La pascua de una Pionera

La pascua de una Pionera

Villa Warcalde, Córdoba, 7 de septiembre de 2021

Esta tarde, ya en la víspera de la fiesta de la Natividad de María, culminó su vida terrena la Hna. M. Christvera Ensle,
una verdadera pionera de Schoenstatt en nuestra Patria argentina, que con plena lucidez y fidelidad vivió hasta el último instante entregada a sus ideales.

El 1 de febrero de 2020 tuve un encuentro/entrevista con ella en el que le pedí que me relatara aspectos destacados
de su vida y acción pastoral para poder volcarlo en el libro que estaba escribiendo: “Pioneras”. Pensé en compartir con
todos ustedes ese tramo del libro en el que la describo ya que todo brotó de su relato y nos permite apreciar la talla de esta mujer de Dios a la que tanto le debemos los schoenstattianos argentinos. Seguramente muchos de ustedes podrán complementar este texto con vivencias y recuerdos personales.


Les comparto el texto de Pioneras:


“La Hna. M. Christvera Ensle (…). Cuando la entrevisté a fin de obtener datos precisos para esta semblanza, lo primero que me relató con brillo en sus ojos y entusiasmo en sus palabras fue aquel viaje en bicicleta en la primavera de 1946 realizado junto con una amiga. En esa verdadera expedición, unieron Frankfurt y Schoenstatt recorriendo más de 160 kilómetros a través de los escombros de su patria destrozada por la guerra perdida. Ya queda claro que no es mujer de amilanarse por las dificultades. En ese momento, la bicicleta era el único medio de transporte posible para un viaje así y esto exigía hacer paradas para retomar las fuerzas. En el viaje de ida, las dos amigas pernoctaron en casa de otra amiga en común del Movimiento con la que habían compartido alguna jornada en sus visitas anuales a Schoenstatt durante la guerra. Esta joven les dio el dato de un oficial francés católico y muy accesible que vivía en el pueblo vecino y que podría ayudarlas con los permisos necesarios para pasar de la zona ocupada por los americanos, de la que ellas provenían, a la zona ocupada por los franceses en la que se hallaba el Santuario Original.

Relata la Hna. M. Christvera: “Entonces fuimos a ver a este oficial, le contamos que queríamos ir a un lugar de peregrinación católico y que quizás haríamos trámites para ingresar en el Instituto de las Hermanas de María, le pedimos si nos podría dar algo como un pasaporte. Él enseguida se mostró dispuesto y nos lo dio. Pero cuando salimos, nos dimos cuenta de que en el permiso no nombraba las bicicletas y eso era peligroso porque en esas circunstancias nos las hubiesen robado fácilmente. Entonces le pedimos al oficial que agregara las bicicletas en el permiso y él con gusto agregó: con dos bicicletas. Así nos fuimos contentísimas y orgullosas a Schoenstatt.

Cuando llegamos dos chicas en bicicleta, las Hermanas que nos conocían quedaron atónitas y luego le contaron al P. Fundador que estaba predicando ejercicios espirituales en la casa de Alianza. Las Hermanas nos organizaron un pequeño encuentro con el P. Fundador en el que lo pudimos saludar en el descanso de una escalera de la casa de Alianza. Él nos felicitó por la aventura del viaje y nos preguntó cómo íbamos a volver a casa. Le dijimos: de la misma forma como vinimos, entonces nos dio una bendición especial para el viaje y nosotras salimos felices.

En diciembre de 1946 ingresé al postulantado de las Hermanas de María en Schoenstatt”. El Padre Fundador les dio los ejercicios espirituales en preparación a su Vestición, eran un curso de noventaiséis novicias. Ella comenta: “quedamos fascinadas con su persona, no puedo explicar exactamente por qué, pero creo que porque él generaba una atmósfera de calidez de hogar y a la vez, sobrenatural”.

La Hna. M. Christvera llegó a Argentina en noviembre de 1949 y vivió varios años en la casa de las Hermanas en Villa Ballester. Su primera tarea fue atender los grupos de juventud de Schoenstatt que ya habían formado las Hermanas que anteriormente habían trabajado en esta pastoral. Su tarea fue introducir a estas jóvenes aún más en la espiritualidad de Schoenstatt, para ello contó con la valiosa ayuda del P. Carlos Boskamp, sacerdote palotino que fue formador de muchos grupos de jóvenes y adultos de Schoenstatt en esos años. Luego de sus primeros años en Villa Ballester, vivió la mayor parte de su vida en la casa de las Hermanas en Belgrano R junto al Santuario, desde allí también acudió diariamente a la Sociedad alemana de beneficencia, en la que, entre los años 1969 y 1978 se desempeñó como jefa de la acción social. Pero en lo que la Hna. M. Christvera invirtió las mejores fuerzas y capacidades de su rica personalidad fue en la construcción de la Obra de familias de Schoenstatt en Argentina.

En uno de los homenajes que le hicieron, probablemente al despedirla de alguna de sus responsabilidades en esta tarea, escuché decir a Joaquín Lavini, recientemente fallecido y miembro del Instituto de Familias junto con Marta, su esposa: la Hna. M. Christvera acunó a la Obra de familias de Argentina. Y la expresión, si bien metafórica, es exacta. Ella fue asesora nacional de la Liga de Familias en Argentina desde 1955 hasta 1989, compartiendo la responsabilidad con varios Padres palotinos y luego Padres de Schoenstatt. Los últimos quince años de ese período, además de asesorar las diócesis del Amba, comenzó a viajar para visitar los grupos de matrimonios en distintos puntos del país: Tucumán, Salta, Corrientes, la Patagonia, Resistencia, Rosario, etc. Mis padres la tuvieron como asesora de su grupo “Oasis de Nazaret”, de la Liga de Familias de Schoenstatt de La Plata, a fines de la década del 80 y principios de los 90 y recuerdo cómo admiraban su dedicación, inteligencia y la sensatez en sus juicios. Son muchos los matrimonios que aún hoy preguntan por ella con cariño y admiración por todo lo que ella entregó por las familias, aunque ya hace muchos años que se retiró de su tarea en el Movimiento.

Pude compartir con ella muchas jornadas de asesoras del Movimiento en las que siempre se destacó por su claridad de conceptos, su generosidad en la transmisión de su vasta experiencia y una lucidez aguda para discernir situaciones y exponer opiniones. Frankfurt la vio nacer el 21 de agosto de Schoenstatt le dio el sentido y la misión de su vida. La Argentina fue la tierra donde desarrolló su fecunda labor de fundadora y formadora del Movimiento, historia que lleva grabada en su corazón y en su increíblemente lúcida memoria hasta hoy”.


(Extracto del libro “Pioneras” Hna. María Pilar Carrère. Editorial Schoenstatt-Nazaret. F. Varela, noviembre de 2020
Págs 177-180)