Mes de María
Autora: Carolina Galván
Comienza el mes de María con la fiesta de la Medianera de todas las gracias (7 de noviembre) hasta la fiesta de la Inmaculada Concepción (8 de diciembre).
María es nuestra Reina y Madre. Tan simple, natural y profunda, que dedicamos 30 días a ella.
Es un tiempo para volver a la calma y reposo, a la fuente de la fidelidad y ternura. Nos regala la calidez de su sencillez y nos invita a que permanezcamos en comunión con Jesús Eucaristía.
En este encuentro, es allí cuando nos despojamos de todo lo que nos aqueja y experimentamos el poder de María, que nos alienta y da fuerza para avanzar. Transforma en gracia nuestro corazón; lo que somos. Le regalamos nuestra oración, trabajo, disposición y entrega; renovamos nuestro Sí.
Le ofrecemos nuestras angustias, debilidades, tristezas, inconformidades y miedos; renovamos nuestra fe. Le agradecemos por cada día, las alegrías, los logros, nuestros dones y virtudes; renovamos nuestro ser. Le pedimos por el bien de quien tengo a mi lado, por las conquistas, los temores, el silencio y la paz; renovamos nuestra confianza en ella. Dejamos todo en su regazo, y le encomendamos nuestra conversión, para ser cada vez más santos, y así no desprendernos nunca de su mano y del camino hacia Dios Padre.
Vivir con la Mater y por la Mater, es Schoenstatt, es Iglesia, es mundo, realidad y atrevimiento. Cada oportunidad es un regalo para dejar una pieza de nuestro interior en el otro y crecer en alegría. En completa tranquilidad, hacer de nuestra cotidianidad una corona que irradie y realce nuestro amor a María. Coronarla como Reina de nuestro Corazón.
En María se espeja Dios. Ella es Santuario vivo y tesoro escondido. Con armonía y en ardiente Alianza, los animo a que nos encontremos cada día a los pies del Santuario, fuente de cobijamiento que nos transforma y envía a la tierra, donde con esperanza y alegría nos ponemos al servicio de los demás.