Cuando el cielo toca la tierra
Autora: Griselda Pereyra
La rama de Mujeres Profesionales de la familia de Schoenstatt del Chaco sigue creciendo con fuerza. En el marco del retiro anual organizado por la rama a nivel nacional que se llevó a cabo en Nuevo Schoenstatt, Florencio Varela, tres chaqueñas realizaron la consagración al círculo de miembros. Y hoy podemos celebrar a estas mujeres de nuestra comunidad que aspiran al ideal de ser SAGRARIOS VIVOS y a renovar de ese modo el mundo del trabajo y la cultura.
La rama de Mujeres Profesionales de nuestra provincia se fundó el 12 de Julio del 2003 de la mano de un grupo de schoenstattianas que se sintieron llamadas a tomar a la Virgen María como madre y guía. Desde ese momento hasta nuestros días la agrupación ha dado pasos contundentes y firmes expresados en la conquista de la bandera que las identifica y acompaña en su apostolado y de su ideal: “Que por nosotras el cielo toque la tierra”.
Este año, como fruto de la maduración y fecundidad de la rama, algunas de ellas sellaron el Poder en Blanco, con la clara intención de vivir intensamente el camino de la Alianza de Amor con la Virgen María. Y, como corolario de un trabajo profundo, entre los días 8 y 10 de octubre de 2021 se llevó a cabo en el Santuario Nacional “Santuario del Padre” de Florencio Varela el Retiro Nacional de Mujeres Profesionales.
Alrededor de las once de la mañana de la última jornada, con sonido de campanas como música de fondo, se realizó la primera consagración de miembros de Mujeres Profesionales a nivel Nacional. La ceremonia fue presidida por el Director Nacional del Movimiento, el P. Pablo Pérez, y contó con la compañía de la Hna. María Luz, Asesora Nacional de las Mujeres Profesionales, y la Hna. Mariela, asesora regional de las chicas chaqueñas.
El encuentro se realizó tanto en modalidad presencial como a través de la plataforma digital, permitiendo de esa manera que sus hermanas de rama actuales y algunas ex integrantes de la rama de distintas localidades del país pudieran acompañarlas en este momento tan especial e histórico.
Las nuevas miembros de la rama chaqueña son Margarita Ruiz Díaz, María José Leoz y Natalia Ambroggio. Ellas comentaron que se sentían muy acompañadas espiritualmente por Alejandra Barbero, su hermana de grupo, quien falleció el 6 de junio pasado y deseaba fervorosamente sellar su consagración como miembro.
Fue un día muy especial para Marga, Jose y Nati, un día de emociones y de un encuentro profundo con la Mater.
Testimonio de Margarita Ruiz Díaz:
“Ser miembros significa una mayor entrega del corazón y hacerse partícipe en la responsabilidad por la Obra de Schoenstatt, ponerse al servicio de la Mater para participar en la gran misión que ELLA le dio al Padre Fundador José Kentenich. Significa estar unidas a la Mater, al Santuario y al Fundador para cumplir con la Voluntad del Padre Dios. Significa también un compromiso apostólico por medio del santuario corazón y santuario del trabajo en sus ambientes laborales para llevar a otros al santuario, a la Mater y crear así una cultura de alianza”.
Testimonio de Natalia Ambroggio:
“Soy ingeniera agrónoma, docente, me especialicé en periodismo agropecuario. Pertenezco a la rama de mujeres profesionales del Movimiento de Schoenstatt Chaco, desde el momento de su fundación, es decir desde hace 18 años que estoy en el movimiento.
Para mí haber hecho la Consagración de Miembros es muy importante, porque en todos estos años de caminar en la rama, Schoenstatt fue la elección que yo hice como modo de vida, modo de vincularse con Dios y con la Virgen, con nuestra Mater. Y poder llevarlos a ellos en todos mis ámbitos donde por eso mencionaba el ámbito profesional. Poder a Jesús y a María en cada cosa que hago. Y habiendo hecho la consagración de miembros también sentirme como un ladrillo importante en la familia de Schoenstatt, para colaborar y ayudar en lo que haga falta.
Estar en el Santuario de Florencio Varela fue una gracia muy importante, un revivir la Alianza de Amor, es decir la vivo y la revivo cada día a la alianza y un sentimiento inmenso de gratitud a Dios y la Madre por la vida y todas las cosas que nos brindan. También una gran gratitud de saber que tenemos hermanas en alianza que caminan con nosotras y que en los momentos difíciles siempre nos están acompañando y por quienes nosotras no sentimos importante para acompañarlas en lo que ellas hacen. Así que el sentimiento de haber hecho la consagración de miembros, es un sentimiento de gratitud, a esta elección de amor en las cosas que nos tocan vivir todos los días, reviviendo cada día en nuestra alianza de amor con la Virgen.
Quiero agregar que como mujeres profesionales, el santuario del trabajo y el santuario habitación son dos espacios donde nosotras nos sentimos muy cercanas, porque el trabajo es un lugar muy importante para llevar a la Virgen de Schoenstatt y el Santuario habitación es el lugar personal de encuentro y de acrecentamiento de nuestro vínculo con la Mater y con Jesús.
¡Muchas gracias por permitirme dar mi testimonio!“
Testimonio de María José Leoz:
“La Mater es parte de mi corazón aún antes de empezar con mi preparación, ya que sellé Alianza el 16-10-2016. Ella me buscó muchísimo tiempo, cabezona como soy tenía la excusa perfecta para no arrancar en cada grupo nuevo, me esperó con paciencia. Cuando iba a pasar una prueba muy fuerte donde el dolor y la angustia me iban a ganar, arremetió con el ímpetu de una madre protectora, cubriéndome de serenidad y confianza para poder superar lo que tocaba transitar. Luego me dio tiempo para sanar mi espíritu y me volvió a llamar, esta vez no pude esquivar mi camino y le di un gran SÍ con todo mi ser y concreté mi alianza.
Luego surgió la posibilidad de comenzar a dar este paso importante de ser miembro del círculo, estaba muy entusiasmada porque lo iba hacer junto con mis dos amigas de toda la vida (instrumento que utilizó para tentarme y/o acosarme muchísimas veces, me llenaron de estampitas la casa, las encontraba por todos lados, ellas son parte del Movimiento hace bastante tiempo).
De su mano pude descubrir en esta preparación cuál era mi misión, conocer mi verdadero ser, experimentar la verdadera libertad que viene de Dios y de cada decisión que nos pone en el camino para seguir adelante. Al final un sacudón de vida, previo al rito y luego del poder en blanco me tocó otra prueba fuerte y determinante en mi preparación: perder físicamente a mi amiga Ale. Fuerte, triste, doloroso y movilizador todo, ella nunca me soltó la mano. Realicé el rito el 10-10-2021 en ese momento, sentí que nuestro lema de rama se encarnaba en todo su esplendor y que el cielo verdaderamente tocaba la tierra en la cruz con Jesús, mi amiga en el cielo yo en la tierra unidas en el corazón de la Mater dando juntas el Sí más grande de todos, el de vivir el carisma del padre y hacerlo parte de mi vida.“