Ser apóstoles y profetas del Santuario Hogar

Ser apóstoles y profetas del Santuario Hogar

Autores: Marta y Carlos Gabetta, cordis in cor. Asesores Nacionales LAF Argentina.

“¡Ahora presten mucha atención! Lo que voy a decir a continuación tendrá una importancia fundamental para el futuro: Todo lo que damos por cierto para el Santuario Original y para los Santuarios Filiales también es cierto para los Santuarios Hogar.”

El Padre Kentenich pronunció estas palabras decisivas la tarde del 18 de noviembre de 1963, ante un grupo de matrimonios que se habían reunido para su charla semanal de los “lunes por la tarde”. El gran énfasis que el Padre puso en estas palabras muestra la relevancia que esta idea, esta realidad, tenía para él.

Nacido de una necesidad concreta

El Santuario Hogar surgió a partir de una necesidad concreta: el desvalimiento que sentían los padres en la educación de sus hijos, especialmente la educación en la fe.

El Padre José Kentenich bendice el primer santuario hogar

Pocos meses después de esa charla “fundacional” del Padre a los matrimonios, Eleanor y Raymond Yank le pidieron que fuese a bendecir su Santuario del Hogar. Él aceptó, y el 23 de febrero de 1964 el hogar de la familia Yank se hizo oficialmente un Santuario.

Es importante “escuchar” lo que el Padre rezó ese momento y “observar” también su actitud y sus gestos. Nos impresiona no solo su natural intimidad al dialogar con la Mater, sino también su empatía puesta de manifiesto al dirigirse a Ella como si lo hiciesen los esposos y el hacerlo de rodillas, enfatizando la solemnidad del acto.

De rodillas, el Padre rezó:

Lo que hoy vamos a hacer aquí parecería ser un nuevo inicio o una nueva etapa en el desarrollo de nuestra familia. Nos alegramos de que todos nuestros hijos estén compenetrados con la idea de ser un Santuario vivo, que te amen, querida Madre y Reina tres veces Admirable de Schoenstatt.

Queremos recordarte una vez más, Madre y Reina nuestra, lo que implica que nuestros hijos estén entrando en la adolescencia. Puede suceder que nosotros, sus padres, no tengamos ya una influencia sensible sobre ellos. Y por ello tanto más te pedimos, querida Reina celestial, que atraigas hacia ti a nuestros hijos con un amor cálido, especialmente en esta edad tan particular. Con todo mi corazón te pido lo que rezamos en la Oración del Cetro:

“Mantén en alto el cetro, Madre, protege a tu tierra de Schoenstatt”.

Tu “tierra de Schoenstatt” es ahora el corazón de nuestros hijos que queremos que protejas. Nuevamente recordamos aquí principalmente a aquellos hijos que día a día comienzan a descubrir el mundo y se abren a él, y quieren ser cada vez más independientes.

“Mantén en alto el cetro, Madre, protege a tu tierra de Schoenstatt; eres allí la única Reina, pon en fuga a todos los enemigos”.


Madre, sé Tú la única Reina en los corazones de nuestros hijos al igual que en nuestra casa. ¡Pon en fuga a todos los enemigos! Cuida también, querida Madre, que nuestra familia sea un reino de verdad, un reino de amor, un reino de justicia, cada vez más palpable.

Y culmina entregándoles una misión:

Que este Santuario Hogar sea tu lugar escogido donde se desarrolle bien el: “espíritu de apóstoles y de la santidad de la vida diaria”. PJK



Paralelo  Milwaukee | Villa Ballester.

Hay una gran semejanza en esta bendición del santuario hogar y el mensaje final que el Padre Kentenich le deja a la familia Yank con la misión que les entrega a nuestros Odette y Alfredo Vallendor.

Los Vallendor viajaron desde Argentina a visitar al Padre Kentenich quien los recibe el 4 de Julio de 1965.  Le cuentan de su “Rinconcito de Schoenstatt” en su hogar de Villa Ballester y de la corriente de vida de los “Rinconcitos Marianos” que se estaba dando en Argentina.

Es allí cuando reciben por manos del propio Fundador la misión de proclamar las gracias del Santuario Hogar para Argentina confirmando que los “Rinconcitos de Schoenstatt”, que nacieron aquí, se los podía considerar también como verdaderos “Santuarios Hogar”.

El Padre Kentenich rezó con ellos una preciosa oración con las que les dejó esta misión: “ser apóstoles y profetas del santuario hogar”.

A la luz de esta historia y analizando la realidad que nos toca vivir en nuestra Argentina hoy, quisiéramos compartir esta pregunta que nos desafía e interpela:

¿Será nuestro tiempo de asumir y actualizar esta misión en Argentina hoy? “Ser apóstoles y profetas del Santuario Hogar”



Marta y Carlos Gabetta. Cordis in cor.
Asesores nacionales LAF Argentina