un bendecido día del padre a todos los papás y los convoco a unirnos en oración por los papás que ya están en el cielo. Como argentinos nos congrega también la celebración del día de la bandera, el próximo 20 de junio. En ese espíritu, los saludo y bendigo,

P. Pablo Gerardo Pérez
Director Nacional