Carta de Alianza – Septiembre 2018
Queridos Aliados y Aliadas:
Con la celebración de los 50 años de la partida del Padre Kentenich todavía fresca, queremos celebrar un nuevo día de alianza. ¡Bendiciones, querida familia de Argentina!
Le demos gracias a Dios por el regalo de la vida y obra de nuestro fundador. A través de su persona nos regaló una manera original de vivir la fe. El vínculo a él es parte de nuestra espiritualidad y este año se ha plasmado en una corriente de numerosas alianzas filiales selladas en diversas ciudades del país. Nos vinculamos al Padre y Fundador porque nos acerca la paternidad misericordiosa de Dios y nos ayuda a experimentar en lo humano el actuar de Dios.
De esa manera, lo humano es traspasado por lo divino y surge la confianza. Confianza que como argentinos necesitamos imperiosamente. En gran parte, nuestra situación económica financiera es complicada y delicada porque no tenemos confianza en nosotros mismos, en nuestros gobernantes, en lo que será de nuestra patria. Esa desconfianza opera produciendo mayor descalabro en el sistema. Sé que la realidad es más compleja aún y mis líneas no pretenden tener un tinte político partidario sino simplemente valorar lo que la confianza produce en nuestra vida y sociedad.
Como argentinos nos cuesta esa confianza, ponernos de acuerdo y tirar todos para el mismo lado. Por eso veo como una gracia lo ocurrido el pasado fin de semana largo de agosto cuando el trabajo sostenido en el tiempo de muchos jóvenes y asesores de la JM Argentina en la búsqueda del ideal nacional arribó a buen puerto.
En un ambiente de cenáculo, el soplo del Espíritu tomó cuerpo y se hizo ideal que reza: “Con María, pasión que transforma”.
Con María, siempre María, pasión por ella es un distintivo de nuestra JM. Pero la pasión es en primer lugar la entrega de Cristo por nosotros. Esa pasión transformó la historia de toda la humanidad y transforma nuestra historia personal. La JM Argentina quiere vivir esta pasión con tanta intensidad que transforme también a los demás, a cuantos estén cerca, a los ambientes donde se muevan, barrios, ciudades, ¡a toda la Argentina!
El P. Kentenich escuchaba de manera especial los ideales de los más jóvenes, dejemos que este ideal, como llamada a la santidad, penetre también nuestra alma y nos impulse en nuestra vida de Alianza.
Para la familia cordobesa, la partida del P. Kentenich y la bendición del Santuario de Villa Warcalde están muy unidos. Semanas antes de aquel 6 de Octubre del 68, día de la bendición, fallecía nuestro Padre Fundador. En Córdoba se repite que es el primer santuario bendecido por el Padre desde el cielo. Es también vox populi que el Padre tenía los pasajes listos de su vuelo a Argentina para venir a la bendición. Nos acercamos al 50 aniversario de aquella bendición significativa para el desarrollo del Schoenstatt argentino. Gracias, Mater, por todos estos años de presencia silenciosa y fecunda en “la Villa”. Desde ahí se ha gestado una gran familia que te pedimos sigas guiando, educando y multiplicando.
Quedamos en eso, permanecemos fieles.
Padre Pablo Gerardo Pérez