Viernes Santo: amor de Dios, amor crucificado
Autores: Equipo de Espiritualidad Misión Ita Pater
En este día, queremos profundizar acerca del Amor de Dios. Muchas veces hablamos del “Amor de Dios”, ¿qué quiere decir esto?, ¿qué significa esto del Amor de Dios? Un ejemplo en dónde lo podemos ver es en la cruz, hasta ahí te ama, hasta el extremo. ¡ESE AMOR CRUCIFICADO!
Primero, es necesario que respetemos la cruz que Cristo eligió voluntariamente. No le quitemos a Jesús su cruz. Cristo y cruz son inseparables. Hecha esa aclaración, queremos que te FIJES ¡EN LA CRUZ! ¿Qué ves?… Podés ver a Jesús con los brazos abiertos, esto demuestra que te espera para abrazarte. Jesús durante su vida abrazó a muchas personas, así como abrazó y fue abrazado por María y José.
Abrazar es una expresión esencial de cariño, de amor, ¡ABRAZALO! Porque, míralo, esos brazos extendidos muestran que Jesús se abre por nosotros total y completamente, no se reserva nada, nos permite acercarnos a Él completamente.
Ahora, ¿Qué otra cosa podés ver?… Fijate en su costado, ahí donde el soldado lo traspasó con la lanza y que de ahí empieza a brotar sangre y agua por todos lados. ¿Qué demuestra esto? Que SU AMOR SE ESPARCE A TODOS, no solamente a vos o a nosotros, sino a todos, desde el más bueno hasta la peor persona.
Por eso te pedimos que te dediques a pensar lo que venimos viviendo: sabiéndote amada por Dios. Un Cristo que te dice: “Te quiero más de lo que podrías llegar a imaginar”. Dios se ha hecho hombre para que el hombre “se haga” Dios, es decir, ame como sólo Dios es capaz de amar, con la pureza, la intensidad, la fuerza, la ternura y la incansable paciencia propias del amor divino. Dios nos ama divinamente y nos demuestra su amor humanamente en Jesús, con el fin de hacernos aptos para amar divinamente.
Y por último, míralo a Jesús, su rostro desfigurado, antes de su muerte, entre las últimas palabras dice: “Tengo sed”. Se trata de una “Sed de amor”, no es un reproche sino, más bien, de una solicitud de poner también tu mirada en él. Así como al amado o a la amada les reconforta cuando sienten cariño de quien le ama, así es Dios con nosotros que se deleita cuando le damos cariño. Sus palabras podrían traducirse en: “Estoy siendo muy atacado, y me duele, y quiero sentir un poco de cariño, ¿me podrías ayudar?”. Esa es la sed que tiene Dios, sed de amor, de que le quiera por cómo es, devolviendo ese amor incondicional que nos tiene, poniendo un poco de nuestro amor incondicional hacia Él.
***
La Misión Universitaria Ita Pater este año congrega a 130 misioneros de Paraná, Entre Ríos que misionan en la localidad de San Benito, que con el anhelo de ser santos de jean y zapatillas misionan en el servicio a los hermanos y lo dan todo por Jesús y la Mater.