Rezar unidos por la vida
Testimonio: Hernán y Cecilia Bosco.
El 9 de abril se rezó en numerosas ciudades del país el “Rosario por la vida”. La apertura del debate legislativo sobre la despenalización del aborto fue una motivación especial para pedir a la Santísima Virgen la protección de los niños no nacidos. Muchos schoenstattianos de las diferentes diócesis se unieron a esta iniciativa.
Hernán y Cecilia Bosco van a cumplir 20 años de casados. Tienen dos hijos, Tomás y Santiago, de 11 y 9 años respectivamente, y conocen Schoenstatt, según sus palabras, “hace muchísimos años”, pero hace algunos forman parte activa del Movimiento. Ellos se decidieron a participar en el “Rosario por la vida” que se rezó en la catedral de Buenos Aires.
Como familia: ¿Qué los motivó a participar del Rosario por la vida?
Tuvimos dos motivaciones principales: por un lado unirnos a la oración de toda la Iglesia para que Dios ilumine a los legisladores en estos momentos en que está por comenzar el debate; y por otro lado, en un momento en que se oyen tantas voces que defienden el aborto, mostrar que también los que apoyamos la vida somos muchos.
Como padres: ¿cómo abordaron el tema de la defensa de la vida con sus hijos?
Les comentamos del tema, pero es como que mucho no entendían por qué una mujer embarazada podría querer desprenderse de su hijo. Como que no “les entraba en la cabeza” que eso pudiera pasar.
¿Cuál fue la experiencia de los chicos en la catedral?
Como estábamos a la izquierda del altar, muy cerca del mismo, se quedaron muy impresionados con la solemnidad de la misa. Tomás, que es el mayor, quiso que la comunión se la diera el Cardenal.
¿Con qué frase podrían resumir su vivencia de ese día?
Reinaba un clima de oración y de fe. Fue un momento de mucha riqueza espiritual, donde una vez más se pudo apreciar la diversidad de los carismas que tienen los movimientos de la Iglesia.
Desde su experiencia en un acto de Iglesia: ¿Qué mensaje les dejarían a las familias?
En general, los católicos nos acostumbramos mucho a las parroquias y movimientos a los que pertenecemos y perdemos de vista la universalidad de la Iglesia. Estos eventos que organiza la arquidiócesis nos recuerdan ese aspecto de nuestra fe. Al mismo tiempo, nos permiten contribuir a su riqueza y a la manifestación de la fe en el ámbito de la ciudad.
¡Gracias, familia Bosco, por compartirnos su experiencia!