La Campaña del Rosario de la Virgen Peregrina de Schoenstatt es una misión inserta en la Iglesia, un camino pastoral moderno que tiene como fin específico la evangelización de las familias.
Fue iniciada por el diácono Joao Luiz Pozzobon, miembro del Movimiento Apostólico de Schoenstatt de Brasil. Es una manera privilegiada de acercar las gracias del Santuario de Schoenstatt (cobijamiento, transformación espiritual y fecundidad apostólica) a las familias, por medio de la visita de la imagen peregrina de la Virgen de Schoenstatt.
Comenzó en el año 1950, cuando una Hermana de María le entregó a Joao Pozzobon una imagen de la Madre tres veces Admirable de Schoenstatt, pidiéndole que la llevara a las familias para rezar con ellas el Rosario.
Joao Pozzobon, que asumió esta tarea y la hizo suya hasta el día de su muerte, caminó más de 140.000 kilómetros con la imagen. La llevó a hogares, hospitales, escuelas y cárceles, e incentivó en todas partes la vinculación a la Virgen y el rezo del Rosario.
A partir de 1984, los argentinos comenzaron a conocerla y a comprometerse con ella. Por medio de ellos se extendió a otros países. Llegó a América del Sur, América Central y del Norte, y a numerosos países de Europa, Asia y África.
Gracias a la fidelidad y entrega de Don Joao, miles de familias del mundo entero reciben hoy la imagen peregrina, se unen en oración, descubren mejor a Jesús y gozan de las gracias del Santuario de Schoenstatt.
Lo específico de la Campaña es la visita regular de la imagen de la Madre tres veces Admirable de Schoenstatt a las familias, escuelas, hospitales y muchos otros ámbitos, acompañada del Rosario rezado y vivido y de la consagración del corazón a la Virgen.
Resumiendo, se podría decir que la Campaña consiste en:
llevar la imagen de la Madre tres veces Admirable,
desde el Santuario de Schoenstatt y en unión a él,
a muchos hombres, especialmente a las familias,
en el espíritu de Don Joao y a ejemplo suyo,
para que, por medio del Rosario, la Alianza de Amor y la Adoración Eucarística,
la Santísimam Virgen pueda actuar como la gran Misionera
al servicio de la renovación de las familias, de la Iglesia y la sociedad.
El Padre Kentenich, de quien Don Joao se llamó a sí mismo su “pequeño alumno”, apreció mucho su labor. Entre otras cosas, expresó:
“Nuestros sacerdotes jóvenes andan buscando una nueva pastoral: aquí la tienen. Lo que hace el señor Pozzobon es la pastoral que necesitamos. Él le brinda oportunidades a la Sma. Virgen para que Ella pueda manifestarse. En la labor de Joao Pozzobon se hacen realidad de manera visible las palabras de Vicente Pallotti: Ella es la gran Misionera; Ella obrará milagros.” (P. Kentenich, 11.4.1968)
Al darse cuenta Don Joao en 1959 que podía llegar a más gente si multiplicaba las imágenes, comenzó a recorrer los hogares con imágenes más pequeñas que la original, que son las “comunes” que se reciben mensualmente, llamada “de las familias”. La experiencia fue mostrando que ésta cumplía diversas misiones, conforme visitaba colegios, enfermos, niños, etc. Así fueron surgiendo diversas modalidades, que están relacionadas con la misión específica de cada imagen.
Actualmente, entre otras, además de la que visita mensualmente a las familias, existen las siguientes modalidades:
De niños: Es más pequeña y su misionero es un niño, que entrega la imagen a amigos.
De enfermos: Está destinada a quienes piden por salud. Visita casas de enfermos, hospitales, geriátricos, etc.
De ciegos: Es una imagen de madera, en relieve, para que un no vidente, al palparla, pueda percibir las formas, y además sienta la solidaridad y cercanía con otros no videntes. Suele ir acompañada por textos en braile. Videntes piden también por luz espiritual.
De las vocaciones: A su paso se reza por vocaciones sacerdotales y religiosas, y por gracias para los consagrados.
De las cárceles: Recorre prisiones, llevando esperanza y consuelo a los internos.
De las escuelas: Uno o dos alumnos por curso se consagran misioneros y se responsabilizan por la circulación de la imagen.
De la vida: Junto a una figura del Niño Jesús, la imagen visita todos los meses a la mamá que espera familia, para acompañarla en este tiempo de alegría y ansias. También llega a las casas cuando un bebé ya nacido se encuentra en dificultades. Especial destinataria de esta imagen es la mamá embarazada que consideró la posibilidad de abortar, y optó por la vida de su hijo.
De jóvenes: Se entrega a un joven que la hace recorrer entre sus amigos y conocidos.
De la serenidad y confianza: Visita a quienes están pasando difíciles momentos a nivel espiritual, sufren depresión o están desesperanzados.
El misionero de la Virgen Peregrina de Schoesntatt es una persona que:
comprendió la misión,
fue tocada por la Virgen,
recibió una invitación personal en su corazón para llevarla a otros,
se consagra a la Madre tres veces Admirable de Schoenstatt,
recibe una imagen de la Virgen Peregrina por un año, renovable
se lanza a la conquista llevándola (en la modalidad más común) a 10 familias por mes, siempre a las mismas
se le propone rezar el Rosario todos los días,
se siente unido espiritualmente a Don Joao y a su misión.
Schoenstatt es un movimiento y está en movimiento. La Campaña de la Virgen Peregrina tiene el mismo dinamismo. La inspiración, la creatividad y el compromiso misionero irán marcando con la Virgen la historia del camino apostólico de cada imagen concreta.
Más información: cdelrosarioar@gmail.com
1° Se hace la señal de la cruz
2° Se reza el acto de contrición
3° Se enuncia el primer misterio del día correspondiente (por ej, un miércoles se dice: “En el primer misterio glorioso contemplamos la Resurrección de Jesús”)
4° Se recita pausadamente 1 Padre nuestro, 10 Ave Marías y 1 Gloria
5° Del mismo modo se continúa con los otros 4 misterios del día
6° Después de terminado el último misterio, se suele rezar 1 Padre nuestro, 3 Ave Marías y 1 Gloria por las intenciones del Santo Padre.
7° Para terminar se puede rezar la pequeña Consagración
Misterios
Misterios gozosos (lunes y sábados)
1º misterio: La anunciación del ángel a María
2º misterio: La visita de María a Santa Isabel
3º misterio: El nacimiento de Jesús en Belén
4º misterio: La presentación de Jesús en el templo
5º misterio: Jesús perdido y hallado en el templo
Misterios dolorosos (martes y viernes)
1º misterio: La oración de Jesús en el Huerto de los Olivos
2º misterio: La flagelación de Jesús
3º misterio: La coronación de espinas
4º misterio: Jesús con la cruz a cuestas camino al Calvario
5º misterio: La crucifixión y muerte de Jesús
Misterios gloriosos (miércoles y domingos)
1º misterio: La resurrección de Jesús
2º misterio: La ascensión de Jesús
3º misterio: La venida del Espíritu Santo
4º misterio: La asunción de María a los cielos
5º misterio: La coronación de María como Reina y Señora de todo lo creado
Misterios luminosos (jueves)
1º misterio: El Bautismo de Jesús en el río Jordán
2º misterio: La revelación de Jesús en las bodas de Caná
3º misterio: El anuncio del Reino y el llamado a la conversión
4º misterio: La transfiguración de Jesús en el Monte Tabor
5º misterio: La institución de la Eucaristía
Oraciones
Señal de la cruz
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de contrición
Pésame, Dios mío, y me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido. Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí; pero mucho más me pesa porque pecando ofendí a un Dios tan bueno y tan grande como Tú. Antes querría haber muerto que haberte ofendido, y propongo firmemente no pecar más y evitar todas las ocasiones próximas de pecado. Amén.
Padre nuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Ave María
Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Pequeña Consagración
¡Oh Señora mía! ¡Oh Madre mía! Yo me ofrezco todo a ti y, en prueba de mi filial afecto, te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, oh, Madre de bondad, guárdame, defiéndeme y utilízame como instrumento y posesión tuya. Amén.