Mi papá siempre me quiere
Autor: Marcelo P. R. Moviglia, papá de Lucía, Vicky y Pedro
Y esposo de Rita.
Ser padre es un regalo de Dios que nos ilumina la vida. Cada hijo es una oportunidad de reconocer su reflejo original, y a la vez nos emociona descubrir algunos de nuestros rasgos en él.
Es una vocación que se lleva en el alma, y muchas veces nos convertimos en “padres” de hijos más allá de lo biológico, personas con quienes compartimos a diario en distintos ambientes.
Y en este desafío, asumimos la preocupación de acompañar en su originalidad a cada uno de los que nos fueron confiados, para que puedan descubrir y conquistar aquello que los harán personas plenas. Así nos alegraremos al verlos crecer, desarrollar sus talentos, descubrir sus vocaciones y encarnar valores que compartimos.
Pero este regalo, esta vocación y este desafío se enriquecen y toman mayor dimensión en el seno de la familia, donde junto a la presencia maternal, se completa la figura de Dios, que es padre y madre a la vez. Allí damos vida; acompañamos cada crecimiento; educamos; y preparamos a ¨los pichones” para que puedan “volar”. Tal como Él hace con nosotros.
Por eso creo que ser Padre, es parecerse un poquito a Dios. Mezcla de inmerecido honor y gran responsabilidad. “Pesada tarea en débiles hombros” que se resuelve si la abrazamos amorosamente, proponiéndonos encarnar alguno de sus rasgos.
¡Qué bueno es saber que mi papá siempre me quiere!, aunque a veces no me porte bien. Que disimula mis errores y supera mis limitaciones. Que me hace sentir su misericordia perdonándome y abrazándome y que vuelve a tener esperanza en mí.
Comparto con ustedes esta poesía del P. Miguel Ortega que reúne con sabiduría estos conceptos:
Ser Papá es…
…ser creador de sueños
y artista de ilusiones y sonrisas.
Ser padre es decir una palabra,
hacer un gesto,
inventar un juego,
contemplar con cariño
y guardar silencio.
Es corregir una vez,
animar muchas veces
y sonreír siempre
Es acariciar
desde el alma
hasta el corazón del hijo.
Ser padre es entregar los ojos,
sufrir insomnio,
sentir orgullo
y amar cada minuto.
Los que estamos llamados a ser papás, recibimos un puñado de semillas. Sabemos que hay que sembrarlas y cultivarlas,… pero no recibimos instrucciones. Fuimos (y seguiremos haciéndolo) descubriendo como hacerlo sobre la marcha, mirando de tanto en tanto, como lo hace “El Sembrador”.