Cumpleaños de João Pozzobon
Autores: Juan y Lis Álvarez
El 12 de diciembre se cumplen 114 años del nacimiento de João Pozzobon. Es bueno hacerlo presente una vez más este año, recordarlo y agradecer a la Providencia el regalo de su vida, su SI, fecundo a la Mater que posibilitó el nacimiento de esta grandiosa Campaña del Rosario de la Virgen Peregrina, en la que la Santísima Virgen se hace presente a través de nosotros, débiles instrumentos, llevándola con fe y alegría, de casa en casa, de persona
a persona, sabiendo que la presencia de María, ayuda al Señor en su obra de salvación del mundo.
Don João, nos ha regalado, junto con la acción que significa ser misionero de la Virgen Peregrina, un modelo de Santidad en donde espejarnos, a quien mirar. Laico piadoso, fiel y servicial, toda su vida, fue una catequesis testimonial, nos enseñó con su caminar, día a día, a vivir la Alianza de Amor, en clave “vida real”, nos habló de incomprensiones, luchas y alegrías. Del dolor, que tantas veces se hizo presente en su vida. El decía:
“ Toda vida humana es un tejido de alegrías y dolores, de éxitos y de fracasos, de buenas y malas circunstancias. Para quien contempla las cosas con la mirada de fe, para quien cree en la Providencia Divina, todo -también el dolor- tiene sentido.”
Querido don João, la Campaña de Argentina, que hoy levanta tu estandarte con la imagen de la Mater Peregrina, te dice: gracias, por tu entrega y tu vida.
Intercede desde el cielo por todos nosotros para que la llama del amor a María, al Santuario y a Jesús Eucaristía, nunca se apague, antes bien, sepamos hacerla crecer con nuestro servicio.
El tiempo de Adviento, también nos inspira un pequeño pensamiento, nos invita a contemplar a María, en estos últimos días de su dulce espera, sin más nada que su fe en Dios, su sí incondicional al querer del Padre, y el amor humano de San José.
Acompañamos a la Santísima Virgen y pedimos especialmente a través de Ella, la bendición para los que no tienen techo, trabajo, cariño, acompañamiento, cercanía, por los que están solos, por los que tienen que emigrar de sus países, sin seguridades externas ni internas, por todos los que esperan un Adviento en sus vidas.
