Carta de alianza marzo 2025
Queridos hermanos en la Alianza, ¡Muy feliz día!
El comienzo de marzo trajo muchos eventos que me gustaría compartir en este día para que podamos reflexionar juntos y, desde ahí, renovar nuestra Alianza de Amor.
Bahía Blanca, inundación y solidaridad
El pasado 7 de marzo, la ciudad de Bahía Blanca recibió intensas lluvias. Cayeron 400 mm en 8 horas, lo que equivale a casi dos tercios de lo que normalmente recibe en un año. Esta fue una verdadera tragedia climática que dejó 16 víctimas fatales y personas aún por encontrar. Estos eventos, que irrumpen arrebatándolo todo, nos golpean, pero también nos conectan con lo mejor de nosotros mismos. Un símbolo de esto fue la imagen de las enfermeras de la sala de Neonatología del Hospital Penna, quienes, con cariño y arriesgando sus propias vidas, ayudaron a salvar a los bebés internados y sus mamás. Este cuidado de la fragilidad y estos actos cargados de amor vencen en medio de la dureza y crueldad de la vida.
Una enorme corriente de solidaridad se despertó en todo el país, y muchísimos voluntarios pusieron sus manos para ayudar y solidarizarse en esta hora triste. En palabras del Arzobispo de Bahía Blanca, Azpiroz Costa: “donde abundó la devastación, sobreabunda la solidaridad”.
Aprovecho este día para saludar a nuestra Familia de Bahía Blanca especialmente a nuestros hermanos en Alianza más afectados por estos sucesos.También a los sacerdotes asesores que están acompañando la situación más de cerca. Toda la Familia Argentina reza por ustedes y los acompaña.
Nuestra conversión sinodal: aprender a caminar en Familia
Los sucesos de Bahía Blanca evidencian que, cuando llega el golpe, no hay tiempo para prepararse. Esto requiere de nosotros un entrenamiento constante en cultivar la conciencia de ser comunidad, luchando contra la tentación del aislamiento y la autosuficiencia. En su mensaje de Cuaresma, el Papa Francisco nos invita a una “conversión sinodal”. “En esta Cuaresma, Dios nos pide que comprobemos si en nuestra vida, en nuestras familias, en los lugares donde trabajamos, en las comunidades parroquiales o religiosas, somos capaces de caminar con los demás, de escuchar, de vencer la tentación de encerrarnos en nuestra autorreferencialidad, ocupándonos solamente de nuestras necesidades”. Esta invitación nos interpela como Schoenstatt.
La originalidad del carisma y la misión propia nos exige detenernos aquí. Esta llamada del Papa es también una llamada de nuestro Padre Fundador y, en última instancia, una renovada llamada de Dios. La vitalidad de todo lo que hacemos depende de cómo lo hagamos. Caminar en familia, avanzar junto con otros, sabernos parte de un equipo, ir uno en el otro, con el otro y para el otro, son diferentes expresiones de ese “cómo”. Cada uno debe formularlo con sus propias palabras para que esta llamada resuene con fuerza en su interior y le encuentre sentido. La fecundidad de nuestra misión depende de escuchar esta llamada a la conversión.
Estamos iniciando el año; en las diferentes diócesis es tiempo de Jornadas de inicio de la familia y de las ramas. Que este sea el espíritu con el que encaremos el año.
60 años del 4to Hito: “En la tierra nace el Cielo”
El secreto de la vitalidad de Schoenstatt se esconde en el Santuario y en esa armonía entre lo natural y lo sobrenatural, en la que el Padre Kentenich descubre el aporte original de Schoenstatt. Dios es el Dios de la vida, y lo descubrimos en el plano natural; aquí se expresa y asegura el vínculo con lo sobrenatural. Somos un Movimiento que, junto a María, queremos ayudar al hombre de hoy a encontrar una nueva armonía. En este sentido “En la tierra nace el Cielo” es la frase fuerza que eligió la Comisión que quiere ayudarnos como Familia a vivir este camino hacia los 60 años del cuarto hito de nuestra historia. Hace 60 años concluía el Concilio Vaticano y gracias a ese nuevo espíritu nuestro Padre Fundador y su mensaje pudo comenzar a ser comprendido.
El Papa Pablo VI recibió a nuestro Padre en audiencia el 22 de diciembre de 1965. En esa oportunidad el p. Kentenich comprometió a toda la familia de Schoenstatt en la misión conciliar de la Iglesia. El cáliz que el mismo Padre regalara al Papa es signo de ese compromiso y de las promesas que le hiciera, las cuales no han perdido vigencia.
Para conmemorar este acontecimiento la Comisión que he nombrado está organizando una serie de conferencias virtuales y un encuentro presencial en Nuevo Schoenstatt para profundizar en estos contenidos. El cáliz que contiene esas promesas peregrinará por los diferentes Santuarios de la Argentina durante este año y nos ayudará a renovar el “Dilexit Ecclesiam” del Padre. Queremos que ésto sea un signo de esperanza.
João Luis Pozzobon, un hombre extraordinario
Otro signo de esperanza lo recibimos el 6 de marzo cuando supimos que los teólogos encargados de estudiar la causa de Don João, concluyeron que él vivió de manera extraordinaria la fe, la esperanza y la caridad. Ahora esperamos que los obispos y cardenales confirmen el parecer de los teólogos y después, que el Santo Padre lo declare venerable. Confiamos que ésto sucederá pronto y continuamos rezando fielmente en esta intención. Schoenstatt se prepara para ver llegar a los altares a uno de sus hijos.
Esta noticia se da mientras la Campaña del Rosario y toda la familia de Schoenstatt se prepara para celebrar en Santa María los 75 años del inicio de esta gran corriente misionera, que nos reunirá en Septiembre en Santa María.
Rezo en este día de Alianza por el inicio de año de cada familia diocesana y de cada una de sus ramas. Desde el Santuario imploro para ustedes la bendición de Dios y les pido que sigamos rezando por el Papa Francisco dando gracias por su recuperación.
P. Santiago Ferrero
Director Nacional
Movimiento Apostólico de Schoenstatt Argentina
Compartimos el link del video de Alianza de marzo https://youtu.be/RFcJn7dbiDI
1 https://www.maeperegrina.org.br/categoria/jubileu-75-anos/