Les pido en nombre de Dios
Autor: P. Tomás Dell`Oca
En agradecimiento por los 10 años del pontificado del Papa Francisco, presentamos 10 pedidos que el Papa hace, en nombre de Dios, a la humanidad entera para afrontar con esperanza el mundo que viene.
El Papa nos presenta estos diez temas en los que tenemos que aunar esfuerzos entre todos al mismo tiempo que presenta algunas propuestas concretas. El primer impuso para poder sacarlos adelante es aceptar esa realidad efectiva. “Entender el mundo como es y no como desearíamos que fuera es el inicio de la sabiduría” El Papa nos invita a convertirnos nosotros en el cambio que queremos, esa es la mejor forma de exigir a las personas con responsabilidad que adopten medidas urgentes y necesarias.
Primer pedido
«EN NOMBRE DE DIOS PIDO QUE SE ERRADIQUE EN LA IGLESIA LA CULTURA DE LOS ABUSOS».
“No puedo empezar sin pedir perdón una vez más. Nunca alcanzarán nuestras palabras de arrepentimiento y consuelo para las víctimas de abusos sexuales por parte de miembros de la Iglesia. Hemos pecado gravemente: miles de vidas han sido arruinadas por quienes debían cuidarlas y tutelarlas. Jamás será suficiente lo que hagamos para intentar reparar el daño que hemos causado”.
Es el llamado de Francisco a «desarraigar de la Iglesia la cultura del abuso». Por cada uno de esos abusos tenemos que pedir perdón. Nunca será suficiente lo que se haga para intentar reparar el daño causado.
Recemos por todas las víctimas, por ellos y por sus familias. Pidamos para que siempre encuentren espacios de ayuda y personas que los acompañen. Son heridas que tardan en sanar, procesos delicados y profundos.
Desterremos toda acción que implique la falta de respeto por la dignidad del otro. Muchas veces sumamos a este flagelo con nuestros chismes, prejuicios, ideas cerradas y poca tolerancia. “Lo que hiciste con el más pequeño, lo hiciste conmigo”
“Y por todos pido, en nombre de Dios, que continuemos con la lucha contra la cultura de los abusos sexuales, de poder y de conciencia, que son una verdadera cultura de muerte”.
Segundo pedido
«EN NOMBRE DE DIOS PIDO QUE PROTEJAMOS LA CASA COMÚN»
“En nombre de Dios pido que defendamos y protejamos la Casa Común. El reloj apremia, la vida toda corre peligro, pero estamos a tiempo. Hago mío el eslogan de algunas de las múltiples y maravillosas manifestaciones juveniles contra este modelo de depredación: No hay plan(eta) B”.
Vivir en paz es también vivir en armonía con nuestra tierra. No es tiempo de grandes discursos en foros internacionales, es tiempo de actuar, hoy, no mañana.
El don de la creación lo recibimos gratuitamente. Nada tenemos que ver con que cada mañana al despertar podamos contemplar el sol, mojarnos con la lluvia, sentir el frío de la mañana. Todo esto no es una propiedad de la cual podamos simplemente disponer a mi gusto.
Cuidar la casa común es cuidar a toda la familia humana, y por lo tanto, cuidarnos a nosotros mismos. Necesitamos la conversión de los pequeños cambios en cada uno de nosotros.
Gracias Señor por tantos que con compromiso, responsabilidad y solidaridad día a día forman parte de fundaciones y organizaciones que trabajan contra el “pecado ecológico”, especialmente los jóvenes, tan comprometidos con esta causa.
“En nombre de Dios pido que protejamos la casa común. Ya san Francisco de Asís nos recordaba que debemos verla como una hermana con la que compartimos la existencia y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos. Por las generaciones a las que debemos pasarles la custodia de la creación, debemos actuar ya; con la responsabilidad que marca la gravedad de la situación, pero con la esperanza que no todo está perdido”
Tercer pedido
«EN NOMBRE DE DIOS PIDO UNA COMUNICACIÓN QUE COMBATA LAS FAKE NEWS Y EVITE LOS DISCURSOS DE ODIO»
“No se trata de reemplazar nuestra misa por un directo de TikTok o convertir las imágenes de nuestros mártires en Memes para hacerlos circular. Pero podemos encontrar nuevos lenguajes para que la virtualidad no nos sea algo totalmente ajeno. Los “confines de la Tierra” a los que nos llama el Evangelio son ahora también digitales. Allí también podemos iniciar sesión para la misericordia, la ternura y la alegría, sin olvidarnos de los más desfavorecidos”.
Las nuevas fronteras misioneras de las que habla el Evangelio son «hoy digitales». Allí tenemos que estar presentes, pero sin olvidarnos que no pueden sustituir el contacto humano.
El desafío es estar atentos a la desinformación, a la difamación, la calumnia, la fascinación por el escándalo. No pueden ser medios para maltratar ni denigrar al otro. No consumamos por consumir.
Creamos en el «derecho al cambio, a la reparación y a la conversión» . No le neguemos al otra esa oportunidad. Es fácil juzgar los errores con el diario del lunes.
Estamos invitados a dar un paso hacia ese espacio virtual; eso también es Iglesia en salida.
“En nombre de Dios pido que podamos encontrar nuevos lenguajes para que la virtualidad no nos sea algo totalmente ajeno. Allí también podemos iniciar sesión para la misericordia y la alegría, sin olvidarnos de los más desfavorecidos”.
Cuarto pedido
«EN NOMBRE DE DIOS PIDO UNA POLÍTICA QUE TRABAJE POR EL BIEN COMÚN»
“La recuperación de la economía global no puede ser a costa de que una mayoría empobrecida pierda como siempre para que una minoría cada vez más enriquecida gane como nunca”.
Señor pedimos por una política que se ejerza como herramienta de transformación para la vida de todo hombre. Política que sea servicio, y no caiga en la corrupción. En definitiva, viniste “a servir y no a ser servido”
Reenciende en cada uno de nosotros el compromiso social, recordando que el protagonista principal de la política es el pueblo. Somos responsables de los lazos sociales, culturales y humanos, ellos dan forma al proyecto común.
Regalanos especialmente la voluntad de diálogo. Que podamos dialogar para conocer al otro; sin conocerlo no podemos comprenderlo. Y sin comprenderlo, no podemos ver que tiene para aportar al intercambio.
Pedimos claridad ante todo; afabilidad que deja el orgullo del lado y no es hiriente; confianza en la propia palabra, y sobre todo prudencia pedagógica. Con todo ello, que se achique la distancia que existe entre los discursos de los dirigentes y lo que sucede en el campo popular.
“En nombre de Dios les pido edificar una política que busque el bien común y se funde sobre el diálogo, que se ejercite como servicio y que promueva la participación de la juventud. Se trata de servir al pueblo y no servirse del pueblo”.
Quinto pedido
«EN NOMBRE DE DIOS PIDO QUE SE FRENE LA LOCURA DE LA GUERRA».
“No hay jamás lugar para la barbarie bélica. Menos aun cuando la contienda adquiere uno de sus rostros más injustos: el de las supuestas “guerras preventivas”. La historia reciente nos dio ejemplos, incluso, de “guerras manipuladas”, en las que se crearon falsos pretextos y se manipularon evidencias para justificar ataques a otros países. Por eso pido a las autoridades políticas que pongan freno a las guerras en curso y que no manipulen la información o engañen a sus pueblos para la consecución de objetivos bélicos”.
En esta petición, el papa muestra su máxima preocupación ante lo que denomina la tercera guerra mundial en pedazos a la que la sociedad está asistiendo, pedazos «que amenazan con hacerse cada vez más grandes hasta tomar la forma de un conflicto global».
Una guerra nunca está justificada y jamás resuelve los problemas que pretende superar. Recemos especialmente por la guerra en Ucrania y tantas otras guerras que pasan imperceptibles. Que seamos capaces de construir un sistema de convivencia que no se base en el poder de las armas. Pidamos especialmente por lo que sufren en primera persona.
“Todo pedido en nombre de Dios para que frene la locura de la guerra incluye también una súplica para erradicar del planeta ese armamento. Martin Luther King expresó con claridad en su último discurso antes de ser asesinado que ya no se trata de una elección entre violencia o no violencia, sino entre no violencia o no existencia. Está en nosotros elegir”.
Sexto pedido
«EN NOMBRE DE DIOS PIDO QUE SE ABRAN LAS PUERTAS A LOS MIGRANTES Y REFUGIADOS»
“Estamos llamados a ser artesanos de paz para las sociedades. Está en nosotros vencer los miedos para construir un mañana más fraterno. Demos el primer paso y vayamos al encuentro del otro, del distinto. Pongamos manos, mente y corazón a trabajar juntos. Seamos el cambio que queremos ver en el mundo”.
Para muchos esta realidad no es la búsqueda de un futuro mejor, sino simplemente la búsqueda de un futuro, porque permanecer en sus países puede significar una muerte segura. La pandemia lo dejo clarisimo, estamos todos en la misma barca.
Francisco nos invita a hacernos eco de cuatro verbos: acoger, proteger, promover e integrar.
Acoger es abrir la puerta, es abrir el corazón. Proteger es brindar asistencia, empieza en el lugar de origen y nunca deba faltar. Promover es dar la posibilidad de un desarrollo integral; de realizarse como personas. Finalmente integrar, no son números, son personas.
Es necesario un cambio de actitud: pasar de la indiferencia y del miedo a una sincera aceptación del otro.
“Son miles de personas que lloran huyendo de guerras, de persecuciones y de violaciones de los derechos humanos, y de la inestabilidad política o social que hace imposible la vida en la propia patria o región. Por eso, en nombre de Dios, pido que se abran las puertas a migrantes y refugiados”.
Séptimo pedido
«EN NOMBRE DE DIOS PIDO QUE SE PROMUEVA Y ANIME LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES EN LA SOCIEDAD»
“Mujeres del universo todo, cristianas o no creyentes, a quienes les está confiada la vida en este momento tan grave de la historia, a ustedes les toca salvar la paz del mundo”.
Necesitamos un mayor protagonismo de las mujeres en la sociedad. Miradas innovadoras, de mayor sensibilidad social, con mayor empatía, con perspectiva del cuidado del otro, la mujer en la sociedad es un signo de esperanza de cara al futuro.
La perspectiva femenina no solo enriquece, sino que mejora la masculina. El liderazgo femenino regala nuevas habilidades, intuición y dedicación profunda. Francisco nos pide que el rol femenino en la Iglesia no quede reducido a un funcionalismo.
Pedimos por tantas mujeres perseguidas, por todas aquellas que experimentan y viven en sociedades donde se las considera “de segunda”. Por todas aquellas que son explotadas, obligadas a ser una mercancía que se comercializa.
Es importante que nos impliquemos todos en abrir espacios a las mujeres si queremos un futuro fecundo y creativo.
“Por eso en nombre de Dios pido no solo que se promueva y anime su mayor participación en la sociedad. Frente a las diversas situaciones de humillación que aún no han sido superadas en todo el mundo, pido también que se deje de matarlas y lesionar su dignidad. Quien lo hace ultraja también a Cristo”.
Octavo pedido
«EN NOMBRE DE DIOS PIDO QUE SE PERMITA Y FOMENTE EL CRECIMIENTO DE LOS PAÍSES POBRES».
“Las diez personas más ricas del mundo duplicaron sus fortunas durante la pandemia. El 1% mas rico de la población mundial concentra el 32% de la riqueza del planeta. La mitad mas pobre del mundo, en su conjunto, no llega al 2% de la riqueza, según los datos del World Inequiality Report 2022. Los ricos son cada vez más ricos; los pobres cada vez más pobres”
No hay sustento ideológico para justificar las desigualdades. «¿Qué nos ha pasado, como humanidad, para no empezar cada día preguntándonos cómo incluir, alimentar, cuidar y vestir a los más pequeños de la sociedad, en lugar de excluirlos?» nos pregunta Francisco.
Señor, la muerte de seres humanos a cause de la pobreza es evitable. Dios no condena al hombre, la estrechas, el egoísmo, la indiferencia del propio hombre; sí lo hace. En un mundo rico en posibilidades no deberíamos tener problemas para erradicar la pobreza.
Según el informe de la UCA a fin del 2022 el índice de pobreza en Argentina era del 43,1%. Todos tenemos una responsabilidad en la tarea de terminar con esta injusticia.
La falta de crecimiento ahuyenta a los jóvenes. Buscan nuevos horizontes en otros países, siendo ellos la fuerza solidaria mas grande. Hay mucho por hacer, y esta al alcance de la mano de todos, empezar a hacerlo.
“La forma en que nos relacionamos con el dinero ya no funciona. El dinero debe servir en vez de gobernar. Debe ser un medio y no un fin en sí mismo. Debemos frenar la cultura de la acumulación y el despilfarro para crear sistemas globales de solidaridad. En nombre de Dios pido por los países pobres y por todos los descartados y excluidos del planeta”.
Noveno pedido
«EN NOMBRE DE DIOS PIDO QUE SE UNIVERSALICE EL ACCESO A LA SALUD»
“La pandemia hizo aún más visibles nuestras vulnerabilidades preexistentes, y contribuyó a acelerar y a empeorar las situaciones sociales y ambientales que ya dañaban el tejido de la humanidad. En particular, pido que se preste especial atención a los más débiles, como niños y ancianos, y que se respete la dignidad de la vida en todas sus fases”.
La pandemia nos encerró, y al encerrarnos quedó en evidencia lo frágil que somos. Junto con ello, quedo más todavía en evidencia que hay muchas personas en el mundo que no pueden acceder a la salud. Hospitales desabastecidos, personal médico que dio todo de sí, lugares inhóspitos donde para acceder a una posta sanitaria se debía caminar kilómetros y kilómetros.
Necesitamos crecer en vínculos de fraternidad y solidaridad con nuestro prójimo. El samaritano lo vio, se conmovió, se acercó, lo curó y lo cuidó. Rezamos para tener esperanza, porque la esperanza nunca defrauda. A nosotros nos toca transformarla en compromisos concretos.
El acceso a la salud es un tema de humanidad. Gracias por el don de la vida, por el don de no estar enfermos. Si lo estamos, gracias por la posibilidad de ver a un médico, hacer un tratamiento, tomar un remedio. Gracias porque hoy somos más conscientes que tenemos que cuidar el cuerpo, alimentarnos saludablemente, descansar mejor.
“No olvidemos que en la cultura tanto familiar como social los ancianos son como las raíces del árbol: en ellas está toda su historia; y los jóvenes son como las flores y los frutos… si no mantenemos viva esa savia que viene de las raíces, nunca podrán florecer. Y esto también es pedir un acceso más igualitario a la salud. Y así lo hago, en nombre de Dios”.
Decimo pedido
«EN NOMBRE DE DIOS PIDO QUE SU NOMBRE NO SEA UTILIZADO PARA FOMENTAR GUERRAS»
“Es importante recordar que la violencia no encuentra fundamento en las convicciones religiosas fundamentales sino en sus deformaciones. La guerra en Ucrania nos llevó a reflexionar nuevamente sobre esto, ante las posturas de algunos hermanos que buscaban justificaciones a actos de odio y pura violencia. No hay espacio para esos discursos en nombre de Dios”.
Todos somos parte de la misma familia humana, creyentes y no creyentes, cristianos y no cristianos, católicos y no católicos. Todos debemos unirnos en oración por el deseo irrenunciable de paz; y acción para trabajar por el bien común universal.
La mayor parte de los habitantes del planeta se declaran creyentes. Hay algo en el plano trascendente que nos hermana. Allí hay un punto de partida para todo diálogo.
El papa nos recuerda que ninguna religión es terrorista. Hay en todas las religiones, así como en todos los países, personas fundamentalistas y violentas que fortalecen y alimenta el odio y la intolerancia. No se puede tomar la religión para realizar acciones contrarias a la dignidad del hombre y a sus derechos fundamentales.
“Llamo a todas las religiones a unirse en la condena unánime de cualquier intento de utilizar el nombre del Todopoderoso para justificar cualquier tipo de violencia o agresión. A nadie se le ocurra tomar a Dios o como escudo cuando planea y realiza actos de violencia y abuso. La violencia en nombre de Dios es una traición a la religión. Sea la presencia de Dios la que nos haga caminar juntos”.
Oración final:
Querido Jesús, la esperanza en un mundo mejor es un hilo que conecta a los diez pedidos en nombre de Dios que el Papa Francisco nos presenta e invita a realizar juntos. Somos conscientes de que no hay fórmulas mágicas, pero sí posturas hacia la vida, el prójimo y la casa común. Regalanos la gracia de ser Peregrinos de la esperanza como dice el lema del jubileo 2025. Que aprendamos a salir de nosotros mismos para ir al encuentro de los demás y hacia las periferias de la existencia, y así, de tu mano, comprometernos en tu nombre a hacer realidad estos 10 pedidos.
Dejamos en tus manos, y en manos de María, al papa Francisco y todas sus intenciones.