Mujeres y feminismos, reflexiones desde una mirada cristiana
Autora: Cecilia E. Sturla
Adentrarse en los distintos feminismos que surgieron con fuerza en el siglo XX no es tarea sencilla. Primero por la amplitud del tema. Segundo, por los prejuicios que habitualmente genera la palabra “feminismos” en muchos católicos.
Esas mismas dificultades son las que tuve al comenzar con el estudio de los feminismos. La cantidad de material, libros, artículos, autoras, corrientes… hace que uno se asome con cierto “temor y temblor” ante la magnitud de la temática. Pero poco a poco la luz va entrando en las tinieblas de pensamiento, y las cosas van adquiriendo un sentido. O por lo menos, la madeja ya no está tan desordenada y podemos seguir el hilo.
En cuanto a los prejuicios, son y continúan siendo muchos. Eso ya no me corresponde a mí, sino cada persona debe atravesarlos en la medida de sus posibilidades.
Lo cierto es que proponer un feminismo católico no es algo original, ni demasiado disruptivo. Pero ciertamente sí es una necesidad de la época y una obligación moral sobre todo para aquellas mujeres que van a continuar la historia. Por ellas y también para entender a las mujeres que nos precedieron.
Este libro tiene ese objetivo: desentrañar los reclamos genuinos, sacar los prejuicios y aportar una mirada reflexiva para que varones y mujeres trabajemos juntos en la construcción del Reino.
Porque muchas veces la historia nos dejó de lado. Queriendo o sin querer, a las mujeres no se nos permitió participar de la vida democrática, de los espacios académicos ni de la vida artística en igualdad de condiciones con respecto al varón. Por ello verán en los primeros capítulos una historia de las ideas feministas que darán cuenta de esa lucha de las mujeres por lograr la plena igualdad de derechos y los tropiezos que tuvieron que sortear innumerables mujeres y grupos de mujeres.
Dentro de la Iglesia católica, el espacio de la mujer, a pesar de las múltiples iniciativas del papa Francisco por darle un espacio más relevante, continúa siendo relegado de facto en algunas comunidades, tal como el Sínodo sobre la Sinodalidad mostró. Es que el Derecho Canónico no permite la plena participación de las mujeres en muchos lugares donde no habría impedimento ontológico alguno para que así lo fuera (la pregunta es si existe algún impedimento ontológico para considerar que los varones son aptos para determinadas tareas y las mujeres no. Conste que hablo de tareas, no de cuestiones biológicas).
Sea como fuere, el mensaje de Jesús que nos llega de los Evangelios y de las cartas paulinas (por lo menos de las originales de Pablo de Tarso), es completamente diferente a lo que la tradición y la historia nos contaron. La mirada de Jesús sobre las mujeres fue disruptiva, democrática, llamativamente igualitaria. Los estudios exegéticos hechos por las mujeres muestran esa mirada de Jesús que conmueve, que asombra, que nos llena de confianza y por qué no, de esperanza.
El P. Kentenich también abordó el tema de la mujer y el varón a lo largo de toda su vida. Especialmente en el exilio, donde pudo vivir las grandes transformaciones sociales que fueron impulsadas por la irrupción de la mujer al mundo laboral. Allí intento mostrar ese cambio de perspectiva del P. Kentenich sobre la mujer y la familia.
Las problemáticas referidas al sexo y al género, comenzadas por el último feminismo, tienen su espacio dentro del libro. No es un estudio exhaustivo, pero sí quiere mostrar las diferencias y la importancia de hablar de sexo biológico y de género como construcción cultural.
Tenemos grandes desafíos con respecto a los feminismos: entenderlos, comprender la lucha por la igualdad y seguir luchando, varones y mujeres por igual, por un mundo más justo y equilibrado en lo que hace a la diferencia sexual.