Jubileo del Ideal de Rama: Preparativos y Frutos de la Rama de Madres de Argentina
Autora: Luciana Inés Mazzei, Rama de Madres de Rafaela, Santa Fe
La Rama de Madres de Argentina se viene preparando desde hace dos años para celebrar el jubileo del Ideal de Rama. La celebración principal se llevará a cabo en Florencio Varela, del 16 al 18 de agosto de 2024, con la participación de alrededor de 200 mamás. Desde la Diócesis de Rafaela, provincia de Santa Fe, queremos compartir cómo hemos vivido esta preparación y los frutos recibidos.
En 2022 comenzamos este recorrido de dos años para festejar a lo grande el jubileo de nuestro ideal. Para los judíos, el año jubilar era un año sabático en el que se descansaba, se liberaban los esclavos, se dejaba de trabajar la tierra y se restituían las posesiones compradas. La Iglesia Católica adoptó esta idea para celebrar determinados hitos en su historia. Este año, nosotras celebramos el Jubileo de nuestro ideal de Rama, como Pequeñas Marías caminando con Jesús en medio del mundo.
Fueron dos años de gracia que el Señor nos regaló para profundizar en el ideal y evaluar su vigencia en el mundo de hoy, considerando los cambios sociales de los últimos 50 años. Desglosamos y analizamos cada parte del ideal para comprender plenamente su significado y cómo este impacta en nuestra vida como mujeres marianas.
En Rafaela, las jefas nos traían lo trabajado en sus jornadas, y las mamás que participaron en las jornadas nacionales volvían llenas del espíritu del ideal, contagiando las ganas de transformarnos y autoeducarnos cada día para ser cada vez más custodias vivas en el mundo de hoy. Las mamás de Santa Fe nos contagiaron con su amor por el ideal mediante dos talleres de profundización. Durante este año, nos propusimos regalar a Jesús horas de Adoración. Este regalo se propuso para todas las ramas del país y, por gracia de Dios, ya llevamos más de 2000 horas de Adoración.
En cada rama diocesana ha habido diferentes actividades, propósitos y emprendimientos para prepararnos. En nuestro caso, tuvimos la gracia de realizar dos rondas de alianza, de las cuales surgieron dos nuevos grupos de vida, con mamás e historias de vida muy fuertes y dolorosas, pero con muchas ganas de unirse a María y aportar sus dones.
La jornada regional en Villa Warcalde fue un tiempo de muchas bendiciones para quienes participamos. Pudimos experimentar personalmente el amor de María, de Jesús y de nuestro buen Padre Dios.
“Como custodia viva, sé corazón en el Nazaret del Padre”. Como mujeres, más que nunca, necesitamos vaciarnos para poder alojar a Jesús en nuestro corazón y así llevarlo a todos los ambientes donde nos movemos. Sé corazón, porque el mundo necesita amor, necesita el ser femenino para restaurar y restablecer los vínculos rotos en la sociedad. Frente a tantas ideologías que atacan a las familias desde hace tantos años, nuestro Padre José, profeta de nuestro tiempo, nos enseña a recuperar el don de ser mujer y ser corazón en medio del mundo.
El Nazaret del Padre… Con nuestra presencia, acogida y feminidad, podemos hacer que cada hogar sea como aquel hogar de Nazaret, donde no había lugar para la tristeza porque todo estaba en las manos del Padre y su Divina Providencia. El centro de ese hogar y todos los planes estaban abocados a custodiar al Pequeño Niño.
Durante este tiempo, en cada reunión con el grupo de vida, en jornadas de un día, regionales y nacionales, se vivieron los mismos sentimientos y emociones: experiencias de vida compartidas, acogida cordial por las madres de cada ciudad, detalles, atención y hospitalidad, convivencia sin roces, risas compartidas, abrazos consoladores sin mediar preguntas. No son más que muestras de una feminidad vivida en plenitud, haciendo carne el ideal, como Pequeñas Marías caminando de la mano de María y su Hijo Jesús.
Es nuestro deseo, a través de estas breves palabras, contarles cómo lo vivimos, qué gracias recibimos y despertar en todas las ganas de seguir caminando y trabajando por la Rama de Madres, para ser cada día más custodias vivas en medio del mundo. Invitamos a todas a acompañar espiritualmente, con oración y nuestros aportes al capital de gracias, a las mamás participantes del encuentro nacional.