Unidas en María, transformar el mundo en hogar
Autor: Clara Vocos y Ángeles Bernadó, Jefas Ánima del Congreso de la Mujer de la Juventud Femenina argentina 2020
Con motivo de los 100 años de la entrada de la mujer a Schoenstatt e intentando discernir lo que Dios nos estaba pidiendo a través de las voces del tiempo (movimientos feministas que se hacen cada vez más fuertes y que promulgan una idea de mujer distorsionada e incompleta, ideología de género que confunde, falta de fundamentos en nuestra juventud para elegir el modelo propuesto por la iglesia, entre otras) decidimos dar respuesta a través de un Congreso Nacional pensado, dirigido y llevado a cabo por las mismas chicas.
Como “JF’s” queríamos poner las manos en la masa, ser protagonistas una vez más de algo grande convocando a nivel nacional a muchas chicas para llevarlo a cabo todas juntas. No sólo la organización sino también la apertura fue un desafío, se decidió que no solo iba a ser para las jefas de cada diócesis sino para todas aquellas que quisieran formar parte y conocer más acerca de la visión de la mujer del Padre Kentenich y que quisieran vivir una experiencia de unión nacional.
Así fue que, con la ayuda de las Hermanas asesoras, comenzamos a concretar el Congreso. Los nombres se convertían en equipos (más de 50 personas que estaban dispuestas a ayudar), las ideas en actividades, las oraciones en capital de gracias, y así de a poco nuestro Congreso empezó a tomar forma.
Tuvimos un primer encuentro allá por diciembre, en Florencio Varela donde entre nosotras comenzamos a sentir y compartir cosas que queríamos que se vivieran en nuestro congreso. Pero si algo nos quedó claro después de esos días juntas como equipo, era que estábamos dispuestas, que había ganas, que éramos muchas las que estábamos en la misma, que teníamos ganas de crecer, y que nuestra JF es mucho más grande de la que cada una conoce en su diócesis.
Llegó el día de abrir las inscripciones, los cupos se llenaron en menos de una semana, había más de 170 chicas de todo el país que querían participar. Ya estaba casi todo listo, pagado, pensado, con las ilusiones al máximo y muchísimo trabajo por detrás para coordinar esa cantidad de chicas, las llegadas, los transportes, los pasajes de cada una. Pero lo que no sabíamos era que los planes de Dios para nosotras eran otros. Y así es como tres días antes de la gran fecha, debido a la pandemia del Coronavirus (Covid-19) tuvimos que cancelarlo.
Tomar la decisión no fue fácil, todavía la situación no era tan grave pero si seguíamos adelante, poníamos en riesgo a todas nuestras chicas. Y surgieron millones de preguntas ¿Por qué nos dejaste llegar tan lejos? ¿Por qué nos hiciste trabajar tanto si al final no se iba a poder hacer? ¿Por qué nos dejaste ilusionarnos? Fue realmente una experiencia de pequeñez, no poder entender los caminos de Dios y aún así con confianza de hijas decirle “si es tu voluntad, que así sea”. En ese momento queríamos que nuestras asesoras tomaran la decisión por nosotras, era muy grande cancelarlo como también era mucha responsabilidad seguir adelante. Pero nos tocaba crecer y hacer este congreso del todo nuestro, inclusive tomando estas decisiones. Nos costó tanto decir que no, que tardamos varias horas, nuestras posiciones cambiaban cada cinco minutos, sin poder decidir, hasta que llegamos a la conclusión de cancelarlo y redactamos la carta informando.
Hoy, después de dos meses, entendemos que Él nos necesitaba pero no como nosotras creíamos, su misión para nosotras era otra, y esa prueba de amor que nos pidió, renunciar a nuestro querido Congreso después de tanto esfuerzo, fue la fecundidad que permitió que las puertas se abrieran y que pudiéramos llegar no solo a 170 chicas, sino a cerca de 500 a lo largo de todo el país. En esos días nos tocó aprender a usar nuevas tecnologías, a amoldar aquello que iba a ser presencial para que cada una pudiera vivirlo desde sus casas, a sumar una nueva voz del tiempo, el Covid-19, algo que todavía desconocíamos.
María finalmente reinó, el Congreso se hizo de manera virtual por primera vez en la historia y fue un éxito. Cada una de nuestras JF decidió comprometerse y animarse a cortar distancias participando a través de los diferentes medios propuestos. Entre links y grupos de WhatsApp pudimos llegar a más de 500 chicas, en los debates entre los distintos grupos que conformaban el congreso se logró sacar un lema para el año que comenzaba:
“Unidas en María, transformar el mundo en hogar”
Ella nos devolvió con creces todo el esfuerzo de tantos meses. Una vez más nos demostró que nunca nos suelta la mano y que lo que nosotras creíamos que era el final, en realidad era solo un nuevo comienzo.
En la siguiente página la Hna. María, Asesora Nacional de la Juventud Femenina argentina, escribe a las jóvenes el desarrollo del lema que las acompañará este año.