10 años de Francisco
Autor: P. Pablo Pérez
Se cumplen 10 años del pontificado del Papa Francisco. Un Papa argentino. ¿Quién lo hubiera pensado? Dios nos sorprende. Sin embargo, tiene su lógica. Nuestra iglesia argentina, con sus luces y sombras, es una iglesia todavía llena de vida y el Papa es un hijo de esta iglesia argentina, que tiene una historia sagrada y un perfil cercano, mucha empatía con el que sufre. Es muy humana. Quizás para el que no conoce otras iglesias no es tan fácil apreciarlo. Pero a través de mi comunidad he vivido en varios países que me hicieron experimentar otras realidades, que no digo sean peores, pero sí distintas.
Son 10 años de Francisco. Tiempo para agradecer y pedir (como siempre él nos lo recuerda: “Recen por mi”). Es realmente mucho lo que ha hecho Dios a través de Él. Ha generado un gran cambio en la iglesia sin demasiado cambio de estructura, sino produciendo una transformación en el espíritu que se evidencia en un cambio de imagen. Representa una iglesia que quiere ser más cercana porque entiende que quizás, se distanció de la gente. Es un Papa que dialoga, con las personas y con el tiempo. No se esconde en la distancia de su jerarquía. Tiene un lenguaje llano y un pensamiento claro. Capta el sentido original de la iglesia y pone todo su esfuerzo para vivirlo.
La iglesia no es la misma que hace 10 años. Dios nos conduce a través de Francisco. Dios no se olvida de su pueblo y nos ha regalado grandes pastores. Pienso también en San Juan Pablo II y Benedicto XVI. Es un día para alabar a Dios.
Dios usa instrumentos pequeños para grandes obras, decía nuestro fundador, el P. José Kentenich. Él lo fue. El Papa también lo es. Cada uno de nosotros lo somos. Si muchos argentinos estamos enojados con Francisco es muestra de su pequeñez y de la nuestra también. Nos hubiera gustado que viniera a la Argentina, que no se hubiera metido y dejado meter en nuestras internas socio-políticas partidarias, que uniera la grieta, etc. Pero no fue así ni lo es. Y sin embargo lo que Dios ha hecho es mucho y muy bueno. No dejemos que algunos árboles nos tapen el bosque.
Es un día para reconocer que Dios conduce la historia, más allá de nuestras fragilidades. Esas que el propio Papa no esconde, sino que confiesa (todos alguna vez vimos esa foto del Papa arrodillado confesándose). Como sacerdote, el papado de Francisco me ha hecho mucho bien. Creo en su propuesta de Iglesia y me entusiasma entregar mi vida sacerdotal en esta misión.
Encomendemos el futuro de Francisco y de la iglesia a Dios en este día y pongámonos en sus manos para ser también nosotros protagonistas del presente y futuro del pueblo de Dios.