Cumpleaños del Padre Kentenich

Cumpleaños del Padre Kentenich

Reflexión en los 136 años del PK

Autor: P. Alejandro Blanco

El 16 de noviembre celebramos con alegría los 136 años de nacimiento del Padre Fundador. Creemos en la Resurrección por eso celebramos y sabemos en la certeza de la fe, que el Padre Kentenich comparte la mesa ancha del Reino que el Padre Dios tiene preparada para todos sus hijos. Por eso es una verdadera fiesta de cumpleaños.

Al mismo tiempo, siempre en la escuela del Padre Kentenich, la Familia de Schoenstatt examina las voces del tiempo: los 70 años de la bendición del Santuario de Nuevo Schoenstatt, Santuario Nacional, bendecido por el PK y puesto en, manos de la Familia argentina, que, se identifica a sí misma: CON MARÍA, FAMILIA DEL PADRE.

Sin embargo, el cumpleaños del PK este año, no puede ser para nosotros una fiesta bonita sin más. Este año, el acontecimiento jubilar toma otro relieve: desde 2020, el tiempo de la pandemia trajo consigo muchos cambios, mucha necesidad de presencia humana. La valoración de los vínculos y de los gestos humanos se hizo mayor, sea porque estuvimos encerrados, juntos, sea porque estuvimos separados y conectados por medios tecnológicos. Y trajo, en la Providencia divina, siempre sabia, una tormenta espiritual que movilizó nuestros corazones: el PK una vez más cuestionado, no más en vida sino en muerte. El ojo de la tormenta no ha pasado por la Familia del Padre en Argentina. Pero abre interrogantes y suscita desafíos:

  1. Debemos conocer en profundidad la historia de nuestro Padre para prestarle nuestra voz y poder abogar por él, como lo hicieron tantos que ya no están, acudiendo al mismo clamor del PK por ser escuchado. Nadie en la Familia debería verse eximido de esta responsabilidad.
  2. Como FAMILIA DEL PADRE debería suscitarse entre nosotros una fuerte y renovada corriente patrocéntrica, que clarifique vitalmente, el lugar que el PK ocupa en nuestros corazones.
  3. Disponer nuestros corazones para “canonizar la verdad” como expresara nuestro Padre, pero una verdad completa, transparente, que reencuentre la nobleza de su corazón en la altura de los desafíos, la pequeñez de los instrumentos, la magnitud de las dificultades.
  4. El deseo del Padre es mantener a sus hijos en comunión de corazones. Respondámosle con fidelidad, articulando con generosidad nuestras acciones, sin personalismos, sin vanidad, sin competencias inútiles, juntos por el honor de su nombre.

El secreto de Schoenstatt: la fuerza transformadora de la Alianza de Amor, obrará milagros de cobijo, de santidad en la entrega, de fecundidad arrasadora de tormentas. ¡Creemos en nuestra misión, también en el huracán!

*Fotografía de Marcelo Degleve