Visita de la “Mano del Padre” José Kentenich a Paraná
Autor: Héctor Ríos
La Familia de Schoenstatt de Paraná recibió la huella del Padre con gran alegría el 14 de abril a las 17 hs., en momentos de Adoración Eucarística, luego fue trasladada en procesión al salón donde permaneció hasta la hora de la Santa Misa en el Rincón del Padre.
Las Juventudes Femenina y Masculina prepararon una vivencia en el Ranchito, lugar emblemático en La Loma; y luego hasta el Santuario para concluir el encuentro con nuestro Padre y Fundador por ese día.
Durante la semana se organizaron visitas a distintas ramas. Visitó la Ermita de la ciudad de Hasenkamp, lugar desde donde parte la Peregrinación de los Pueblos. También fue recibida por la Rama de Madres.
Hubo una Misa en la Parroquia Santa Teresita y acompañó el inicio de la conquista del Santuario del hogar de una familia integrante de las Misiones Familiares Ita Pater.
El 18, día de Alianza, acompañó las Mil Ave Marías y la Misa en el Santuario. Estuvo presente en la reunión de matrimonios Miembros de la Liga. Visitó enfermos y ancianos.
Ya en la casa de la familia coordinadora fue la preparación para su partida hacia la comunidad de Concepción del Uruguay.
El 21 por la mañana, en la ruta se realizó la entrega de la huella de la mano del Padre a esa comunidad.
Testimonio de Tita Ríos
Al llegar desde el Santuario de La Loma, la huella de la mano del Padre José Kentenich, visitó el Santuario del hogar de varias familias, entre ellos el nuestro, y luego tuvimos la oportunidad de compartirlo en la Parroquia Santa Teresita, junto al altar.
Al terminar la misa, que fue entre semana, el sacerdote Claudio Masutti, emocionado por el ejemplo del Padre Kentenich como sacerdote fiel y fundador, invitó a los fieles a posar su mano en la huella.
¡Grata fue la sorpresa al saludar a distintas personas y ver que con fe y confianza habían experimentado la presencia espiritual del Padre!
Un señor llegó con la confianza de que el Padre intercediera por sus ojos, pues está con serios riesgos de perder la vista. Una señora muy angustiada por su hija con cáncer. Y lo que más nos llamó la atención fue lo expresado por una señora que dijo: “Al apoyar la mano sentí una paz indescriptible, grande en mi corazón.”
El Padre nos acompaña y mira espiritualmente. ¡Lo sentimos en nuestra familia y en nuestra comunidad!
¡Nuevamente viene a buscar aliados!