18 de octubre en Paraná: La procesión católica más larga de Sudamérica
Publicado el 20 de octubre de 2019 en SCHOENSTATT EN SALIDA
Autor: María Fischer y Claudia Echenique
“Emociona hasta las lágrimas esta inmensa manifestación de fe. La Mater los espera, peregrinos, no aflojen”, se lee en un comentario durante la transmisión en vivo de la “Peregrinación de los pueblos”, la procesión católica más larga de Sudamérica que une la ermita de Hasenkamp con el Santuario de La Loma en Paraná, en la provincia de Entre Ríos.
Alrededor de las 18 hs de este sábado 19 de octubre, los primeros feligreses fueron recibidos por familiares y amigos en el Santuario, tras desandar 90 kilómetros, bajo el lema que se refiere al mes de misión de la iglesia universal: Bautizados y enviados, caminemos con María.
Encabezados por la imagen de la Virgen de Schoenstatt, una columna humana donde predominaron los colores blanco y amarillo marchó desde las 17 hs del viernes 18 de octubre, durante más de 24 horas, por la ruta, escoltados por voluntarios y vehículos de apoyo. Este año, el clima primaveral acompañó mejor a los peregrinos que caminaron durante unas 26 horas para recorrer los 90 kilómetros entre las ciudades de Hasenkamp y Paraná.
Iban pasando las horas y las vistas aéreas mostraban que la columna de caminantes avanzaba sólida. En las cuatro paradas, los servidores los recibían con cantos y mucho entusiasmo para asistirlos con masajes, bebida, algún alimento.
«Es la expresión de la fe de un pueblo, y en este año, fundamentalmente, porque se la quiere coronar a la Virgen como la reina de la unidad de los argentinos», comentó un miembro del Movimiento Apostólico de Schoenstatt, al destacar «el compromiso ciudadano para construir una patria más justa, más fraterna, más solidaria».
Con antorchas por la noche
“¡Llegamos a nuestra tercera parada! El Palenque. En el medio de la noche, encendemos una luz”, comentó un peregrino.
En la partida del segundo descanso en la localidad de Cerrito, a la medianoche del viernes, cada peregrino recibió una antorcha encendida para caminar iluminados en el tramo hasta El Palenque. Es uno de los momentos más fuertes, emotivos y significativos que tiene la Peregrinación. Las antorchas simbolizan la luz de la fe, esa luz que fue encendida y regalada en el Bautismo, y que busca renovar la fe de cada peregrino para caminar en la noche, guiados e iluminados por ella.
“Que Dios los bendiga a todos los peregrinos. Yo la hice hace dos años y fue una experiencia hermosa. Este año me estaba preparando para hacerla y tuve un accidente. Si Dios quiere, el año que viene estaré ahí. Bendiciones”, comentó Verónica N.
María Belén escribió: “Mi Madre amada, hoy no te puedo acompañar, porque trabajo pero, María, te entrego mi corazón hazlo de nuevo. ¡Qué hermoso día! Cierro mis ojos y siento que estoy ahí como otros años… ¡Fuerza peregrinos, rezo por ustedes! Unidos en el amor de María. Te amo, Madre mía…”.
Quiero llegar… la Mater me espera
Como en toda peregrinación, en los últimos kilómetros se habla poco, se reza en silencio, se camina con el último aliento y los pasos son más rápidos para llegar a destino.
Cada caminante sabe que la Mater los espera. A ella quieren ver al pisar el santuario; a ella quieren regalarle este esfuerzo; a ella quieren confiarle sus dolores, sus alegrías; a ella quieren pedirle que no les suelte la mano en su andar cotidiano.
En el Santuario de La Loma, los peregrinos fueron recibidos con mucho cariño y aire de fiesta. José María Velázquez, del grupo de Madrugadores de La Loma y coordinador de esta peregrinación expresó: “Es increíble la cantidad de gente que está llegando al Santuario. Acá hubo 20 mil personas, otras 20 mil más en la ruta. Ha sido increíble todo”.
La 37° Peregrinación de los Pueblos finalizó con la misa celebrada por varios sacerdotes y presidida por el arzobispo de Paraná, Mons. Juan Alberto Puiggari, quien les dijo a los peregrinos “El caminar de ustedes ha sido un signo maravilloso de lo que queremos ser como iglesia”.