Carta de alianza octubre 2023

Carta de alianza octubre 2023

Querida familia de Schoenstatt de Argentina:

Les deseo un feliz y bendecido día de Alianza y aniversario de la fundación de Schoenstatt. Hoy es nuestra fiesta patronal por excelencia, como familia internacional. Más allá de que cada Santuario tenga su fecha de bendición e inauguración local, cada 18 de octubre nos unimos los aliados en la red de Santuarios filiales que nos hermanan y cobijan a lo ancho y largo del mundo. Una red que se retroalimenta solidariamente y difunde gracias transformadoras y de sanación para la vida de miles de peregrinos y aliados, hijos de la Mater. Así somos enviados por Ella al mundo. La Alianza no nos aleja de nuestra realidad, sino al contrario. María nos envía a estar más presentes en nuestra realidad. Asumirla aún más. Aunque duela. Y, muchas veces, duele.

Bajo tu manto

Este año, en Argentina, la Mater nos convoca a ponernos “Bajo su manto”. Ahí, estamos seguros. Ahí, nada nos puede pasar. Nos sentimos protegidos, cuidados y sostenidos. Su manto es nuestro hogar. Que reconfortante y consolador tenerlo. La madre hace el hogar. “No somos guachos” nos decía el Papa Francisco en el 2014. El corazón de María es nuestro hogar.

Es significativo para nosotros, argentinos, que el día de la madre caiga siempre cerquita del 18 de octubre. No es casual. Esta simpática coincidencia de fechas tiene algo de “diocidencia”, como les gusta decir a algunos. Envío saludo y bendiciones a todas las mamás aliadas. ¡Qué sería de sus familias y de la familia de Schoenstatt sin ustedes! Seríamos guachos.

Pueblo peregrino

En Entre Ríos, hace más de 40 años surgió la, ya tradicional, “Peregrinación de los pueblos”. 92 eternos kilómetros desde la ermita de la Mater de Hasenkamp al Santuario de la Loma para celebrar el 18 de octubre. Con la participación de unos 50 mil peregrinos, esta es la peregrinación más concurrida de un Santuario de Schoenstatt en Argentina.

Es conmovedora la imagen de los miles de peregrinos caminando juntos. Este año la Mater nos reunió bajo el lema: Madre, enséñanos a construir y sanar la patria”.

Semanas atrás, fue impresionante la peregrinación a Luján. Se habla de un millón de peregrinos, Pero, más allá del número, lo importante es peregrinar. Porque tenemos Santuarios, nos sabemos peregrinos. Porque caminamos con otros nos orientamos mejor. El otro también nos impulsa. Así, se llega más lejos de lo que las propias fuerzas permitirían. Solos, nos quedaríamos a mitad de camino.

Por eso, además de lo vivido en Luján y en La Loma, miles de argentinos hemos peregrinado el 15 de septiembre al Señor del Milagro en Salta y el 16 de septiembre a Nuestra Señora de Itatí. Y no puedo no recordar, entre muchas otras, la peregrinación a caballo al Santuario de Paso Mayor en un gesto que plasma la cultura gaucha argentina.

No nos dejes caer en la tentación

Somos un pueblo peregrino. Estamos acostumbrados a las precariedades. Aunque a veces puede resultar tóxico pasar tantos apuros, necesidades y contrariedades. Parecería que nos merecemos más de lo que tenemos. Pero no somos capaces de progresar.

Por momentos nos invaden sentimientos y sensaciones que nos confirman que, lejos de crecer, decrecemos, que lejos de progresar, estamos cada vez peor. Nuestra mirada creyente, nuestra cosmovisión católica nos protege de esos sentimientos que, vistos desde la fe, son una suerte de tentación. Lo único que logran es desanimarnos, ponernos a buscar culpables y condenarnos mutuamente con castigos y escraches que nos terminan enemistando e hiriendo a la patria.

Tampoco somos ingenuos ni relativistas. Hay verdades dentro de esos sentimientos. Y el demonio, que es vivo, usa la verdad separándola del amor, tergiversándola y en vez de liberarnos, nos esclaviza.

Dios y María son más grandes que nuestras miserias y pecados. Ellos sí conjugan verdad y caridad. Son capaces de actuar no solo a pesar, sino justamente a través y motivados por nuestros límites.

Amados porque sí

La paradoja es que nuestras pequeñeces y miserias, lejos de alejarnos de Dios, nos convierten en hijos más amados del Padre y de María. Nuestros límites y desvalimientos los conmueven. Tal como cualquier padre ante la pequeñez y fragilidad de su hijo. No nos merecemos el amor de Dios y de María. De hecho, muchas veces hacemos mérito en sentido contrario. Pero el amor de papá y mamá es por el simple hecho de ser padres. Ese amor no se negocia. Así son Dios y María con nosotros. Así lo vivimos como pueblo argentino.

María está metida en nuestra sangre. Somos marianos desde nuestro nacimiento como país. La novena “Bajo tu manto”1, ahondó en esta realidad de ser un pueblo mariano y nos ayudó a preparar el corazón para este día de gracias.

Ensancha el espacio de tu tienda

Bajo ese lema la Iglesia universal comenzó hace ya un tiempo el sínodo. En el peregrinar de la vida necesitas cuidado y atención. Dios nos cobija y la iglesia es un gran hospital de campaña. Queremos, como iglesia, compartir más ese cobijo y atención. Queremos ampliar nuestro corazón y entendimiento para ayudar a que las gracias se extiendan. La invitación de la Iglesia es a reflexionar sobre las distintas realidades humanas para responder con caridad y lucidez a las necesidades del hombre y la sociedad actual.

Que este tiempo sinodal sea un tiempo de gracia donde el Espíritu nos ayude a agrandar la tienda para que, a muchos que se sienten fuera, les demos signos de que tienen su espacio.

La guerra por la santidad

Estamos en guerra en varios lugares. No las queremos, pero las tenemos. Schoenstatt es hijo de la guerra en el decir del Padre Kentenich. Vemos en ellas oportunidades para exigirnos más en la entrega y el sacrificio. No significa que no nos duelan. Pero llevamos ese dolor a la oración y a la acción.

Hay guerras internacionales cruentas y otras más internas, en nuestra patria, donde quizás no haya derramamiento de sangre, pero sí víctimas. Estas guerras se suman a las batallas y dolores que cada uno lleva adelante, en la salud, la familia o el trabajo. No puedo no pensar en la reciente partida de “la Vivi”, coordinadora diocesana de Paraná. Que el Señor la tenga en su gloria. El día de la madre la despedimos. Una madraza. Toda la familia argentina estaba unida en oración por su recuperación. Dios dispuso otra cosa. Nos volvemos a poner bajo el manto de María. Ella transforma guerras y dolores en ocasiones propicias para experimentar su cuidado y compañía.

El próximo 22 de octubre celebraremos a San Juan Pablo II. Un santo muy querido y valorado por muchos de nosotros porque nos acompañó gran parte de nuestras vidas. Y sin duda lo continúa haciendo. Pongámonos también bajo su amparo. Dejemos que nos vuelva a mirar con ese cariño y ternura que transmitía. Como pueblo le debemos la paz con nuestros hermanos chilenos décadas atrás. Este año su fiesta coincide con un complejo día de elecciones. Pidámosle su intercesión por la paz social.

Querida familia, que el Señor de la historia y la Mater nos bendigan en este día de gracias.

Quedamos en eso, permanecemos fieles,

P. Pablo Gerardo Pérez

Director Nacional

Movimiento Apostólico de Schoenstatt Argentina


Compartimos el link del video de Alianza de octubre 2023 https://www.youtube.com/watch?v=6qx14tuBEvs


[1] Gracias al equipo que colaboró en la redacción de la novena y al Departamento de Comunicación del Movimiento que incansablemente edita y comparte tanto material que nos alimenta y alienta en esta vida de Alianza. Es un orgullo, alegría y tranquilidad contar con él.