Un 20 de enero como hoy…
Autora: Hna. Ilda
Aniversario de la bendición del Santuario del Padre en Nuevo Schoenstatt, Florencio Varela
Si miramos la historia de los pueblos, de las comunidades, de la propia familia, incluso de la vida personal, nos encontraremos con días especiales que condensan una experiencia, días que tienen “su propio peso”, su impronta… tienen irradiación, consecuencias. Seguramente en estos instantes se nos vino a la mente alguno de esos días en nuestra propia vida que hace concreto estos pensamientos… Y si pensamos en la vida de Schoenstatt: “un 20 de enero como hoy”, también podríamos aplicarlo.
Días influyentes, decisivos, atravesados de un contenido nodal que no es sólo inteligible, sino que también se abraza, se ama, se custodia, ¡se contempla… se anuncia! Esos días son un KAIRÓS en el tiempo, en los que la presencia de Dios se cristaliza en una experiencia significativa que transforma algo en la historia.
20 de enero de 1942. José Kentenich. Coblenza. Posibilidad de solicitar una segunda revisación médica que podría evitar el transporte al campo de concentración nazi, situado en Dachau.
Una lucha tremenda. ¿El escenario?: lo íntimo del sagrario interior del corazón del Padre, su propia conciencia. Sólo quería descubrir el querer de Dios en ese momento. Fue una cumbre de su amor filial ante el eterno Padre. Tenía la certeza de que esa voluntad divina albergaba un designio, no solamente sobre su vida, sino que la vida, el futuro y la santidad de su familia estaban en juego. Un escenario en el que, aún en la soledad exterior, el combate interior estaba poblado de hijos, de rostros, de vínculos… de familia.
Le damos la palabra: “Así llegó el 20 de enero. Había luchado conmigo mismo toda la noche para descubrir cuál era la voluntad de Dios. Ahora tenía claridad: no firmaré la solicitud. Si tengo que decidir, entonces: para mí la muerte y las cadenas, pero para la Familia, la libertad… De este modo el 20 de enero por la mañana, en la Sta Misa, libremente entregué mi libertad entera”.
Nos relata el P. Meningen:
“20 de enero de 1942. Nuestro Padre vuelve a hacer algo directamente incomprensible. Teníamos nuestros buenos motivos para pensar: “tenemos que evitar que nos lo quiten, debe ser puesto en libertad. Tenemos que rescatarlo.” Pero él, por una inspiración divina, tenía otra opinión: “¡yo me ofrezco como sacrificio! ¿Quieres mi muerte? Adsum!”. Para nosotros era algo totalmente incomprensible. En realidad ¿quién puede comprender al profeta de Dios? Hay que aprender durante mucho tiempo”.1
Un 20 de enero, en 1952, el padre Kentenich bendice nuestro Santuario de Nuevo Schönstatt. La fecha no es casual. Anida en ella el misterio de la sacramentalidad del tiempo. Algunas palabras nos acercan al carácter identitario, único de este día: libertad- lucha filial- amor de hijo- conciencia de familia- pasión por la voluntad de Dios- decisión audaz por lo más alto que es a la vez, lo más difícil, lo que humanamente suena incomprensible. Una conciencia de pertenencia mutua, superlativa. Amor de padre. La certeza de que lo sagrado se regala también a través de lo humano, de los vínculos sanos que sanan, porque están fundados en Dios y ordenados a Él.
Otro 20 de enero, en 1992: Bendición de la Iglesia de Dios Padre en Nuevo Schoenstatt. El Santuario amplía sus muros. La misma densidad de Gracias que condensa este día, sigue plantando mojones en la historia. La mesa del banquete es inmensa… todos están invitados a la fiesta de los hijos. Nuestra Madre en el Santuario nos educa como hijos en Jesús, nos conduce al Padre y esta realidad tan honda… se expresa en la geografía, en la arquitectura. Se hace signo visible.
¿Y hoy?
Las intervenciones de Dios en la historia tienen “momentos claves”, pero no se circunscriben al momento puntual: trascienden, irradian, marcan rumbos…
Y el Santuario del Padre, en Nuevo Schoenstatt, es hijo de ese KAIRÓS en la historia del fundador – y nuestra- y vive para perpetuar esa irrupción de Dios, ese mensaje, ese núcleo, esa experiencia, ese misterio.
Por eso, su bendición, fue un 20 de enero. Y es lo que estamos celebrando.
El arraigo en la historia da vigor al presente y nos impulsa con confianza a futuro. Pues cuando en la historia se “lee”, se “escucha” y se descubre en ella el susurro – o el grito- del buen Dios, se torna en un dinamismo dialógico, de amor mutuo, de alianza. Así se encumbra el hombre en creador de historia, que se hace sagrada en el incesante diálogo con Aquel que es origen y providencia; con Aquel que es impulso original de vida… y mano paternal y maternal, que la cuida y sostiene.
Ahora les compartiremos algunas pinceladas del proceso que estamos haciendo, hace ya algunos años, en la Pastoral del Santuario de nuevo Schoenstatt y que, por tratarse del santuario nacional, está al servicio de la vida que fluye en cada Santuario de Schoenstatt de nuestra patria.
En el origen de nuestra reflexión pusimos en el centro el Santuario como lugar de peregrinación, tal como lo nombra el acta de fundación de Schönstatt. Como un libro requiere un lector, un instrumento requiere un músico; una madre, un hijo… Donde hay un santuario se requieren Peregrinos. Peregrinar es la acción fundante que sucede en un Santuario.
Peregrinamos porque no tenemos.2
Somos precarios, necesitados, incompletos.
Estamos destinados al cielo.
Nos movemos hacia lo sacramental del cielo.
Si tuviéramos todo en un lugar, no nos moveríamos.
El acto espiritual por excelencia es peregrinar.
Yo estoy en movimiento porque me mueve el Espíritu Santo.
Es de adentro hacia afuera. Es la intimidad movilizante.
Cuando Peregrinamos buscamos nuestro origen.
No podemos quedarnos tranquilos donde estamos….
Vamos hacia Otro, por eso nos movemos…
Somos de otro.
La última peregrinación es al Padre… a la TRINIDAD
¿Cómo podemos describir a los peregrinos que llegan a nuestro Santuario? Podemos nombrar tres grandes grupos: los “huéspedes”, aquellos que pernoctan en la Casa de Retiro, con estadías más largas; los “grupos anunciados” que son aquellos que vienen por el día y los “espontáneos” entre los cuales cabe otra distinción: aquellos que vienen al lugar de Gracias, y aquellos que simplemente vienen a disfrutar del parque. Cada uno de estos tiene su propia dinámica, pues sus necesidades, intereses y expectativas, son distintos. Hacemos el ejercicio de partir desde donde ellos están para acercarles el gran tesoro que la Mater, desde el Santuario, les quiere ofrecer.
Las Hermanas que trabajamos en la Pastoral, junto a 40 servidores, fuimos sistematizando los servicios organizados en Equipos por áreas de trabajo que a la vez se organizan internamente con turnos de servicio.
El trabajo sistemático consiste en preparar al peregrino el contacto con la atmósfera y el mensaje religioso del lugar por medio de ritos, acciones, gestos, símbolos y palabras que generen un proceso interior para favorecer que aquel que sólo venía para pasar un rato en el parque, descubra que este lugar sagrado tiene mucho más para ofrecer. Se trata de preparar el alma para una vivencia religiosa por medio de sacramentos y sacramentales. Todos estos gestos los vinculamos vitalmente a lo más identitario del Santuario de Schoenstatt: las gracias del Santuario y la participación activa del peregrino que, a través de gestos sencillos, es invitado a “ofrecer” sus preocupaciones, sus alegrías, sus anhelos, sus esfuerzos como capital de gracias.
Este proceso lo inicia el Equipo de Comunicación contando – a través de distintos canales- qué sucede en Nuevo Schoenstatt, de esta forma se apunta a que el peregrino venga con una intención religiosa. Lo continúa el Equipo de Bienvenida cuando reciben a los peregrinos en el portón de entrada contándoles a dónde llegaron y qué sucederá en ese día.
Luego el Equipo de Parque vela para “intervenir” religiosamente al peregrino en su estadía con sus ritos (estos se realizan los fines de semana):
- Salida de las imágenes al parque: la imagen auxiliar de la MTA, San José, la peregrina de la serenidad y confianza, etc),
- Rezo del Ángelus de los sábados.
- Pastoral de la escucha
- Bendición al salir con agua bendita.
Otra oferta pastoral regular es la preparación a la Alianza de Amor, 3 o 4 veces al año. Dado que al terreno vienen muchos niños, hemos propuesto el sacramental de la “Consagración de niños” que consta de algunos encuentros preparatorios para los papás y es un camino para despertar en las familias el anhelo por lo sagrado.
La Liturgia es llevada adelante con un equipo que vela por todo lo necesario para las celebraciones. Buscamos que el momento de la celebración litúrgica sea la “corona”, la cumbre de la experiencia en el lugar. Además de la Misa diaria de la comunidad de las hermanas, en la que de hecho participan algunos valientes madrugadores, los domingos y los días 18 de cada mes se celebra la Sta. Misa. Durante el año hay también dos Misas vespertinas en la semana. En la medida de lo posible se ofrecen también confesiones. Agradecemos a las comunidades sacerdotales de Schoenstatt, como también a varios sacerdotes de la Diócesis de Quilmes, e incluso de diócesis cercanas, y de otras comunidades sacerdotales, que comprometidamente prestan su servicio sacerdotal al santuario.
Como iniciativa del equipo de liturgia se elaboró un itinerario formativo para ministros extraordinarios de la Comunión, que se ofrece también para otras parroquias cercanas.
En relación al anuncio de la vida y el carisma de nuestro Padre y Fundador, Nuevo Schoenstatt cuenta con “la Casa del Padre”, un espacio para profundizar en la vida y el carisma del Padre Kentenich, especialmente en su paso por nuestras tierras, configurado con diferentes recursos (audiovisuales, de objetos históricos y documentos, una biblioteca) para acercar al HOY su carisma y misión. También desde la Casa del Padre se realizan conversatorios y espacios de formación virtuales que tienen alcance internacional. Para un primer acercamiento a la vida del fundador, en nuevo Schoenstatt tenemos el “Camino del Padre” con un itinerario gráfico a lo largo del camino de casuarinas, ícono de su presencia en el terreno.
En la Casa de Retiros Solaz de María se organizan cuatro retiros al año:
- Semana santa
- Sagrado Corazón de Jesús
- Escuela de oración schoenstatteana
- Adviento.
En los últimos años se ha incrementado también la presencia de sacerdotes y comunidades religiosas que vienen a realizar aquí sus retiros anuales.
El vivero, la Tienda y el Café “Del terruño”, brindan a los peregrinos servicios concretos que les permiten asimilar la experiencia, sea compartiendo la mesa en este entorno o bien llevando algo de recuerdo: un signo religioso, un libro o una planta.
El proceso se cierra en el “después” de la visita donde vuelve a intervenir el Equipo de Comunicación manteniendo el vínculo con impulsos que se envían por las redes.
Tres momentos claves en el año: Semana Santa, Semana de Alianza, y Adviento-Navidad. Cada una de estas fechas se las prepara con un lema que favorece una corriente de vida que se trabaja en los distintos equipos y que culmina en la Liturgia. Para esto contamos con la ayuda del Equipo de Infraestructura quienes se ocupan de la logística que implican estas celebraciones.
Esas corrientes de vida llegan a las Parroquias y Capillas de la zona por medio del Equipo de Pastoral Externa, que está conformado por quienes trabajan con la Campaña del Rosario, y por las Hermanas que asisten pastoralmente barrios y capillas aledañas al Santuario y la colaboración con un centro de recuperación de adicciones.
No se puede hablar de Santuario sin un cauce que lo lleve a darse al servicio del que más sufre y del que más lo necesite. Esa es la dimensión de la Caridad. Este cauce es sin duda LA NAZARENA, el centro de desarrollo humano que tenemos las Hermanas de María en la cercanía del Santuario. Año a año vamos creciendo en el trabajo conjunto, haciendo puentes para despertar en todos los que visitan el Santuario, la solidaridad y el compromiso por el bien común.
El Santuario crece en la conciencia de la Iglesia local como un lugar no sólo de peregrinación, sino también de formación y capacitación; como una usina de cuidado de la dignidad humana.
Los Santuarios de Schoenstatt, latiendo en el corazón de la Iglesia
A partir del Concilio Vaticano II la Iglesia dio un vuelco importante hacia el reconocimiento de la piedad popular como un reservorio de fe en este tiempo que se aleja de Dios. Sabemos que el Papa Francisco acompaña con especial interés este tema.
En una carta, dice:
“Cuánta necesidad tenemos de los santuarios en el camino cotidiano que la Iglesia realiza. Como ustedes bien saben, ellos son el lugar donde nuestro pueblo se congrega para expresar su propia fe en la simplicidad, y según las variadas tradiciones que se han transmitido desde la infancia. Por eso no me canso de repetir que nuestros Santuarios son insustituibles, porque mantienen viva la piedad popular, enriqueciéndola con una formación catequética que sostiene y fortalece la fe, y al mismo tiempo, alimentando el testimonio de la caridad. ¡Sigan por ese camino!” 3
Por otro lado, nuestro Padre y fundador, con su captación de los signos de los tiempos y su mirada mariana y profética, desarrolla –ya en la década del 30- toda una piedad popular mariana desde nuestros Santuarios, esos “espacios vitales” que son lugares de vinculación con Dios, de transformación del alma y de envío apostólico.
Este trasfondo de pensamientos, más la realidad del hombre actual que tiene códigos que no son fáciles de captar, llevó al Consejo de Central del Movimiento de Schoenstatt a ver la necesidad de volver a perfilar la Pastoral de nuestros Santuarios. El proceso que, en este sentido, se había iniciado en el Santuario de Nuevo Schoenstatt inspiró la decisión de que a partir de 2018 dentro del Consejo de Central hubiera una representación de la Pastoral de Santuarios que nuclee a los responsables de la Pastoral de los Santuarios de Schoenstatt en el país.
Este desarrollo vital abrió la puerta a la participación en la Subcomisión de la CEA4 de Pastoral de Santuarios. De esta manera, se logró integrar la corriente de vida de los Santuarios de Schoenstatt en la instancia que los Obispos tienen para nuclear la vida de los Santuarios. Y esa vida también nos enriqueció a nosotros. En este intercambio, aprendimos a desarrollar gestos, acciones y palabras para que la piedad popular se exprese en nuestros Santuarios con el sello propio de nuestra espiritualidad.
El Santuario Nacional
La conciencia del Santuario del Padre como Santuario Nacional fue algo que tuvimos que revitalizar. El trabajo sistemático con los medios de comunicación, el contacto con los referentes de otros Santuarios, y el ponernos al servicio de las necesidades pastorales de los Santuarios de Schoenstatt en el país, llevó a despertar esa conciencia. Equipo de Pastoral de Santuarios de Schoenstatt Nacional está conformado por integrantes de la Federación de Familias, Federación de Presbíteros de Schoenstatt y Colaboradores de la Liga. Este equipo tiene el objetivo de estudiar los principios del P. Kentenich en relación a la Pastoral de Santuarios y la piedad popular y los documentos de Iglesia que hablan sobre estos temas. Con este equipo se preparan las Jornadas Anuales de formación de responsables de Pastoral de los Santuarios de Schoenstatt, que es la instancia donde nacen las corrientes de vida que nos llevan a celebrar el 18 de octubre desde cada Santuario en Argentina, pero con un mismo gesto.
[1] P. Meningen, 1969
[2] Los textos en verso son fruto de una Jornada del Equipo de Pastoral con el P. Joaquín Alliende.
[3] Carta enviada a la Sub comisión de Santuarios dependiente de la Conferencia Episcopal Argentina. Papa Francisco 20 de Noviembre de 2023
[4] CEA: Conferencia episcopal argentina.