La santidad es siempre joven
Beatificación de Carlo Acutis
Autor/a: Verónica García Samartino
Agradecemos a Dios por la vida de Carlo Acutis (1991-2006) y por el regalo de su beatificación el pasado sábado 10 de octubre en la ciudad de Asís, Italia. Carlo murió de leucemia a los 15 años. Fue conocido como el “ciberapóstol de la Eucaristía”.
Nuestra Iglesia nos propone con la beatificación de Carlo un modelo de santidad de la vida diaria. Su vida es especialmente atractiva para los jóvenes. Tanto por su santidad con tan solo 15 años como por lo reciente de su partida al cielo. En la homilía de su beatificación, el Cardenal Vallini destacó que Carlo Acutis era un joven normal, sencillo, espontáneo, simpático. Tenía el don de atraer y fue percibido como un ejemplo.
Su santidad transcurrió en una vida totalmente normal. Cualquier joven de hoy puede identificarse plenamente con él. Jugaba a la playstation, le gustaba la vida al aire libre, disfrutaba compartir con sus amigos y estaba cautivado por todo el bien que se podía realizar a través de la tecnología.
Carlo puso todos sus dones al servicio de Cristo para llevar la Buena Nueva. Realizó una página web de los Milagros Eucarísticos y de las Apariciones Marianas. Desde su realidad como joven fue muy sensible a los más necesitados. Compartió sus bienes y su tiempo con ellos. Esa capacidad de amar, que fue desplegando en pocos años, brotaba de su íntimo amor a Jesús Eucarístico y su gran amor a la Santísima Virgen. Le manifestaba el cariño a la Virgen en el rezo del Rosario todos los días.
Nuestra querida Mater quiere atraer y educar desde nuestros Santuarios de Schoenstatt, jóvenes que aspiren heroicamente a la santidad, viviendo con amor su realidad familiar, amistades, estudios, entretenciones y su trabajo. Ella nos regala la gracia para poder vivir todas las realidades del mundo en unión con Dios.
Desde el Santuario, nuestra Madre nos lleva a un profundo encuentro con su amado Hijo, presente en el Eucaristía. Ella acrecienta nuestro amor hacia Él y transforma nuestro corazón según Sus rasgos. La gran convicción que Carlo tenía de que “todos nacen originales y muchos mueren como fotocopia” es la misma convicción que tenía nuestro Padre Fundador sobre la misión original que Dios ha grabado en cada alma: nuestro ideal personal.
¡Qué gran tesoro contar con nuestra querida Mater!, que, en la fuerza de nuestra Alianza de Amor con Ella, nos invita a colaborar con su misión como Compañera y Colaboradora de Cristo en toda la Obra de la Redención y nos ayuda a desplegar esa vocación a la santidad original con la que Dios nos ha llamado a la existencia.
Pidamos a nuestro joven beato que suscite, junto a nuestra Madre y Reina, muchos jóvenes que vivan heroicamente la santidad de la vida diaria y que, con el mismo fuego y ardor misionero de Carlo, se entreguen por la misión de Schoenstatt.
Verónica García Samartino
Instituto Nuestra Señora de Schoenstatt
Asesora JF de las diócesis de Zarate-Campana y San Luis