Carta de Alianza: noviembre 2018

Carta de Alianza: noviembre 2018

Querida Familia de Schoenstatt de Argentina:

 

¡Feliz día de Alianza a todos! Ya pasó un mes de los festejos del 18 de Octubre pasado y en numerosos Santuarios y ermitas del país se congregaron muchísimas personas que sellaron y renovaron sus Alianzas de Amor.

 

Conmovía la celebración en la ermita de San Juan donde recibieron numerosas primeras comuniones, inclusive chicos de capacidades diferentes, los preferidos del Señor. Días más tarde, como regalo a la Mater en el día de la madre, en Paraná  se llevó a cabo la tradicional Peregrinación de los Pueblos con miles de peregrinos que llegaron al Santuario de la Loma luego de 92 km recorridos y sufridos. Y el primer fin de semana de noviembre, en San Luis, cientos de jóvenes volvieron a peregrinar a la Ermita donde se está conquistando el futuro Santuario.

 

Hace poquito, en Roma, concluyó el sínodo de los jóvenes que nos impulsa a verlos como un lugar teológico, es decir, en ellos Dios nos habla. Estamos muy lejos de aquella trillada frase: “la juventud está perdida”. Por eso el Papa nos alienta a escucharlos, acompañarlos y darles protagonismo. A los jóvenes y a todos en realidad, el saber que tenemos una misión en la vida despliega lo mejor de nosotros mismos.

Varias diócesis en este último tiempo han estado o están de sínodos diocesanos. El espíritu sinodal está impregnando no solo a la Iglesia argentina sino, me arriesgaría a decir, a gran parte de la Iglesia universal. Lo veíamos en el sínodo de los jóvenes y hace unos años se llevó a cabo el sínodo de las familias. El espíritu sinodal es un aspecto relevante en nuestro movimiento que nació con este espíritu. Nuestra espiritualidad schoenstattiana, al ser de los vínculos es profundamente sinodal. Es clave en este sentido el buscar compartir sueños y anhelos, estar atentos a las necesidades de los demás y de esa manera hacer un discernimiento comunitario de lo que Dios quiere para nuestras comunidades.

 

Además estamos transitando el mes de María, un mes que transforma. En este tiempo de poca claridad y cuestionamientos antropológicos, el ver a María como mujer plena es de gran ayuda. Ella nos ilumina ante la pregunta de qué es ser una verdadera mujer. “Todas las generaciones le llamarán feliz” porque asume su ser como un regalo de Dios y es capaz de vivirlo al servicio de los demás. Su ser madre, no representa para ella una carga sino todo lo contrario, la alegría de poder ser fuente de vida para los otros. Ese gran regalo de Dios que es María es  lo que experimentamos en este mes. Ella es nuestra madre, está cerca nuestro, su cuidado y cariño nos transforma y envía a ser también nosotros signos del amor y de la misericordia de Dios para muchos.

 

Hace unos días los obispos argentinos luego de su Asamblea Plenaria nos compartieron su mirada de pastores de la realidad de nuestro país. Hubo énfasis en su preocupación por los pobres, por cuidar la democracia, hacer llegar el evangelio a la cultura actual, la lucha contra la corrupción, el cuidado del medio ambiente y no quedarse en las críticas al Papa descuidando su propuesta evangélica. Nos piden solidaridad y sensibilidad a todos, de manera especial a nuestros gobernantes. Como Familia argentina, dejémonos interpelar por estas palabras de nuestros pastores, viendo de manera creyente en que nos invitan a dar un salto de fe.

 

El 16 de noviembre pasado recordábamos el cumpleaños del P. Kentenich. Quiera Dios que nuestra vida de Alianza sea un gran regalo también para él. Hoy por la tarde celebraremos la Eucaristía con el Cardenal Poli en la catedral de Bs As. Pedimos por toda la familia de Schoenstatt de Argentina y traemos toda la vida que Dios nos regala para dejarla como ofrenda sobre el altar. Queremos ser un aporte para la Iglesia y nuestra patria. Se lo pedimos a María y al Señor con fe. Quedamos en eso, permanecemos fieles.

 

Padre Pablo Gerardo Pérez