Carta de Alianza mayo 2019

Carta de Alianza mayo 2019

Querida familia de Schoenstatt Argentina:

¡Feliz día de Alianza y bendecido Tiempo Pascual! El misterio de la Pascua es tan potente que no nos alcanza la Semana Santa para celebrarlo. Por eso la Iglesia nos regala siete semanas para profundizar el gran acontecimiento de la historia de la humanidad. ¡Cuánto nos ama Dios! ¡Verdaderamente ha resucitado y por su victoria tenemos acceso directo al Padre, a la Vida eterna!

Nuestro Padre y Fundador celebró la Pascua del ‘52 en tierras argentinas y en aquella oportunidad nos alentaba a ser “hombres y mujeres pascuales”, dejando que el Resucitado-Transfigurado nos inspire con sus cualidades. Luego de la resurrección, en los encuentros con él, lo vemos aparecer y desaparecer. Es ágil. No se estanca ni detiene. Lo vemos atravesar muros y puertas cerradas. Es capaz de traspasar obstáculos. Finalmente, ya no necesita sufrir más, es el hombre de la alegría interior sin fin (13 de abril de 1952, Paso Mayor).

Nos queda entonces preguntarnos: ¿tengo un corazón ágil, atento y receptivo? ¿Tengo un espíritu que no se detiene ante las dificultades de la vida sino que es capaz de atravesarlo todo con los ojos de la fe? ¿Me experimento acompañado por la presencia misteriosa, real y poderosa del Resucitado siendo Él la fuente de mi alegría interior?

El tiempo pascual es un tiempo para rejuvenecer. El Papa Francisco en su última exhortación apostólica Christus Vivit nos recuerda que “Cristo es siempre joven … y nos quiere hacer partícipes de la novedad de su resurrección”. Pascua es un tiempo para volver a llenarnos de ilusiones y enamorarnos.

Próximos a la fecha patria del 25 de mayo, es también un tiempo para soñar Argentina. ¡Qué hermoso sería si un año electoral fuera un año de compartir anhelos y sueños! Más que de ahondar diferencias y disputas. Qué distinto sería nuestro país si alcanzáramos a fraguar, aunque más no sea algunos puntos comunes que nos lancen hacia adelante convencidos que es un anhelo compartido para consolidar nuestra patria. ¡Cuánto daño nos hace el desandar caminos andados! ¡Cuánto esfuerzo y tiempo malogrado!

Este soñar juntos presupone un reconciliarnos. Que esta gracia reconciliadora pascual actúe en el corazón de los argentinos y podamos avanzar. No es utópico pensar que Argentina pueda estar más reconciliada. Así lo hicieron los países europeos en la posguerra. Así lo hizo alguna vez Sudáfrica luego del apartheid. ¿Por qué no podríamos nosotros?

Como cristianos, schoenstattianos, necesitamos iluminar, sumar, aportar y entusiasmarnos desde nuestra experiencia de Dios, la propia del carisma, en esta construcción de un proyecto común de nación. El año pasado se nos compartía en el Congreso Teológico Kentenijiano que lo auténticamente profético radica en el ofrecimiento de una novedosa experiencia e imagen de Dios con los demás, más que un denunciar, en nombre de Dios, realidades que nos indignan.

Nos colmó de esperanza la Jornada de Representantes de la Campaña del Rosario que tuvimos el mes pasado en el Santuario Nacional, en Nuevo Schoenstatt. La Mater peregrina convocó a 100 dirigentes de todo el país sumándose a esta propuesta una docena de misioneros uruguayos. Constatamos cómo la Mater continúa despertando vida a lo ancho y largo de nuestro país y continúa modelando corazones juveniles misioneros que la acerquen a sus hijos.

En este tiempo de encontrarnos con y en el Resucitado, les mando saludos y bendiciones. Quedamos en eso, permanecemos fieles,

 

P. Pablo Gerardo Pérez

Director Nacional

Movimiento Apostólico de Schoenstatt Argentina